MI JORNADA INTERIOR – A Sus pies encontré mi verdadero yo por Vimala Subramaniam

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MI JORNADA INTERIOR
 
A Sus pies encontré mi verdadero yo
 
por Vimala Subramaniam
 
La Dra.Vimala Subramaniam es investigadora en el Instituto de Investigación Forestal de Malasia.
Se especializo en Biotecnología y su investigación se basa en la tradición malaya de medicina herbal, específica para antioxidantes
y salud preventiva. Su marido, el
Sr. Ayavoo Arumugam, es un arquitecto jubilado del Banco Central de Malasia. Él esta actualmente construyendo el Advaita Anand Ashram
en Janda Baik. Su hijo, Sai Sudarshan acaba de completar la carrera de medicina y esta dedicado a las prácticas.
Swami ha guiado a su hijo a especializarse en cardiología. Vimala, junto con su
esposo establecieron el Centro Sai Ananda en 2007. Posteriormente, en el año 2017, se creó la Fundación Sai Ananda.Toda su vida es un lienzo pintado por Swami.
Swami les había dicho una vez: “Tienen mucha suerte porque Yo los guío y les digo lo que deben hacer.
¡No tienen que pensar por ustedes mismos!”
 
~
 
Nací en una familia sencilla de clase media en el oeste de Malasia. Mi madre era una maestra de escuela
y mi padre meteorólogo. Estabamos alojados cerca del aeropuerto, junto con el personal de la fuerza aérea y
lejos de la ciudad. Sin embargo, mis padres creían en la buena educación, y así viajabamos muchos kilómetros diarios en transporte público para ir
a la escuela de la ciudad.
 
En medio de una apretada agenda, una tarde, mientras el sol poniente pintaba el cielo con tonos rojos y naranjas, escuchamos un golpe en la
puerta de nuestras pequeñas dependencias gubernamentales. Un joven hombre bien formado, en uniforme, se paró en la entrada con una amplia sonrisa, presentándose como ‘Sr. Sai Ram’. Nuestra familia de seis miembros no tenía idea del término ‘Sai Ram’. Como mi padre no lo reconoció, el Sr. Sai Ram explicó que él era un nuevo oficial de la fuerza, recientemente enviado.
Empezó a hablar de ‘Sai Baba
de Puttaparthi’ y entregó un libro titulado
‘El Hombre Milagroso’ a mi madre. Mi madre, asombrada por la extraña introducción, comenzó a leer el libro. Ella sintió un llamado desde adentro de
su corazón y planeó visitar a Sai Baba en
Puttaparthi. Era el año 1976, y mis padres no tenían idea de dónde estaba Puttaparthi, y el Sr. Sai Ram no pudo ser encontrado por ningúna parte más tarde.
Se acercaron a un amigo, y los tres
viajaron a Puttaparthi, después de muchas dificultades y
retos. Al llegar a Prashanti Nilayam,
se les ofreció un alojamiento sencillo y una cena, y fueron convocados para el darshan de la mañana siguiente.
 
Por primera vez, mis padres pusieron sus ojos en la hermosa y refulgente forma de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, quien se deslizaba sobre las arenas de Prashanti, ataviado con una túnica naranja.
Swami pronunció las palabras mágicas, “Malasia go …”, invitándolos a una entrevista en una pequeña
habitación, donde los bendijo materializando
vibhuti y les dio guía espiritual. Al regresar
mi madre nos anunció a los jóvenes
y miembros mayores de la familia, “Sai Baba es Dios, ¡lo seguiremos!”
Mis padres, junto con
otros devotos, jugaron un papel decisivo en la fundación del primer Centro Sai Baba en el norte de Malasia.
 
Conocí a Bhagavan Sri Sathya Sai Baba en 1981 cuando tenía 14 años, durante una entrevista con mi
familia y algunos devotos. Swami nos habló amorosamente a todos, y se dirigio a mi abuela en tamil,
ya que ella no podía entender inglés, preguntandole: “¿Estás bien, Amma? ¡Te cuidare!» Esto le trajo lágrimas de alegría.
Junto con mi familia, participamos activamente en el centro Sai. Mi madre se convirtió en maestra de Valores Humanos y coordinadora de Bal Vikas. Mi padre presidió el centro durante muchos años, y servimos a Swami con todo nuestro corazón.
 
En 1996, durante una entrevista junto a
mi esposo, Swami habló sobre Educación en Valores Humanos (EHV) y nos dio Sus bendiciones para realizar una clase de EHV en Batu Caves, Kuala Lumpur. Poco sabíamos que crecería hasta convertirse en la Fundación Sai Ananda de
Malasia, portando la antorcha de Sadguru Sri Madhusudan Sai.
 
Cuando Bhagavan Sri Sathya Sai Baba alcanzó Mahasamadhi en 2011, no nos entristeció, no lo vimos como un final. Estábamos seguros
que nuestro amado Maestro volvería
para continuar Su misión. Swami, en Sus muchos místicos caminos nos mostró señales de su regreso del más alla,
fortaleciendo nuestra convicción. Continuamos orando fervientemente y aguardando ansiosamente cada
celebración de Guru Purnima y el Cumpleaños, esperando ser
testigos de la gran resurrección. Nadie pudo imaginar, incluso cerca, del mega plan maestro místico de ‘Sukshma Sai’, dejando a los devotos asombrados
en maravilla.
 
En mayo de 2014, el primer Satsang de Swami en Kodaikanal
en la forma Sutil, llegó a nuestros oídos. El mismo año, un devoto de Puttaparthi había traído un precioso regalo para nosotros (la túnica de Swami) en la residencia del Dr. Ravi Pillay en Singapur, y fuimos invitados a recoger la túnica y asistir a la reunión de Swami en la forma Sutil. Estábamos emocionados con la invitación, y
añorando a Swami. Recuerdo cantar el
Gayatri mantra durante ocho horas el día anterior a nuestra partida, y todo el camino durante el viaje de cuatro horas a Singapur. A la mañana siguiente, con los corazones latiendo con fuerza, entramos en el majestuoso salón
Sai Anandam de Singapur, y estabamos sentados en la tercera fila desde la silla de Swami. Por primera vez,
fui testigo del fenómeno Sukshma, y ​​mi
mente escéptica inmediatamente rechazó la idea.
Le hablé a Swami en mi corazón, «Swami, no estamos interesados ​​en todo esto, tenemos tu foto y tu centro, y seguiremos sirviendote. Es suficiente».
 
Sin embargo, cuando Swami comenzó a hablar y pronunciar Su discurso, me quedé pasmada, ya que podía sentir la energía fuerte pero suave del amor
emanando de Su silla, tocando y
atravesándome, y las lágrimas rodaron profusamente por mis
mejillas. Me sentía avergonzada de estar llorando en público (sin ninguna razón real) pero no pude detener
las lágrimas.
¡Sí! Era Swami, sentado en esa silla,
invisible a mis ojos, pero sin duda sentido por mi corazón. Podía escuchar Sus palabras … Su mensaje.
Estaba totalmente convencida de Su presencia … de alguna manera … en algún lugar… en alguna forma o no forma … ¡Él estaba ahí!
 
Cuando terminó el Satsang, miré hacia arriba esperanzadamente, pero Sri Madhusudan siguió caminando
sin una mirada. Mi corazón se hizo añicos, quería encontrar a Swami, quería hablar con Él. Corrí a la familia anfitriona, tratando de presentarme,
pero en vano. Cortésmente, aunque con firmeza, fuimos conducidos
afuera para comer. Mi mente se congeló. Solo había una
cosa en mi mente … ¡SWAMI! ¡Debo ver a SWAMI!
Y comencé a suplicarle en mi corazón, «¡Swami! Estamos en Singapur, nadie nos conoce
aquí, pero Tú nos conoces … ¡Tú nos conoces, Swami! Si
eres realmente tú, nos reconocerás, nos llamarás. De lo contrario, me iré, para no volver jamás». ¡Y miren! El Señor del Universo respondió a mi
llamado del corazón. La puerta se abrió y Swami llamó a la familia de Malasia, para una entrevista. Corrimos
adentro, sin saber que esperar … el hermoso reencuentro con Sai Maa.
Swami dijo: “Estare yendo a tu casa.
Ahora que has visto el Satsang aquí
en Singapur, regresa y prepárate en
Malasia, iré pronto”.
 
Así comenzó una nueva era con Swami en la forma de Sri Madhusudan Sai de 2015 a 2019. ¡Swami
fue Amor, Amor, y nada más que AMOR! Él inició muchos proyectos nuevos, como el Centro de Hemodiálisis, que
nunca hubieramos tenido el coraje de emprender.
Swami dijo: “Tuve que presionar a tu
marido para poner en marcha el centro de diálisis. Entonces muchos pacientes necesitados estaban esperando, sólo Yo conozco su angustia».
Tambien indicó: “Forma y registra una Fundación». Hoy tenemos la
Fundación Sai Ananda de Malasia (SAFM) con actividades sociales beneficas en Medicare, Educare y
Sociocare que incluyen un centro de diálisis, clínica de salud, clínica dental, campamentos médicos y visitas a hogares, guardería, centro de tutoría,
centro de educación para refugiados, alimentación diaria, clase de costura,
capacitación en panadería, raciones mensuales, asignaciones de subsistencia mensuales para personas mayores y
patrocinios de estudiantes.
Swami afirmo: “Verás un anillo de fuego,
no tengas miedo, solo cierra los ojos y
salta, yo estaré ahí del otro lado para
atraparte!”
Luego nos dio instrucciones precisas para la construcción de un nuevo ashram en Janda Baik, a una hora en coche de las cuevas de Batu, situadas en una reserva forestal montañosa en la Cordillera Titiwangsa de
Malasia Peninsular. Bendijo el lugar
dos veces y realizó el Bhumi Puja, cuando materializó un lingam negro y lo introdujo en la tierra.
Nombró al ashram, ‘Ashram Ananda’ (Ermita de la Bienaventuranza) y lo llamó el Kodaikanal del sudeste asiático. Dijo que serviria como un Advaita Ashram (no-dualidad, sin forma o nombre), enseñando las más altas verdades de paravidya.
La pandemia mundial y el confinamiento nos mantuvieron lejos de Swami durante los siguientes dos años, en que el mundo recibió las más preciosas enseñanzas de paravidya. Comenzando con la serie
Domina la Mente, seguido por el Kaṭhopaniṣad, las puertas del viaje interior se abrieron con un crujido.
Intenté practicar la meditación, pero al principio encontré
difícil quedarme quieta, incluso durante 10 minutos. Gradualmente, progresé y completé una sesion de meditación por 42 días.
Una mañana, nos habíamos quedado dormidos, y a las 6 a.m. en punto (nuestra hora de meditación diaria), hubo un gran estruendo en nuestro dormitorio, que nos sobresaltó
y nos hizo saltar de la cama. Fuimos asi despertados para no perder la meditación de la mañana.
Hubo varias experiencias de este tipo, como una hermosa musica celestial que me despertaba para la meditación, cada vez que fallaba el despertador.
En noviembre de 2021, justo cuando las fronteras estaban comenzando a abrirse, Swami nos invitó a la
Celebración del 96 Cumpleaños en Muddenahalli.
El Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur acababa de abrir,
pero Malaysian Airlines no volaba.
No pudimos encontrar ningún vuelo a Bangalore, pero cuando el
Señor llama, ¿quién nos puede disuadir? Finalmente, tomando una
ruta larga y ardua, Kuala Lumpur-Colombo-Maldivas-Bangalore, llegamos a Muddenahalli.
En el darshan de la tarde, al encontrarnos con Swami después de un
lapso de dos años, Él dijo: “¡De alguna manera se las arreglaron para
aterrizar aquí!»
Después de la hermosa y emocionante celebracion de Cumpleaños nos llamó para una entrevista al dia siguiente y derramo el amor de mil madres.
Sentada a Sus pies me habló directamente, mirándome profundamente a los ojos, y de repente … mi mente estalló afuera, y pude visualizarla como externa a mí; fue desagradable, perturbador y distrayente. Estaba completamente conmocionada. La experiencia continuó mientras los ojos de Swami permanecieron fijos en
mí. Durante los días siguientes, estuve preocupada por la experiencia, pues no podia entender lo que realmente estaba pasando. Sólo mucho más tarde
me di cuenta de que ahora podía ver mi mente como una entidad separada, y podría ir más allá.
¡Oh! ¡Qué regalo en mi jornada espiritual!
En 2022, nuestro amado Gurú Sri Madhusudan Sai visitó Malasia y se quedó en el nuevo ashram. Le dijo a mi esposo que se mudara
a vivir permanentemente en el ashram. Esto me dejo en la ciudad, temerosa de vivir sola. En la siguiente entrevista, le expresé mi miedo a Swami. Él
me miró fijamente a los ojos. Al regresar, descubrí que mi miedo había desaparecido en gran medida. Durante otras entrevistas Swami a veces me había reprendido fuertemente, solo para descubrir despues que grandes apegos me habian dejado y los obstaculos habian sido allanados.
Más que los Upanishads, más que
la meditación, más que el esfuerzo propio, es sentarse
a los pies del Sadguru, que me ha impulsado más y más profundo en mi jornada interior.
El mayor poder de transformación reside
en sus OJOS. Entre todas, esta sería mi
mayor historia de transformación interior – ¡a los pies del Señor!
Finalmente, Swami me ordeno que dejara mi trabajo, vendiera la
casa y me mudara a Anand Ashram. Él dijo: “Estoy enviándote a Vanaprastha (retiro del mundo). ¡Yo me hare cargo!» Y mi viaje interior continúa …
 
Fuente: Tomado de Vasudhaiva Kutumbakam Numero 25, Abril 2023 (Boletin Global Mensual)