LA MISIÓN SAI ES MI MISIÓN …
por Bhuvana Santhanam
¡Es hora de que intervengamos y nos hagamos cargo!
Sadguru Sri Madhusudan Sai me llamó
hace un par de días.Tuvimos una muy profunda conversación, y cuando salí de la sala de entrevistas parecio como una epifanía; fragmentos de vida brotaron frente al ojo de mi mente.
Cuando era niña, todo lo que quería era estar con Sathya Sai. Este era el sueño de mi vida, aspiración, ambición… llámenlo como quieran.
Y aunque tuve la suerte de estudiar a Sus Pies, debi alejarme de Él mas alla las costas de la India. Algo parecía erroneo, ya que quería «estar con Él». Entonces, finalmente sucedió poco después de Su partida fisica, regresé a la India y conocí a Sri Madhusudan.
Vi a Sri Madhusudan, como dicen, cercano y personal. Lo conocí como un divino comunicador, que gradualmente se convirtió en un buen
amigo, y luego un querido hermano a medida que los días pasaban. Charlamos, bromeamos, reímos
comimos, viajamos, escribimos libros … y yo continue mirándolo y observándolo. Él me enseñó gradual y lentamente a superar la idea de querer «estar con Él».
Me enseñó que «Sai» NO es una persona.
Me enseñó que «Sai» NO se limita a un
lugar. Me enseñó que desde un
punto de vista Divino todo (y todos) ES
«Sai» en el verdadero sentido. Fue como mirar a un gusano de seda que se abre gradualmente desde
el capullo transformándose en una mariposa: libre, aun cuando alerta y consciente.
Esta persona que estaba a mi lado
¡De repente alcanzó la máxima estatura!
Y para lograr eso, solo podemos imaginar la cantidad de coraje y desinterés de
su proposito; para mí, incomparable! Me ha inspirado y sigue inspirándome cada
momento singular con una pregunta constantemente
rondando detrás de mi cabeza, ¿cómo puedo parecerme? …
Mirando hacia atrás, en los últimos diez años, puedo
decir que me he vuelto más desinteresada, solo observando a Sri Madhusudan Sai.Yo empaqué y tiré todas mis ideas, deseos,
necesidades, por la causa de un bien superior. Me di cuenta de que tengo a alguien que
puedo admirar a mi lado, mi propio
contemporáneo. En los diez años pasados, partiendo de una simple apreciación se ha convertido en
¡adoración! NO estoy esperando por un divino descenso que tiene que inspirarme, porque a menudo he rechazado la idea. Estoy buscando
a una persona intrépida y desinteresada que ha asumido la tarea de Su Maestro, Sathya Sai.
Ser desinteresado y valiente es espiritualidad.
Y luego pensé para mí: nuestro Maestro
¡es el mismo! Si yo tambien quiero hacer a mi Maestro feliz, tal como Sri Madhusudan Sai lo ha hecho,
¿Qué se supone que debo hacer?
Mientras que por un lado tenemos la responsabilidad
para levantar a los oprimidos, por otra
parte tenemos el deber de elevarnos nosotros mismos, para que podamos sostener la
misión. Muchos de nosotros decimos descuidadamente «somos
parte de la Misión Sai «, y es hora de
reflexionar cuidadosamente sobre esto, realinear nuestro
proceso de pensamiento y preguntarnos – ¿Qué es Sai? ¿Quién es Sai? ¿Qué es esta Misión Sai?
¿Y donde encajamos nosotros? ¿Es esta toda la tarea?
A cargo de una sola persona – la de
Sadguru Sri Madhusudan Sai … ¿Pero quien es Sadguru Sri Madhusudan Sai? Bueno, dijo en muchas ocasiones que Él es solo otro instrumento a quien se le ha encomendado la tarea,
como a cada uno de nosotros. Es hora de que creamos
y entender que tenemos la misma
posibilidad – que de hecho somos potencialmente Divinos. Se trata del potencial realizado – lo que significa que alguien se ha dado cuenta de
su poder Divino como Sri
Madhusudan Sai; y el potencial no realizado – que supongo que somos todos nosotros, ya que todavía
no podemos comprender el hecho de que somos Divinos.
Eso es todo lo que hay en este enigma,
que todos debemos comenzar a realizar lentamente
y experimentar. Pero la pregunta más importante,
¿Qué tan serios somos exactamente? Queremos renunciar a nuestras individualidades, deseos, gustos, aversiones, apegos, o como diría Sadguru, «¿simplemente queremos aferrarnos a nuestros
juguetes y diamantes, petrificados en pedazos
con nuestras queridas posesiones?» Tenemos que hacer
lugar. Debemos hacer espacio. Debemos dejar ir.
Sathya Sai nos enseñó a caminar sobre nuestros dos
¡pies! Atrás quedaron los tiempos en los que estábamos
arrastrando los pies, rezagados,
y felices de ser espectadores. Bastante literal, mirando desde las alas laterales. Es como un padre que se espera que trabaje y se afane
más allá de su edad de jubilación. ¿Pero no deberíamos
asumir la responsabilidad del
padre – nuestro Maestro – a medida que crecemos?
¿Y cuál es esta responsabilidad? Bueno, Él nos ha dejado una tarea enorme. No esta aun terminada – en ambos lados – servicio y espiritualidad. Es hora de que actuemos y nos hagamos
cargo, ya que no es responsabilidad de
¡solamente una persona!
Entonces, ¿no es la Misión Sai mi Misión? Para mi, de hecho lo es … ¡La Misión Sai es mi Misión!
¿Y para ustedes?
Bhuvana Santhanam
Fuente: Vasudhaiva Kutumbakam (Numero 10 – Diciembre 2021, Global Monthly Newsletter)