La evolución de las donaciones de beneficencia – por Sadguru Sri Madhusudan Sai

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La evolución de las donaciones de beneficencia

De un abordaje con fines de lucro
a un abordaje basado en las necesidades

Por Sadguru Sri Madhusudan Sai – 31 de diciembre de 2023

Todo empieza como un gesto que refuerza nuestros valores personales y nos levanta el ánimo, haciéndonos sentir satisfechos y contentos. Sin embargo, las donaciones caritativas tienen más impacto cuando el acto es modelado para suscitar nuevas instancias de comportamiento altruista. Para que haya una filantropía efectiva, con un progreso sostenible de este propósito, la intervención tiene que ser adecuada, y esto a su vez requiere decisiones basadas en la evidencia y en la investigación. Al mismo tiempo, hay que asegurarse de que la ayuda financiera sea correctamente utilizada, para que nuestra magnanimidad no caiga en manos de los buscadores de bolsillos profundos.

La estructura correcta de la caridad comienza con la preocupación por el bienestar de todos, porque en el bienestar de todos reside nuestro propio bienestar. El mundo nunca fue más rico que hoy, pero en él no hay ningún altruismo, por lo cual la gente sigue con hambre, sin educación y sin salud. La educación, la alimentación y la salud no se compran ni se venden. Como resultado de que se las vende, en ellas se ha perdido la humanidad. La educación es un derecho de nacimiento de todos los niños. La nutrición y la atención médica son derechos humanos básicos de todas las personas del mundo, independientemente de su origen o circunstancias.
Yo les digo a las organizaciones, a los empresarios, a los gobiernos: alguien que se duerme con hambre, ¿qué gratitud sentirá hacia el país? ¿Qué piensa de los que comen hasta saciarse y duermen tranquilos? El malestar social y la polarización que se ha creado no favorecen el funcionamiento de las empresas. Los problemas a corto plazo deben resolverse ahora con efecto inmediato, alimentando, educando y protegiendo a los desfavorecidos mediante un mecanismo de protección social, y también se debe tener una visión a largo plazo para que esto no se repita. Todas las organizaciones, empresas y gobiernos deberían esforzarse por equilibrar el actual entorno social. No lo llamemos caridad, ya que simplemente estamos invirtiendo en nuestro futuro, para que no estemos rodeados de matones y delincuentes que no recibieron la educación adecuada ni los medios para ganarse la vida. Más vale que invirtamos en esta sociedad, porque de lo contrario, cuando estos niños crezcan nos la van a arrebatar.
Si no tienen la educación suficiente para ganarse la vida en el futuro, si no están sanos, puede que ni siquiera vivan para ver nuestros emprendimientos. Entonces, ¿cómo van a tener éxito los emprendimientos sin consumidores para sus productos? Eso significa que ya han perdido una enorme base de clientes. Si queremos que nuestro país crezca, debemos invertir en nuestros hijos, nuestro futuro. Será una situación en la ambas partes ganan, y seremos buenos ciudadanos corporativos.
Si la sociedad se ocupa del bienestar y la educación de estos niños, con el tiempo, un sentimiento de gratitud podría impulsarles a corresponderle. Al mismo tiempo, hay que verificar muy bien a quién se presta la ayuda, para que esta no sea explotada indebidamente.

Necesidad de educación y atención médica
de calidad en el medio rural

La educación y la atención médica no pueden mercantilizarse. Toda educación debe ofrecerse a estudiantes meritorios como un derecho fundamental, sin consideraciones de costos ni finanzas. Esto también asegura que no surjan sentimientos de superioridad solo porque alguien pueda pagar las tasas de su educación. En las zonas rurales hay una necesidad grave y urgente de educación y medicina de calidad. En estos programas educativos, especialmente en los de medicina, es clave dar prioridad a los niños rurales, ya que son ellos los que pueden volver al medio rural y mejorar estas geografías. Una persona urbanizada, por muy elevados que sean sus ideales, cuando se ve rodeada de ganado no desea quedarse allí mucho tiempo, y se retira a la brevedad.
Cuando creamos un médico, a lo largo de de treinta años de servicio como facultativo puede influir favorablemente en un millón de vidas de manera directa, y como consecuencia, en millones de vidas más.
En todo el mundo, alrededor de 1,3 millones de niños nacen con cardiopatías congénitas. Aunque estas se pueden prevenir y curar, muchos padres no pueden hacer nada al respecto, y ven morir a sus pequeños ante sus propios ojos, debido a las barreras económicas. Más de 5 millones de muertes infantiles en el mundo se deben a la malnutrición en niños menores de 5 años; no a causa de ninguna enfermedad, sino por carecer de suficientes alimentos para su sustento. Tenemos que crear un mundo en el que todos los niños tengan acceso a la atención médica, un mundo en el que a nadie se le niegue este derecho por no tener dinero.
Si no cobramos a nuestros familiares directos por los servicios que les prestamos, ¿cómo vamos a cobrar a otros necesitados, especialmente a los indigentes que ni siquiera pueden permitirse las necesidades mínimas para mantener la vida? Cuando de esos padres nace un niño, es nuestro deber proporcionarle nutrición para que crezca. A medida que crezca, proporcionarle educación le ayudará a gestionar su vida sin depender de otros. Y con la atención médica, el ciclo se completa para que pueda volver como un ciudadano que contribuye a la sociedad.

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El autor es el fundador de la Fundación Sri Sathya Sai Annapoorna, el Grupo de Instituciones Sri Sathya Sai Loka Seva Gurukulam, La Universidad Para la Excelencia Humana Sri Sathya Sai y el Instituto de Ciencias Médicas e Investigación Sri Madhusudan Sai.