EL CAMINO A DIOS: SEAN BUENOS, HAGAN EL BIEN, VEAN EL BIEN …
Discurso Divino, 4/3/2017
Los hábitos no son algo que no se pueda cambiar. Con esfuerzo se puede cambiar. Con buena compañía, se puede cambiar. Por lo tanto, lentamente la mente desarrollará este tipo de firmeza y pureza. Ambas son muy importantes para progresar en el camino espiritual. Por un lado debe ser pureza de mente desprovista de todo egoísmo y sensualidad y por el otro lado debe moverse hacia la estabilidad manteniéndola en Dios y sosteniéndola allí, no seguir entrando y saliendo, entrando y saliendo. Lentamente, lentamente, lentamente puedes desarrollarlo y poner la mente en Dios. La mente es la base de la esclavitud o liberación de uno, como dice la escritura.
Una vez que esta mente esté bajo tu control, una vez que seas capaz de estabilizarla, se fusionará, se volverá una con Dios. Pero todo esto no es posible a menos que sigas la disciplina en tu vida, tanto la disciplina externa como la interna. Cómo vivir unos con otros es una disciplina, cómo vivir contigo mismo es otra disciplina. Ambos tipos de disciplina son importantes. Debes practicar, pero antes de eso, desarrollar esta autodisciplina es extremadamente importante. Disciplinándonos por nosotros mismos. Autodisciplina. La disciplina de la fuerza solo puede ayudarte hasta cierto punto. La disciplina de la fuente (o esencia) es lo que cada uno de ustedes debe desarrollar. Es por tu propio bien que debes ser disciplinado, es como debes pensar y desarrollar eso.
Hora de comer, hora de dormir, hora de despertar, hora de hacer cosas: todas estas son disciplinas externas. No hagas daño a nadie, no hables mal, no digas mentiras, no tomes cosas, ni des cosas innecesarias, no seas codicioso y tomes cosas que no necesitas y practicar una conducta moral es parte de tu disciplina interna, externa. Mantener buena compañía, leer buenas escrituras, hacer prácticas espirituales y austeridades, todo esto también es importante. Ignorando todo esto, si quieres ir de inmediato y controlar la mente y los sentidos volviendote uno con Dios, no es posible.
Extracto del Discurso Divino, 4 de marzo de 2017
Fuente: Sri Sathya Sai Vrinda