MI JORNADA INTERIOR
Una búsqueda de la verdad
por Jennie Cornsweet
La Sra. Jennie Cornsweet coordina
y supervisa la Fundación Voluntad Divina (Divine Will Foundation)
con sede en los Estados Unidos de América junto con su esposo,
el Sr. David Cornsweet.También trabaja
como administradora ejecutiva de la Fundación Gumpert, EE.UU. La pareja entró en la orbita
divina de Sri Sathya Sai Baba en
1995 y desde entonces han estado sirviendo en Su
Misión en todas sus capacidades.
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Al reflexionar sobre mi jornada espiritual hasta este
momento presente, puedo ver claramente el punto de inflexión que ocurrió en mi vida desde
la atracción hacia el mundo a la atracción por mi viaje interior.
Ya no había que entrar y salir
de la vida espiritual. Ahora era el único enfoque. Sólo
el Divino conoce el momento adecuado para nosotros conforme con Su juego y el papel
que se nos ha encomendado. Me había tomado un tiempo libre de
mi vida mundana para descubrir la voz que me llamaba desde dentro. En mi ignorancia
pensaba que era algo que tenía que encontrar
fuera de mí. Pasé seis meses viajando por todo
el mundo en busca de mi maestro espiritual,
ya que sabía que necesitaba un guía y mentor que me ayudara a despertar a la verdad de lo que realmente soy.
Esto sucedió cuando llegué a América en mi vuelta del Reino Unido, que era mi
mi hogar entonces. En los primeros tres
meses de arribar a San Diego, California, fui bendecida al conocer a Sri Sathya Sai Baba. Mi
despertar había comenzado.También conocí a mi futuro
esposo, el Sr. David, e inicié mi nueva profesión
en la curación alternativa en el año 1995. Toda mi vida
cambió cuando fui a la India a visitar a mi gurú, Sri Sathya Sai Baba. Swami (Baba) suele decir que «cuando el estudiante está listo, el gurú aparece». Sin duda, yo estaba
lista. De 1995 a 2014, David y yo fuimos a Puttaparthi varias veces. Como muchos devotos
saben, estar en presencia de quien
conoce y vive completamente su divinidad nos da
la oportunidad de sumergirnos en lo más profundo, lo que nunca es
fácil, ya que el ego pasa por su propia y necesaria
disolución. Este fue el momento de nuestras vidas en el que
las malas hierbas no deseadas fueron arrancadas una a una
de sus raíces, mientras Swami nos preparaba para la
siguiente etapa de nuestra transformación. En marzo de 2014, David tuvo la gracia y la bendición de
conocer a Baba en Su forma Sutil en Sathya Sai Grama,
Muddenahalli, Karnataka. El siguiente capítulo en la
obra divina para nosotros había comenzado. En junio de 2014, Swami
vino a nuestra casa en Encinitas donde lo conocí
por primera vez en esta forma absolutamente misteriosa. No hubo ninguna diferencia para mí y fue
una transición perfecta de una forma a otra sin forma.
Mientras presenciábamos la ascensión de Sri Madhusudan
a convertirse en Sadguru Madhusudan Sai, nuestra
transformación también se aceleró.
Cuando llega la llamada y el momento es correcto, no hay nada que
uno puede hacer sino rendirse a la voluntad de lo Divino
y permitir que la atracción interna se manifieste como lo desea.
Las pruebas se vuelven más duras a medida que el ego trata de aferrarse a su existencia, a todas sus identidades, preferencias,
deseos y su afan de sobrevivir. Parecía un proceso muy doloroso hasta que la Divinidad nos mostró
que la disolución del ego o de la conciencia individual es como despojarse de todas las capas de nuestras
identidades falsas, lo que a su vez crea esa sensación
de miedo a desaparecer en lo desconocido.
Cuanto más nos liberemos de nuestro ego, más fácil nos resultará
experimentar la completa libertad que emerge
como un subproducto.Todo lo que tenemos que hacer es elegir
esta libertad, elegir mantener nuestra conciencia
en el silencio, el vacío, la quietud y lo más importante, en el momento presente que entonces se revela como la experiencia de amor puro y
felicidad. Este amor se sigue expandiendo a medida que continuamos
eligiendo esta libertad que para mí se llama la
conciencia.
Swami explicó que lo que estamos experimentando
es la proyección del juego de la conciencia
a través de nuestros ojos en la pantalla de lo que llamamos el mundo, como la película que se despliega
desde el proyector. Podemos ver la película,
disfrutarla, y estar interesados en actuar en la obra según nuestro
guión escrito por lo Divino.Yo intentaba seguir la representación, pero ahora lo hacía con el
conocimiento directo de que sólo somos el observador.
Cada vez que nos vemos arrastrados a la película (el mundo)
y nuestra mente y emociones se excitan, tenemos que parar, retirarnos interiormente y observar desde esa perspectiva de ser un mero testigo. Qué maravilloso es recibir esta guía divina de quien
conoce, experimenta y se deleita en ella todo el tiempo.
Sólo con la gracia de lo Divino, la verdad
de lo que realmente somos comienza a emerger desde
nuestro interior. A medida que empezamos a vislumbrar esta otra forma de ser y, al mismo tiempo, fomentar esta
experiencia, este sentido de ser «lo Divino Mismo»
crece gradualmente. Es sólo a través de Su gracia y
nuestro sincero anhelo y esfuerzo por recordar esta
verdad de quiénes somos realmente, lo que permite que este viaje divino se profundice más.
Hemos sido increíblemente afortunados de haber estado
los dos últimos años en el āhsram de Muddenahalli
en presencia de nuestro Divino Maestro y tener su
guía directa. Él nos ha mostrado la
verdad última y nos ha ayudado a experimentarla directamente en
nuestro día a día.Todo lo que queríamos era aprender
a derribar los muros de māyā y que se nos revelara
lo que habíamos olvidado, nuestra naturaleza divina. Nosotros
fuimos estudiantes dispuestos, ansiosos y dedicados.
El viaje del «yo» a «nosotros» a «Él» continúa.
Nunca termina hasta que llega el día en que no hay separación ni ilusión y sólo la conciencia pura de que todos somos «Uno».
Rezamos para que ese día llegue pronto a nuestras
vidas a fin de que podamos ayudar a otros a realizar
esta verdad, y ellos puedan a su vez ayudar a muchos más. Qué
tiempo hermoso y sagrado que será cuando este
mundo estará lleno de jnānīs (seres autorrealizados), que vivirán
sus vidas desempeñando sus papeles mientras saben
que no son los hacedores ni los disfrutadores de
todas sus acciones. Simplemente están experimentando
su propia divinidad que no es otra cosa que el amor puro. Swami ha dicho que esta transición
es inevitable y nos ha mostrado un camino directo
para alcanzar la meta. Cuando todos nosotros podemos tener la
experiencia directa, ¿por qué no esforzarse por ello y
establecernos en esa bienaventuranza?
Fuente: Tomado de Vasudhaiva Kutumbakam, número 18 -Septiembre 2022 (Boletín Global Mensual)