MI JORNADA INTERIOR
Del Yo a Nosotros a Él – El Despliegue
de mi Viaje Espiritual
por Sangita Naidu
Sangita Naidu trabaja para el Gobierno de
Australia. Tiene un
Master en Educación y actualmente persigue su doctorado por indicaciones de Swami.
Ademas obtuvo un Diploma Avanzado en
Valores del Instituto Sathya Sai de
Tailandia. Lleva 25 años enseñando
valores y ayuda en
India y Australia con diversos proyectos. Su marido, Sunil Naidu, es uno de los directores
del Centro para el Desarrollo Humano Heart of Love en Australia y también creó una Fundación de Salud a peticion de
Sadguru. Su hijo, Sai Kishan se ha unido a
Sri Sathya Sai Loka Seva Gurukulam. Sadguru en uno de sus discursos dijo: «Traje a Sunil
de Nueva Zelanda a Australia para hacer Mi trabajo».
Mientras Sunil se ocupa de la Salud, Sangita lo hace con la Educación.
Hay un dicho justo antes de entrar en el
edificio Sai Dham en Muddenahalli que
reza: «Aquellos que trabajan para Dios, se convierten en Dios».
Este es mi camino.
Tres grandes maestros o Gurus – Bhagavan
Sri Sathya Sai Baba, el Dr Jumsai y Sadguru Sri Madhusudan Sai me guiaron, elevaron e inspiraron
a emprender mi viaje interior. A medida que crecía, estos
tres gurús aparecieron en diferentes momentos cuando más los necesitaba, y me permitieron dar
un paso en direcccion a mi Ser, para ser moldeada en un
instrumento perfecto en Sus manos.
• Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
Mi historia comienza cuando era una niña y rezaba en el altar de
mi casa, donde mi madre había colocado una vieja
foto en blanco y negro de un hombre con el pelo alborotado
entre otros Dioses y Diosas, y yo solía
preguntarme quién era. Mi madre me había dicho que su
nombre era Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, y que había sacado la foto de un libro que encontro donde estaba enseñando, y
ella todavía tiene la fotografía en blanco y negro de Baba de hace 60 años. Eso es todo lo que sabía de Él en esa etapa.
Nací en Fiji. Adoraba al Señor Jesús desde
mi escuela primaria cristiana; alli
asistía a cursos bíblicos, cantaba las glorias de Dios
y anhelaba unirme a la misión de la Madre Teresa entonces. Sin embargo, mis padres tenían otras ideas.
Así que, cuando cumpli dieciséis años, recibí una beca para estudiar en Nueva Zelanda. La noche antes de mi vuelo, vi lo que parecía
una tarjeta en un rincon de la pared de nuestra casa; la tomé, era una fotografía en color de Swami, bajo la cual
estaba escrito: «No dependas de otros para satisfacer tus
necesidades personales, conviértete en tu propio servidor antes de
proceder a servir a los demás», y ese mensaje
se convirtió en el principio rector en mi jornada lejos de casa.
Terminé el bachillerato en Nueva Zelanda y
recibi otra beca en Ingeniería
electrónica. Solía reunirme con otros estudiantes de Fiji
a la hora de comer en la Universidad. Un día, un estudiante me dio un libro titulado ‘Sai Baba – El Hombre
de los Milagros’, y mi vida dio un vuelco. Me di cuenta de que había encontrado lo
que había estado buscando, o debería decir, lo que había buscado
toda mi vida: alguien
que no sólo enseñaba, sino que practicaba las enseñanzas
sobre la unidad de las religiones y sobre amar a todos y servir a todos. Aquí estaba una persona que resonaba
con lo que había en mi corazón todo el tiempo.
Comencé a asistir al Centro Sathya Sai en
Auckland y me enteré de que tenían clases de Bal Vikas los domingos por la mañana y los jueves. Alli empece a dirigir clases de Valores.
Me preparaba durante la semana, memorizaba los
ślokās y enseñaba a los niños pequeños los domingos.
También me uní al Grupo Juvenil y asistí a
grupos de estudio sobre los Upaniṣhads, seguidos del
Bhagavad Gītā los miércoles por la noche. Ademas
participamos en un curso de liderazgo dirigido por el
General Dr. Chibber, autor de «El Mahavakya del Liderazgo».
Nuestro líder juvenil era un conferenciante que ayudaba en el Instituto Sri Sathya Sai de Enseñanza Superior en India y Sathya Sai Baba le dijo que trajera a los jóvenes de Nueva Zelanda para Su cumpleaños en 1994.
Fue en noviembre de 1994, cuando me uní a un grupo de jóvenes en mi primer viaje para conocer a Sathya Sai Baba.
La primera vez que lo vi en forma física fue en el Salon Poornachandra. Era tan majestuoso como lo había imaginado, lleno de amor y Su energía fue
directamente a mi corazón. Cantó ‘Satyam Jñanam Anantam Brahma’ y yo estaba en Ananda total. En
ese viaje, que duró seis semanas, nos concedió muchas
entrevistas y nos habló largo y tendido sobre la comida,
el conocimiento, la espiritualidad, los tres tipos de maestros – uno que se queja, otro que explica y aquel que inspira, etc.
Me casé antes de hacer ese primer viaje.
Mi marido, Sunil, nació en una familia Sai.
En su casa en Fiji, vibhuti o cenizas sagradas solían aparecer
en las imágenes de Bhagavan Baba.
Los viernes se celebraban bhajans en su casa. Él había asistido a clases de Bal Vikas con sus tres hermanos, y su padre se dedicaba a enseñar
valores. Swami nos había reunido,
ya que él también consiguio una beca para la misma escuela
que yo, en Nueva Zelanda.
Después de nuestro primer viaje, visitamos la morada de Swami
todos los años para el programa de Navidad, y
también asistimos y participamos en varias conferencias mundiales y juveniles. De hecho, cuando fuimos en
1995, teníamos el deseo de quedarnos para siempre. Swami
nos preguntó cuándo íbamos a tener un hijo. Nos dijo que volviéramos porque tenía trabajo para nosotros. Nuestra vida continuó a Su servicio. Me involucre en la enseñanza de
Valores y Sunil en varios proyectos de
liderazgo y servicio. Nos mudamos a
Australia después de algún tiempo, pues el padre de Sunil estaba enfermo y se había trasladado a Sydney.
• Mi segundo maestro: el Dr. Jumsai
Sathya Sai Baba me condujo al Dr. Jumsai, quien fue el segundo maestro que me inspiró a pasar al siguiente nivel de transformación, ya que también encarnaba el modelo de liderazgo «Ser, Hacer y Decir».
Mientras, en Nueva Zelanda, asistí a una sesión de formación en
Valores impartida por Loraine Burrows, de Tailandia, que tuvo un profundo impacto en mí. Ella había hablado del Dr. Jumsai, que había fundado
el Instituto y la Escuela Sathya Sai en Tailandia.
Sucedió que el Dr. Jumsai visitó Australia
y sus charlas sobre Valores resonaron en mi corazón, y me pareció un modelo a seguir. Así, terminé en la escuela de Tailandia, que consistía en vivir en un entorno de Gurukulam y aprender junto al maestro, el Dr. Jumsai.
Aprendí que no podemos enseñar
valores con palabras, sino siendo el valor, ya que los alumnos aprenden «de lo que somos y no de lo que decimos».
Fue el amor lo que me transformó, y lo necesitaba mucho. Aprendí que el amor transformaba a los alumnos y
comprendí la importancia de la unidad entre cabeza, corazón y manos. Encontré ese inmenso AMOR en
Sathya Sai Baba y de nuevo en el Dr. Jumsai.
La Escuela Sathya Sai de Tailandia fue para mí ‘Amor en Acción’. Los estudiantes corrían hacia el Dr.
Jumsai cuando llegaba a la puerta de la escuela, tal era su amor. Había veces en que los niños solían ver a Sathya Sai Baba caminando en la escuela (visiones). Una vez Swami apareció en una clase mientras enseñaba a los estudiantes
una canción para Su cumpleaños. Había mucho que aprender
de estar con los estudiantes – experiencias
durante la meditación, las historias y las canciones sobre valores
todos los días por la mañana y por la tarde, plantando arroz con ellos en los arrozales, presenciar milagros en los templos budistas y participando en el servicio comunitario. Después de tres meses, obtuve el Diploma en Educación en Valores y recibí la medalla y el certificado de manos de Bhagavan mismo en Puttaparthi. Deseaba quedarme más tiempo
en Tailandia por Su Gracia, así que decidí hacer un
Diploma Avanzado, que implicaba
trabajo de investigación y una tesis, y recibi otra medalla
¡de las manos divinas de Bhagavan! Sunil también se unió a mí en Tailandia, como era Su Divina voluntad. El Dr. Jumsai
le pidió a Sunil que iniciara el Curso avanzado, donde hizo una presentación sobre liderazgo y gestión de la educación en valores y regresó a Sydney. Nosotros
ambos nos graduamos en Puttaparthi en el 2001.
Inspirado por la Educación en Valores y el amor de
los estudiantes en Tailandia, completé una Licenciatura en Educación con honores por la Universidad de Sydney y pasé a enseñar en la Escuela Sathya
Sai en Murwillumbah, Australia.También
compramos una extension de tierra en Murwillumbah, debido a que una voz interior
me seguía incitando hasta que conseguimos el terreno.
Por cierto, cuando Sadguru nos visito en 2017, explicó cómo había instrumentado
la compra y construyó la casa en ese terreno.
Sadguru nos había dicho qué habitación era suya cuando
le mostramos los planos iniciales. Además proporcionó un gran ‘Sri Yantra’ y me dijo dónde ponerlo en la casa, una vez que estuvo terminada. Nos habíamos mudado a la Costa de Oro
por el trabajo de Sunil. Había estado muy enfermo, se sano por la gracia de Swami, y dedicó su vida a Bhagavan.
Continuamos visitando a Sathya Sai Baba cada año y Él pregunta en cada ocasion –
¿dónde estaba nuestro hijo? Luego en 2008, casi 15 años después de que Swami
había dicho, «tengan un hijo», Él nos bendijo a Sunil y a mí con Sai Kishan. Dejé el trabajo para estar con el,
ya que Swami nos había enseñado que los niños necesitan a sus
madres cuando son pequeños. Lo llevamos al ashram cuando tenía 18 meses y Swami lo bendijo diciendo «Muy Feliz». Esa fue la
última vez que tuvimos darshan de Su forma física.
Nos sentimos profundamente perdidos cuando dejó Su cuerpo, pues queríamos que Sai Kishan experimentara Su Divina presencia de la misma manera que nosotros.
También nos mudamos a Brisbane después de nuestro último viaje a Puttaparthi; la madre de Sunil vivía allí y su padre había fallecido, y también para la escuela de Sai Kishan.
A Sai Kishan le encanta la música, asistió a
clases de piano y guitarra, además de clases de coro después
de la escuela.Tocaba el piano durante horas en casa,
así que a menudo hacíamos bhajans juntos.
Sin embargo, echábamos de menos la presencia Divina de Bhagavan.
Ahora me doy cuenta de por qué nació
después de tanto tiempo, Swami quería que Sai Kishan estuviera
con Él en esta etapa de la Misión.
• Sadguru Sri Madhusudan Sai
En 2014, asistimos a un Satsang en Murwillumbah,
donde Sadguru vino por primera vez.
Tan pronto como habló, no tuve ninguna duda de que el era mi Gurú
después de que Sathya Sai Baba hubo dejado Su forma física.
Sadguru habló de muchas cosas que sólo Sathya Sai sabía y nos había dicho en nuestras entrevistas personales.
En ese Satsang, tomó de la mano a Sai Kishan y caminó con él al frente de la
reunión de jóvenes. Experimentamos la omnipresencia de Sadguru cuando mencionó en una reunión que Sai Kishan estaba compartiendo su comida
en la escuela y yo le preguntaba por qué lo hacía. También materializó una cadena con Sathya Sai Baba engarzado en un medallón para nuestro hijo, cuando cantaba ‘El amor es Dios’. Sai Kishan
cantó la misma canción, ‘Amor, Amor, Amor es Dios’, unas cuantas veces, en Singapur, Japón, Kodaikanal y Australia. Él había dicho entonces que Sai Kishan se uniría a
a Su escuela algún día.
Otro incidente ocurrió en septiembre de 2017, cuando Sadguru visitó Australia y vino para una breve visita a Su casa que habíamos construido. Él
materializó un collar de Radha Krishna para mí.
Recordé que años atrás, un par de devotos Hare Krishna habían visitado nuestra casa en Fiji para vender algunos libros y cuadros, y mi padre les compro un gran cuadro de Radha Krishna
que había enmarcado y colocado en nuestro salón. Siempre que me sentaba allí, contemplaba
la belleza de Radha Krishna y cantaba el mahamantra escrito bajo el cuadro – ‘Hare
Rama Hare Rama, Hare Krishna, Hare Krishna,
Krishna, Krishna Hare Hare’. Por eso, cuando Sadguru me dio el collar, Él manifestó Su omnipresencia de nuevo.
En una entrevista en marzo de 2017, en Japón, Sadguru
me pidió que siguiera estudiando, cosa que estoy haciendo mientras trabajo.También nos pidió a
Sunil y a mí que habláramos sobre el Programa de Educación en Valores en
Singapur en 2015, y luego nos invitó a Japón con él en dos ocasiones, donde habló con algunos de nosotros sobre el Programa de Profesores. Nuestra vida continúa con
educación en valores y servicio, como instrumentos en Sus manos para hacer
lo que Él quiera. Por lo tanto, las líneas en nuestras palmas han sido
dibujadas sólo por Él, para llevarnos donde sabe que es lo mejor.
Me siento inspirada y agradecida cada día por lo que Sadguru dice, lo que hace, y cómo hace todo. Millones
de vidas se han beneficiado de Su trabajo, y Él es un ejemplo vivo de desinterés y perfección.
El año pasado, Sadguru le pidió a Sai Kishan que se uniera a la
escuela de Muddenahalli en un año. Este
año escolar, se le dijo que viniera y se incorporara a la escuela
Sri Sathya Sai Loka Seva Gurukulam sin
posesiones, ya que todos los estudiantes de todos los campus
recibirian todo lo requerido, desde cepillos de dientes hasta
uniformes y necesidades básicas. Con esto nos está enseñando
«Todos somos UNA familia» que resuena dentro de
Sus instituciones. Él provee y cuida
de todo; dice que sólo tenemos que rendirnos a Dios.
Me siento muy bendecida por haber podido asistir a las sesiones del Bhagavad Gītā este julio, en Su Divina presencia.
Cada día ha sido tremendamente esclarecedor. Sadguru nos ha conducido pacientemente, paso a paso, a comprender
cómo vivir en este mundo y más allá. Bhakti Yoga ha sido mi favorito, anhelo ser Radha siendo Él Krishna.
Agradezco que Sadguru haya dado un propósito a esta vida.
Mi única oración es que cada
persona que lea esto llegue a comprender Su profundo mensaje y se de cuenta de su verdadero Ser, para servir en cualquier capacidad que pueda, y
convertirse en Él. Estoy eternamente agradecida a Sathya
Sai Baba, al Dr. Art-Ong Jumsai y a Sadguru Sri Madhusudan Sai por allanar el camino de esta vida.
Sé que sin la gracia y guía de Sadguru
en esta coyuntura, mi vida habría perdido su verdadero
propósito. Todo lo que he escrito no es suficiente para
describir lo que Sadguru encarna y
sigue haciendo por Su preocupación y Amor constantes hacia nosotros – Rezo para poder servir hasta mi último aliento, «ser
Su Flauta», y alcanzar la meta del desinterés en este viaje.
Amor y Luz
Sangita
Fuente: Publicado por Vasudhaiva Kuṭumbakam Numero 28, Julio 2023 (Boletin Global Mensual)