Actualización de Batticaloa, Sri Lanka
Hospital Sri Sathya Sai Sanjeevani
Entre los bastidores de la Misión Médica
Artículo de Penny Jayawardene
Presidenta de la Fundación Karuna Nilayam
Cuando comenzamos el proceso y la planificación de las cirugías, la Fundación alojó cerca de 36 personas que consistían en los niños y sus familias en pequeños hoteles en la zona cercana a nuestro hospital. Una vez que seleccionamos a 12 para la cirugía, los ingresamos en nuestro bloque de salas. Las madres y los niños en un bloque, los padres y los hombres en otro.
Fue maravilloso ser testigo de la unidad de diferentes familias con diversos orígenes que se unen con el único propósito de curar a sus hijos.
El impacto de las cardiopatías congénitas en las familias se ignora en gran medida, ya que el niño es, desde su nacimiento, una bomba de relojería. Si el niño es diagnosticado cerca del nacimiento, es un recordatorio constante para toda la familia de que en cualquier momento este pequeño puede morir y la vida de la familia gira en torno a esto. En el grupo económicamente desfavorecido del que procede la mayoría de estos niños, lo que deberían ser dos ingresos para la supervivencia básica, se ven privados de esta opción de un ingreso adicional, y se hunden más en el declive económico.
Sri Lanka atraviesa momentos muy difíciles y a muchas de nuestras familias les resultaba complicado incluso llegar a nuestro hospital. Como les ofrecimos alojamiento y comida sin costo alguno durante las seis semanas que duró la operación, optaron por quedarse con nosotros hasta que se completó la cirugía.
Finalmente, se preseleccionaron nueve pacientes. Sólo se operaron seis, ya que tres de ellos tenían fiebre.
Lo que más me conmovió fue que musulmanes, cingaleses, tamiles, todos vivían en un mismo pabellón y compartían los aseos comunes en un espíritu de unidad y de conjunto. Lloraron juntos mientras sus posesiones más preciadas, sus pequeños, eran entregados a médicos que no conocían, salvo en las últimas semanas antes de la operación.
El amor y la atención de los profesionales sanitarios rompieron las barreras mientras atendían las preguntas de los familiares. Los niños jugaban en los espacios abiertos del hospital ajenos a la cirugía a la que pronto serían sometidos.
Cuando empezaban las operaciones, las familias se sentaban próximas fuera del quirófano, rezando al unísono y en silencio por el pequeño que estaba dentro, para que la operación fuera segura y exitosa. Las madres tenían que comer, y yo comparti mi amor por ellas acompañandolas. Fue una experiencia increíble que no olvidaré mientras viva.
Desde el momento en que estos niños nacen y se les detecta una cardiopatía congénita, los padres llevan la carga de no poder operar al niño porque no tienen fondos para pagar la cirugía. El hospital Lady Ridgeway de Colombo nos remitió a estos niños, ya que las listas de espera hacían que la cirugía en un futuro cercano fuera un sueño lejano.
En nuestro hospital, gracias a las donaciones de los numerosos devotos de muchos países del mundo, estos seis niños se recuperaron y volvieron a los brazos de sus padres sin tener que enfrentarse a ningún problema económico, pues todos los servicios se pusieron a su disposición de forma totalmente gratuita.
Fuente: Reporte de Divine Will Foundation, Noviembre 2022