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Discurso de Sri Madhusudhan Sai
el 25 de noviembre 2021
El mismo upanishad, Mundaka Upanishad dice: Así como los ríos, en su camino, fluyen y alcanzan el océano dejando sus nombres y sus identidades propias, del mismo modo, el conocedor del Ser deja sus ideas acerca de la propia individualidad para fusionarse con la realidad última, donde todas las cosas se convierten en el Uno. Los upanishads brindan una clase de enseñanza muy práctica con ejemplos y analogías para que podamos entender la Verdad. En todos lados, como siente dios el mundo? Así como una araña crea y pone fuera desde su boca una tela. Luego come su propia tela, para ir a otro lugar y hacer una nueva tela.
Hay grandes tópicos en cada upanishad que nos traen enseñanzas muy elevadas y prácticas para la humanidad.
La importancia de no apegarse a los nombres y formas es una enseñanza de los Upanishads. Los ríos fluyen a través de muchas tierras tomando distintos nombres y formas, pero el agua que fluye y finalmente se vuelve Una en el océano, es la misma, solo va cambiando sus nombres y formas de acuerdo al lugar por el que pasan, la gente les da nombres diferentes, río; Ganges; río Gopala Krishna etc, de acuerdo a sus creencias, por ejemplo los adoradores de Krishna le ponen Su nombre, pero el agua es la misma y al final todos los ríos se funden en el océano dejando los distintos nombres y formas.
De la misma manera, el Conocedor de la Verdad y la Verdad conocida, el conocimiento, se vuelven Uno. La identidad individual desaparece para fusionarse en el Uno y ser Uno en el Uno. Los Upanishads expresan esta filosofía pero mucha gente no la interpretó adecuadamente. Los ríos fluyen, se convierten en el océano mismo, se vuelven Uno en él. Pero ¿Qué quiere decir que se vuelven Uno? ¿Qué interpretó la gente a lo largo del tiempo a partir de estas enseñanzas? La idea de autorrealización y la idea de sabiduría se interpretaron de muchas formas distintas y a veces distorsionadas. Cada uno lo expresó de acuerdo a su propio punto de vista.
Por ejemplo, no deben confundir la verdad con el camino del yoga, sus asanas, las técnicas para controlar los chakras y sus energías, todo tipo de técnicas para lograr trascender la mente. Pero qué pasa después? Se convierte en Bogha, cuando tienen hambre. Todas estas prácticas se relacionan con el cuerpo físico y por lo tanto son impermanentes, son temporarias, no las confundan con lo imperecedero. Por más técnicas de yoga que realices, cuando tienes hambre debes regresar a lo cotidiano después de todo el tiempo que utilizaste en hacer yoga. Además en el mundo secular no es práctico, hay interrupciones constantes, te pondrías a meditar y te llegaría una notificación en el celular. Por eso los yoguis huyen a los Himalayas y sí, sería la única forma de que nadie te interrumpa. Los yoguis en las cuevas del Himalaya se quedan allí en soledad y silencio, ni siquiera responderán tus preguntas. Pero de qué sirve todo eso si la gente común no puede seguir esas prácticas que además son solo temporarias. Entonces el yoga no sería el camino real, también es temporario. Y por otro lado entrar en estado de samadhi dejó de ser funcional para el mundo de hoy, quizás era bueno en eras anteriores, pero en el kali yuga no es funcional, hay que cuidar de ese quién entró en samadhi porque no puede hacerlo por sí mismo etc. Además, hoy en el mundo secular hay mucha gente común que trabaja en oficinas, o amas de casa, madres de familia dedicadas a cuidar sus hogares, u hombres de negocios, ¿no son ellos también elegibles para alcanzar a Brahma. ¿Qué pasa o qué sucede con ellos? ¿no se les permite a ellos disfrutar de la divinidad que son? Todos ellos tienen derecho también de experimentar la divinidad.
Los yoguis cierran los ojos y dirigen los sentidos hacia dentro. La diferencia con aquel que permanece haciendo lo que está haciendo en el mundo secular es que ya no reacciona lo externo. Así como el cuento del niño iluminado a quien su madre le pide un montón de cosas y él hace todo lo que le pide la madre, toma un trabajo, compra una casa,se casa, y tiene un hijo, en cada cosa expresa que está muy feliz. Luego por cosas de la vida, pierde al hijo, pierde el trabajo, la esposa lo deja y él continúa sintiéndose “muy feliz”, y va a servir a su Gurú, Ramana Maharshi, sin emitir juicios, quejas o reacciones. ¡Algún niño de aquí se queja a Swami hasta por una maestra que lo presiona un poco para que aprenda!
Atmakrida y atmarati han sido experimentadas por todos, independientemente de quién fuera el maestro. Muchos han experimentado atmarati pero no han expresado muy abiertamente atmakrida. Muchos han experimentado atmarati y atmakrida. Pero ser un kridavan en el mundo es la suprema cualidad de un jnani. Es benéfico para el mundo, para todos. Por eso, entre los jnanis, un atmavida es el mejor de los jnanis. Conoce la verdad, sabe que todo esto es una lila, y sin embargo responden al niño que no puede comprender, se convierten en un niño. Cuando el niño cae y llora ¿qué hace la madre? Simula que castiga al suelo, y el niño se reconforta. Ella sabe que el suelo no tiene la culpa, pero lo simula para que el niño reciba cariño y se sienta feliz.
De la misma manera se comportan los maestros. Si ustedes tienen un problema, ellos se sientan con ustedes a discutirlo como si fuera un gran asunto, porque es un gran asunto para ustedes. No les dan una conferencia diciendo que son solo nubes pasajeras y hay que ser desapegado. Porque eso no funciona, como no funciona una explicación para el niño. Esto es la compasión. Ellos comprenden la verdad interior y la verdad exterior, pero sin embargo se comportan como cualquier persona, solo por ayudar a la sociedad, y por nada más. ¿Qué sería del mundo si todos los jnanis se retiraran al Himalaya, o todos guardaran silencio, no dieran discursos ni hablaran ni respondieran a nadie? ¿Qué pasaría con la gente común que busca a Dios? ¿Adónde irían? Por compasión, ellos siguen haciendo cosas para bien del mundo.
Esa parte tienen ustedes que entender en la actual misión. Para Mí sería fácil retirarme a atmarati y no salir, no comentar atmakrida, disfrutar de «dolor, alegría, nubes pasajeras» y no preocuparme. No lo hago porque comprendo que si ustedes tienen que elevarse, Yo tengo que descender al nivel de ustedes, hablarles del modo que puedan comprender la historia y levantarlos lentamente. Por eso no puedo decirles todo, porque no lo comprenderían.
Un pequeño vistazo al futuro. Está N. N., de Malasia, ellos construyeron un ashram en las colinas, lejos de la capital, en un lugar tranquilo y bello. También en la capital hay un centro, en un sector muy vital y vibrante. Hacen actividades, distribución de alimentos, educación, atención médica, etc. Pero Yo les dije que no hicieran ninguna actividad, ningún servicio social allí. Tampoco socialización allí. Es solo para que vaya la gente. No pongan fotos. Ella me preguntó dónde pondrían las estatuas. Le dije que en ninguna parte. El salón tiene que estar vacío, sin estatuas, sin mensajes. Solo un altar simple. Para que la gente se siente y haga lo más importante: cerrar los ojos, meditar, retirarse interiormente, y comprender la Verdad. Ya no vayan más tras nombres y formas. Eso fue lo que les dije. No se sorprendan si Yo comienzo a eliminar nombres y formas, y los empujo a averiguar quiénes son ustedes mismos.
Vinieron devotos de Argentina. A ellos les dije lo mismo. No pongan un montón de cosas, ni decorados con dioses y diosas, y un típico altar hinduísta, de la India, donde ponen todos los dioses que pueden conseguir. Si falta alguno, empujan a los demás para que quepa uno más. Casi como nuestro gobierno, superpoblado. De algún modo, eso nos hace felices.
Está el cuento del chico que no le había ido bien después de haber adorado a Shiva. Entonces quitó su retrato, tomó a Ganesha y comenzó a adorarlo. No le fue bien, y entonces sacó a Ganesha y puso un retrato de otra diosa. Tampoco le fue bien en los exámenes, así que también la puso en el armario. Cuando encendió un sahumerio, todo el aroma iba hacia el armario. Él se enojó y envolvió una tela alrededor de cada foto. «No deben disfrutar del sahumerio, porque no me ayudaron en los exámenes». Todos los dioses aparecieron y dijeron: «Tienes fe en que todos existimos, porque nos has tapado las narices con una tela».
Nosotros somos así, excepto por la tela. Saltamos de una forma a otra, por conveniencia. Si una forma no fue de ayuda, la olvidamos y vamos a otra forma, vamos de gurú en gurú. Si uno no respondió adecuadamente, buscamos a otro y logramos lo que buscábamos. Nunca buscamos justamente lo que tenemos que conocer. Ese es el problema. Los nombres y las formas crean esa confusión. Tratamos de hacer todo cómodo y conveniente para nosotros. Pero por supuesto, por su compasión, la Divinidad adopta formas para ayudarnos.
Pero en algún momento, hay un propósito más importante que resolver sus problemas cotidianos. Esa no es la razón por la cual la Divinidad desciende. Hace aquello para que puedan apreciar lo que está tratando de decirles. Una vez que su mente está en paz, que su cuerpo está sano, ustedes pueden escuchar la verdad superior de la Divinidad. Todo esto es con ese objetivo. No es para que Yo resuelva un problema y ustedes vengan con otro. Eso no tiene fin, el mundo no tiene fin. ¿Dónde está el final de eso?
Algún día me dirán que hay problemas, pero no me preocuparé por eso. Ya sé que habrá problemas, siempre los hay, se resuelve uno y aparece otro. Si superamos un deseo, aparece otro deseo. Esto es interminable. ¿Cuándo nos elevamos por encima de esto, diciendo que eso existe pero debemos elevarnos por encima de ello? Es entonces que comienzan a escuchar al gurú interior, comienzan a crecer. Esa es la fase de la cual estamos hablando. En el pasado ha habido muchas charlas.
Tiene que haber algunas formas y nombres para los niños en la escuela, porque ellos aún tienen que comprender. No todos nacieron como Nachiketa. Ellos están en camino de llegar a ser Uno. Pero los devotos mayores, que están desde siempre, que han aprendido tanto, se están elevando lentamente desde los nombres y las formas.
Ramakrishna Paramahamsa quería mucho a la Madre Kali. Ya conocen las historias, él comía, dormía, toda su vida giraba en torno a la adoración a la Madre. Le hablaba, bromeaba con ella, reñía con ella. Ella se le aparecía en su forma sutil. Todos decían: «¿Qué hace este loco hablándole al aire?». Pero para él su madre estaba ahí sentada, hablando, riendo y bromeando. Solía decir a los demás: «La Madre ha llegado, y dice esto y lo otro». Ellos quedaban pensando qué trataba de decirles. Una vez, llegó Totapuri, que era un vedántico, un jnani, no muy aficionado a bhakti. Trató de enseñar a Ramakrishna a meditar y enfocarse en el tercer ojo, y encontrar la Verdad. Pero cuando Ramakrishna cerraba los ojos, ante él aparecía la Madre. Eso era todo lo que él sabía. Comenzaba a murmurar «Ma, Ma, Ma» y quedaba perdido en ese pensamiento. Totapuri se impacientaba y le dijo: «No tienes que pensar en ninguna forma, tienes que ir más allá de nombres y formas». Pero cada vez que Ramakrishna cerraba los ojos: «La Madre ha llegado». Totapuri dijo: «¿De dónde viene la Madre? Viene de tu mente. La mente ha creado una forma y un nombre, solo la mente comprende nombres y formas, más allá de la mente no hay nombres ni formas». Ramakrishna dijo: «¿Qué hago?». «Toma una espada». «¿De dónde saco una espada?» «De la misma mente que está creando a la Madre. Toma la espada y corta a la Madre en dos. Destruye esa imagen». Ramakrishna imaginó la espada y destruyó la imagen de la Madre. Entonces trascendió el nombre y la forma, y se estableció en el Sí Mismo superior. Tardó tres días en regresar de ello. Tres días estuvo perdido, no podía salirse de eso. Totapuri resultó impactado: «¡Qué jnani debe ser! Lo que a mí me llevó 40 años lograr, él lo logró en un instante!». Más adelante Totapuri comprendió que con forma o sin forma, la Verdad es una y la misma. Sri Ramakrishna la comparaba con una serpiente. Si la serpiente se está moviendo o está enroscada, en ambos casos es una serpiente. Jagat es el Dios en movimiento y Atman es Dios estacionario. Está quieto y al mismo tiempo se mueve. Acéptenlos a los dos.
Pero lamentablemente, quedamos atascados en el Dios en movimiento y nunca alcanzamos el Dios quieto. Quedamos atascados en los nombres y las formas y nunca nos esforzamos por alcanzar el estable Uno Mismo. Ahí es donde no hicimos los deberes, quedamos educados a medias, ciegos a medias. Que eso no ocurra, es todo mi esfuerzo de ahora en adelante. ¿Por qué no podemos celebrar nombres y formas, amar nombres y formas, interactuar con nombres y formas, pero con completa consciencia? Eso es solo una representación, pero la Verdad profunda es otra cosa. A medida que lo hagamos, desarrollemos más compasión, más pureza. Incluso a través del camino de la devoción hay mucha pureza que les ayuda a percatarse de eso. En el camino del seva hay mucho altruísmo que ayuda a percatarse de eso.
Todo no se reduce a una métrica. Si están estudiando, estudien con motivos desinteresados. Si trabajan, trabajen con sentimientos desinteresados, sin expectativas con respecto al resultado, sin ningún deseo. Hagan, por el mero hacer. No tengan ninguna expectativa en relación a las cosas. Hagan lo mejor que puedan, sin pensar en qué resultará de ello. Esto es clave para comenzar el viaje. De lo contrario, todo resultará como un lindo foro de discusión, todos sintiéndose bien, pero finalmente ¿qué resulta? Nada. Pueden saber de memoria todos los slokas, todos los mantras, todos los Upanishads, pero no tener un gramo de experiencia. Un gramo de experiencia es mejor que veinte toneladas de predicación. Esa es la (inaudible). La experiencia llega cuando se hacen desinteresados, compasivos, y saben que aun alcanzando el estado de samadhi o como le llamen, ¿cuál es el comportamiento en ese momento? No es el de yacer sobre el suelo, no estar quieto como una estatua de piedra, ese no debe ser el estado. Debe ser trabajar, hablar, caminar, moverse, servir. Ese debe ser el estado. Pero trabajar, hablar, caminar, moverse… desinteresadamente. Esa es la clave.
No imaginen que Atma jnana es algo que se logra a cierta edad, haciendo ciertas cosas, huyendo a ciertos lugares. Nada de eso es cierto. Lo fue tal vez en el Treta Yuga. Pero la manera del Kali Yuga es trabajar en la sociedad desinteresadamente, para bien de todos, ser un kriyavan. Y mientras son kriyavan y trabajan para bien de los demás, lentamente llegará atmakrida. Y a medida que comienzan a ver a los demás como divinos, llegará atmarati, ustedes comenzarán a absorber la mente en el Uno Mismo. Pueden comenzar con servicio, mucho servicio desinteresado para todos. Eso les ayudará a ver a la Divinidad en todos y sentir la unidad interior. Es una manera de trabajar en su propia salvación.
Pero estén atentos a que más allá de los nombres y las formas es donde reside la Verdad. Y demasiado apego a nombres y formas produce una forma de organización fanática, como un culto. Eso no es lo que quiero. Quiero que esta organización esté abierta para abrazar a todo el que llegue. En aquellos lugares parece que estuviera la única verdad. Reciban a todo el que venga, de cualquier área. He visto esta estrechez de miras en nuestros centros, al menos en el pasado. «¿Eres un devoto Sai, eres un devoto Sai?». Eso no me importa más. ¿Eres un devoto Sai? Muy bienvenido. ¿Eres un buscador de la verdad? Muy bienvenido. ¿Buscas el conocimiento supremo? Muy bienvenido. Nada de insignias, nada de pañuelos, nada de teatro alrededor de esto. Simplemente que los sinceros buscadores de la verdad son bienvenidos. Con o sin insignia, con o sin el conocimiento de las formas y los nombres.
Estando con el Dr. David Cornsweet, hace tres años, en Colombia, mientras comíamos algo que no recuerdo, algo que ellos siempre comen… Le dije «David, te diré la verdad, ustedes están demasiado atascados con los nombres y las formas. Para ustedes, Sai Baba es Dios. Yo te digo: Dios es Sai Baba». Es lo mismo, pero no es lo mismo. Nunca es lo mismo. «Sai Baba es Dios» es una devoción fanática, extremista. «Dios es Sai Baba» es de mentalidad abierta, es amplio. Es la verdad. Dios vino en muchas formas, y vino como Sai Baba. «Solo Sai Baba es Dios» es algo que sucede en muchos samithis y centros. Eso no me gusta. No puedo decírselo, porque esa es probablemente el camino de ellos, pero no debe ser el camino para nosotros. Al menos, el camino para el futuro no es así.
Celebren los nombres y formas, pero con la consciencia de lo que están celebrando. Dios fue, es y será. Antes de Sai Baba también existía Dios, y las personas lograban grandes cosas. Después de Sai Baba, Dios también existirá y la gente logrará grandes cosas. No quedemos atascados. Así es como nacen las religiones, así es como nace el fanatismo religioso, así es como nace el extremismo. Después de que el Maestro se retira, algunos se reúnen y se convierten en las autodesignadas autoridades de ese maestro, y así se forman las religiones. Jesús no creó una religión, ni un culto, ni un santo. Pero comenzó de esa manera. Mahoma no enseñó que había que iniciar una religión. Él relató la verdad tal como la oía y la comprendía, y la gente, los seguidores, hicieron con ella una religión. Ningún Maestro creó una religón tras de sí. La religión fue creada por los seguidores, que tenían una idea limitada y quedaron atascados con los nombres, las formas, las ideologías y los lugares, y eso ha hecho al mundo más daño que bien.
No podemos caer de nuevo en esa trampa. Por eso es tan importante que avancemos lentamente hacia el pensamiento adváitico. Que apreciemos, comprendamos y disfrutemos atmakrida. En atmakrida tú existes, él existe, yo existo, todo existe. El Avatar también existe en Atmakrida, eso es una obra teatral de la Divinidad. Pero eso no es lo supremo. Más allá está atmarati: ustedes sienten en su interior a la unidad. Y esa unidad no significa que sean disfuncionales, que se hagan paralíticos y alguien tenga que llevarlos de aquí para allá. No aprecio esa clase de toma de consciencia, ¿para qué sirve?
Recuerden: nuestro concepto de tomar consciencia de uno mismo, o el conocimiento de la Verdad, es diferente. Comprender la Verdad en el interior, experimentar la Verdad en el exterior, y al mismo tiempo actuar y trabajar como cualquier otra persona en la sociedad. La mejor parte es que nadie sepa que ustedes tienen consciencia de sí mismos, y vivir así en la sociedad. Los demás deben pensar que ustedes son personas comunes, a menos que vayan muy a lo profundo. Esa es la mejor manera de ser alguien consciente de sí mismo.
Lamentablemente, ese privilegio no es mío, ser uno más entre todos, y hacer mis cosas. Hay una responsabilidad que me ha dado la Divinidad, que es la de conducir a muchas personas a clase, ocuparme de que estudien, y aprueben el examen. Cuando eso ha pasado ¿puedo colgar los libros? No, porque viene la siguiente promoción. Hoy caminé hacia una reunión aquí detrás del mandir, y los que estaban en la reunión me dijeron: «qué bien que puedas pasearte». Respondí: «Hoy puedo caminar, después de meses». No me es posible caminar solo, ni siquiera cien metros. Alguien espía, alguien observa… ¡Qué bueno sería ser consciente de mí mismo y que nadie lo supiera! Imaginen los privilegios que eso acarrea. Pero soy responsable, tengo un rol, y así está bien. Es un trabajo que se me ha asignado. Yo haré mi trabajo, ustedes hagan el suyo. Todos hacemos los trabajos ordenados por la Divinidad, pero al mismo tiempo completamente conscientes del uno mismo interior y el juego del uno mismo en lo exterior, y extremadamente ocupados, activos, utilizando cada momento para el mejoramiento y el bienestar del mundo.
Estas tres cualidades quiero enfatizarlas una y otra vez, porque no quiero que desarrollen un concepto equivocado de lo que es tomar consciencia de sí mismos. No necesitan retirarse ni ir a ninguna parte. No tienen que dejar lo que están haciendo para hacer alguna otra cosa. Hagan lo que tienen que hacer, como su deber. Manténganse súper atareados, háganlo súper intensamente, con todo el corazón y toda la fuerza. Pero háganlo desinteresadamente, sin deseo de ganancia alguna a partir de ello. Esa es la esencia.
Tal vez ustedes digan «no, es demasiado simple para ser cierto». Pero la verdad es simple. De hecho, la mayoría de los gurúes y maestros la complican tanto que después de escuchar su discurso la gente dice «qué gran discurso». «¿Qué entendiste?» «Nada, pero fue un gran discurso». Dicen tantas cosas, tantas escrituras, tantas citas… «¿Qué entendiste?» «Nada, pero fue lindo estar en la sala y escucharlo». No quiero que haya esos discursos.
Pienso que hay varias clases de gurúes. Algunos son muy expertos, tienen conocimiento de sí mismos, pero huyen. «Yo conozco al Uno Mismo, y los demás no lo conocen, si me quedo aquí perderé mi contacto con él». Entonces corren al Himalaya y se sientan en una cueva y se retiran. Hay otros que conocen al Uno Mismo, pero ven a la gente en la sociedad que no está preparada para escuchar la Verdad. Entonces reducen la Verdad y dicen a la gente medias verdades, o falsedades. «Vengan a este taller de meditación de 10 días», «vengan a esta meditación en los chakras», «vengan a este taller de yoga»… Se manejan de esta manera, porque de lo contrario no conseguirían público, no serían populares. Se ocupan de esa parte, y muchas personas se benefician, al menos a nivel mental. Pero no las están llevando al punto de destino definitivo. Hay una tercera categoría de personas. La primera, Atmarati, la segunda, en el mejor de los casos, Atmakrida, y la tercera, Atmakrida, Atmarati y Kriyavan. Conocen al Uno Mismo, conocen al de las demás personas, pero además tienen el valor de ir a hablar a los demás y decirles la Verdad tal cual es. Si les gusta o no les gusta, es problema de los demás. Ellos dicen la verdad y solo la verdad.
Así es como debemos vivir en este mundo. Es algo muy simple. El conocimiento, o la toma de consciencia, no es nada complicado. No se enreden con todo lo que dicen muchas personas. Crean que ustedes son Dios, crean que todo es Dios, y trabajen para el bienestar de todos. Si todos hacen eso, si todos somos jnanis, podremos vivir una vida de plenitud, y al final, cuando tengamos que partir, dejaremos caer este cuerpo como una vestimenta que ha completado su rol, como un bote que nos ha hecho cruzar y ya no es necesario, sin apego a nada.
Mediten en lo que digo, es muy importante que contemplen y mediten. Procuré simplificar lo grande y complicado, de manera fácil de comprender. Incluso los niños pueden comprender lo que estoy diciendo. Pero tienen que contemplar en ello. Por ahora, este conocimiento es mío, pero si quieren hacerlo suyo, tienen que contemplarlo, asimilarlo y digerirlo. De lo contrario, no se hará suyo, volverá a Mí. Después de esta sesión, siéntense y piensen en lo que estoy diciendo.
Olviden los pensamientos fantasiosos de vestir ciertas clases de ropas o hacer ciertas clases de cosas, todo eso es teatro, no es necesario. Es algo que se ha creado alrededor de esto. No es necesario, ustedes pueden ser tales como son, y aun así ser jnanis, mejores jnanis, los mejores de todos los jnanis, con solo seguir este camino.
¿Comprenden? (Risas) Los niños lo comprenden mejor.