- Dos tipos de educación en el Sanatana Dharma
—Sadguru Sri Madhusudan Sai
(Publicado en India en el diario «Vijaya Vani» el 13 de julio de 2021)
En los últimos dos artículos aprendimos acerca del muy lógico sistema para la vida humana en cuatro etapas, llamado asrama dharma, abarcando brahmacharya (estudiante célibe) grihasta (jefe de familia), vanaprashta (ermitaño) y sannyasa (renunciante), el cual ayuda a alcanzar las cuatro metas de la vida humana o Chaturvidha Purusarthas, llamadas dharma (vida virtuosa), artha (ganancias virtuosas), kama (deseos virtuosos) y moksa (redención). También aprendimos que estas metas solo pueden ser alcanzadas cuando vivimos y trabajamos en la sociedad de acuerdo a nuestras tendencias inherentes llamadas guna dharma, en base a las cuales podemos ser clasificados de acuerdo a cuatro categorías o Varnasrama Dharmas, a saber: Brahmana (intelectual), Ksatriya (administrador), Vaisya (comerciante) y Sudra (proveedor de servicios), todos los cuales funcionarían armoniosamente en la sociedad, como los diversos miembros de un mismo cuerpo.
Ya es muy evidente que el sistema de progreso individual, social y espiritual trazado por el sanatana dharma era el sistema más lógico y útil entre las diversas civilizaciones del mundo. La razón fundamental de que este sistema se practicara y sostuviera a lo largo de muchos siglos es el robusto sistema educativo del sanatana dharma, llamado «sistema educativo gurukula «. Gurukula —la comunidad del maestro— era esencialmente un sistema educativo residencial que giraba alrededor de un gurú o maestro, versado tanto en el conocimiento de las ciencias material-sociales que nos permitían ganarnos la vida y cumplir con las tres primeras metas —dharma, artha y kama— como en las ciencias espirituales que nos familiarizaban con las verdades más sutiles de conocer toda la existencia como Brahman, habilitándonos así para tomar consciencia de nuestra naturaleza divina, lo que conducía al logro de la cuarta y final meta, la de moksa.
En consecuencia, en los gurukulas se impartían dos tipos de educación, como se menciona en el mundaka upanisad. Se cuenta la historia del gran jefe de familia Shaunaka, que era bien educado y también versado en todos los sagrados deberes que tenían que ser realizados por un jefe de familia. Descontento e insatisfecho, acudió al gran sabio y maestro Angirasa para aprender de él el conocimiento supremo. Le preguntó: «Maestro, ¿qué es aquello que, por conocerlo, todo lo demás es conocido?». A esto, el maestro respondió: «Hay dos tipos de conocimiento por adquirir, según dicen aquellos que conocen al Brahman, a saber: para y apara, es decir, el conocimiento superior y el inferior. De estos, el apara comprende rigveda, yajurveda, samaveda y atharvaveda; siksa, vyakarana, nirukta, chandas y jyotisa. Para es aquello mediante lo cual se conoce lo inmortal». (Mundaka upanisad 1.1.4 y 1.1.5)
Por lo tanto, se dijo a Shaunaka que deben conocerse dos tipos de conocimiento: apara o conocimiento inferior y para o conocimiento superior, que es el conocimiento espiritual de la divinidad que hay más allá.
En aquellos días, el conocimiento material estaba contenido especialmente en los vedas y los sastras. De las cuatro secciones de los vedas, las primeras tres, a saber: samhitas (colección de mantras), brahmana (instrucciones para rituales, que no deben ser confundidas con los brahmanas del varnasrama) y aranyaka (meditación en los mantras) constituían el conocimiento apara, junto con los seis vedangas o partes de los vedas, que son siksa (fonética) kalpa (rituales), vyakarana (gramática), nirukta (etimología), chands (métrica) y jyotisa (astronomía). Todo esto era necesario para que un brahmana como Shaunaka pudiera realizar las tareas relacionadas con su varna de intelectuales. Se esperaba de él que aprendiera los mantras de los Vedas, los comprendiera y entonara correctamente, y ejecutara los rituales asociados con ellos de modo correcto y en el momento oportuno. Para un brahmana estos eran los conocimientos materiales, o apara vidya. Sin embargo, a pesar de que Shaunaka era bien versado en ellos, no había hallado paz ni satisfacción, y aún le faltaba percatarse de la existencia de la divinidad interior y exterior. Por lo tanto, Angirasa le aconsejó que aprendiera también el conocimiento para, conociendo el cual todo puede discernirse como divino. Este conocimiento, contenido mayormente en la cuarta sección de los vedas, la sección filosófica llamada upanisad, era lo único que podía conducirlo a la inmortalidad.
Podemos extrapolar esta idea de conocimiento inferior y superior a la educación en los tiempos modernos. Por ejemplo, en el caso de las ciencias médicas, todo lo relacionado con el aprendizaje de la medicina como profesión, es decir los conocimientos de fisiología, anatomía, enfermedades, métodos quirúrgicos, farmacia, etc., sería considerado conocimiento inferior o apara vidya, en tanto que para vidya sería la misma que en la antigüedad, es decir, aprender la gran verdad espiritual de que toda la existencia es solo divinidad y nada más. Lo mismo es pertinente a todos los campos del conocimiento, tanto ciencias como humanidades, bellas artes o contabilidad.
En consecuencia, la parte más importante del sistema gurukula era que, aun siendo diferente la apara vidya entre un alumno y otro, lo cual es natural, ya que los diferentes estudiantes provienen de diferentes varnasramas y era necesario enseñarles las asignaturas que mejor se adecuaran a sus tendencias y disposiciones, para vidya era la misma para todos. Un brahmana tenía la obligación de aprender a realizar ciertas ceremonias y rituales, en tanto que un ksatriya tenía el deber de aprender el arte de la guerra y la administración. De la misma manera, era imperativo para un vaisya o comerciante aprender comercio y economía, así como a los sudras o artesanos se les enseñaban ciertas habilidades tales como agricultura, tejeduría, alfarería o metalurgia, de acuerdo a sus gustos. Sin embargo, el conocimiento común que debía enseñarse a todos era para vidya —el conocimiento espiritual—, lo que los haría capaces de circular través del mundo y de los diversos asrama dharmas, para finalmente adoptar la renuncia y lograr moksa.
Toda la educación era completamente gratuita y, como signo de gratitud, en el día de la graduación se obsequiaba al gurú una guru daksina. Esto también se hacía de acuerdo a nuestra capacidad. Por ejemplo, el hijo de un agricultor podía regalar algunas bolsas de la producción de su campo, el hijo de un comerciante podía ofrecer algunos materiales, el hijo de un rey podía ofrecer oro, tierras y vacas, y el hijo de un sudra podía ofrecer artesanías e implementos para uso del ashram. De este modo, cada uno expresaba a su manera la gratitud al gurú y al gurukula.
No existían sobreprecios para el ingreso, aranceles de enseñanza, aranceles de laboratorio, aranceles deportivos, aranceles de examen, y en especial aranceles de transporte, ya que todos vivían en el gurukula, a diferencia de la costumbre actual. Esto aseguraba que no existieran barreras financieras para la educación, y el mantenimiento del gurukula recaía sobre los hombros de la sociedad en su conjunto, no solo sobre los padres de los alumnos.
Otro aspecto muy importante era que el gurú evaluaba y comprendía las cualidades inherentes del niño, sin tener en cuenta en qué varnasrama había nacido. Alentaba y moldeaba de acuerdo a las tendencias y talentos innatos de cada niño. De este modo, personas que sobresalían en un determinado campo del conocimiento podían ser clasificadas de forma diferente a la de su clase de nacimiento. Hoy, la razón por la que el hijo de un agricultor querría ser médico, o que el hijo de un médico querría ser político, radica principalmente en consideraciones materiales, no en sus capacidades innatas; este no era el caso en aquella época.
Sin embargo, la diferencia más importante en la educación, entre aquel tiempo y ahora, es que hoy solo se imparte a los estudiantes el conocimiento inferior, material, con el único propósito de capacitarlos para ganarse un nivel de vida aceptable. Se ignora por completo la necesidad de enseñarles las grandes verdades de la vida que los moldearán como mejores humanos, y finalmente divinos. Haber transformado la educación en una mercancía creó un peligroso abismo entre los que tienen y los que no tienen, y los préstamos para estudiantes han llegado a ser deudas-trampa.
Muchos educadores, filósofos y pensadores, desde Swami Vivekananda hasta Mahatma Gandhi, han insistido una y otra vez en la necesidad de un sistema educativo holístico, y afortunadamente, aun hoy en día ciertas instituciones están proporcionando tal educación. Los Sri Sathya Sai Loka Seva Gurukulam, basados en la filosofía de Sathya Sai Baba —quien dijo «la educación es para la vida, no para ganarse la vida»— amalgamando apara y para vidya como un sistema educativo gratuito basado en el gurukula, están trayendo de regreso los gloriosos ideales del antiguo sistema educativo propuesto por el sanatana dharma.
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11. Dos clases de educación en el Sanatana Dharma