Terminar con la ignorancia,
a la manera del Sanathana Dharma
por Sadguru Sri Madhusudan Sai
En el artículo anterior comentamos la idea del Brahman automanifestado —el dios supremo del sanatana dharma— quien manifestó por sí mismo el universo entero, con todas las entidades móviles e inmóviles, como la araña que saca la red de su propio estómago, vive en ella y después la traga de nuevo. El universo emanó de Brahman, es mantenido por Brahman y finalmente es disuelto en sí mismo por Brahman. Por lo tanto, el sanatana dharma considera que todo lo que existe es Brahman, es divino, porque está hecho de y por Brahman.
Aunque Brahman no tiene una forma ni un nombre en particular, se encarna como avatares, una y otra vez, para componer las cosas en la sociedad, no solo mediante la aniquilación de los malvados y la protección de los virtuosos, sino mediante la transformación de los humanos en seres mejores.
La pregunta que nos intriga es: «Siendo el mundo nada más que Brahman, y siendo también los seres humanos manifestaciones del mismo Brahman, ¿por qué está el mundo saturado de problemas?».
Una rápida mirada a nuestro alrededor nos dirá que, en mayor o menor medida, todos los elementos y criaturas de la naturaleza siguen un camino fijo, gobernado por la ley natural. Por ejemplo, el equilibrio ecológico es mantenido mediante el ciclo alimentario, en el cual la hierba es comida por el ciervo, el cual a su vez es comido por el león. Y cuando se pierde el equilibrio, hay una extinción natural de la especie en la cadena alimentaria, que reinstala el equilibrio. O tomen el ejemplo del ciclo del agua, en el cual el agua de los mares se evapora y se condensa para formar nubes, las cuales llevan la lluvia a los ríos, y estos fluyen para unirse a los mares, completando así el ciclo. Sin embargo, en el caso de los seres humanos, el equilibrio se trastorna debido a su constante deseo de tener más, mucho más de lo que necesitan, para lo cual diligentemente producen cosas y agotan los preciosos recursos de la naturaleza. Esto incita al desequilibrio, causando desarmonía social y desastres naturales, que conducen la creación al caos y la confusión. Podríamos preguntarnos por qué, si un analfabeto animal puede comportarse de acuerdo a sus necesidades, los humanos son movidos por la codicia.
La diferencia entre los humanos y los animales es que los seres humanos están dotados de una mente. En términos sencillos, la mente es una colección de pensamientos de toda clase, buenos, malos o simplemente neutros. Estos pensamientos son diferentes a los instintos que están presentes en los animales. Los instintos como el hambre, el sueño, el miedo y la procreación son comunes a los hombres y a los animales. Mientras que los animales tienen solo instintos que los movilizan, los humanos tienen además una mente que puede pensar, desear, analizar, recordar y discernir entre lo bueno y lo malo. Podríamos argumentar que un león que mata un ciervo para comerlo es malo, porque eso es una gran crueldad de parte del león. Bien, no olviden que la madre naturaleza los hizo así. Un león debe comer ciervos para sobrevivir, y un ciervo debe comer hierba; allí no hay opción. Es su manera natural de vivir. En cambio, los humanos tienen la capacidad de elegir, de decidirse a hacer lo bueno y evitar lo malo. La mente del hombre, que en términos generales tiene cuatro capacidades, a saber: chitta o los recuerdos, buddhi o la inteligencia, ahankara o la identificación consigo mismo, y manas, los pensamientos que engloban a los otros tres, es la responsable de todo lo que los humanos hacen o experimentan. La Escritura —el taittiriya upanisad— describe esto como «manomaya kosa» o la envoltura de la mente, que oculta la verdadera existencia de Brahman en los seres humanos, haciéndolos incapaces de comportarse como Brahman, al estar bajo la influencia de esta cobertura de la mente. Así como un objeto cubierto por una tela no puede verse claramente, los humanos no logran ver que están hechos de Brahman, debido a esta cobertura de la mente que los influencia haciéndolos pensar que son distintos de Brahman. ´
¿Cómo quitar esta cobertura de la mente y darse cuenta de que somos uno con Brahman? El Sanatana Dharma prescribe métodos y medios para conseguirlo. Así como una tela está hecha de hilos, y la eliminación de los hilos conduce a la desintegración de la tela, revelando el objeto que esta cubría, eliminar de la mente los pensamientos conduce a darse cuenta de la unidad con Brahman. Los pensamientos en la mente nacen de los deseos, que a su vez nacen de las relaciones. Cuando nos relacionamos con personas nobles y puras se reducen gradualmente los deseos, desaparecen los pensamientos, la mente se desintegra, y es revelada la verdad de que existimos como Brahman. El esfuerzo consciente por estar en compañía de seres realizados es la clave para descubrir la realidad de Brahman dentro de nosotros mismos.
Les contaré un cuento. En la selva había una leona. Un día, mientras cazaba una manada de ovejas, dio a luz a un cachorro y luego murió de agotamiento. El cachorro se sumó a la manada y fue cuidado por las ovejas. Creció en su compañía y comenzó a pensar que él mismo era una oveja. Un día llegó a la selva un majestuoso león. Todas las temerosas ovejas huyeron para proteger su preciosa vida, al ver al león. El cachorro se sorprendió mucho al ver una criatura diferente a las ovejas con las que vivía. El magnífico león se sintió igualmente sorprendido al hallar un cachorro de león vagando en medio de las ovejas. Preguntó al cachorro qué estaba haciendo con las ovejas. El cachorro, superado por la ignorancia, simplemente respondió que era una oveja, y por lo tanto vivía con ellas. Esto resultó divertido al león, que se compadeció del pobre cachorro y lo llevó a un charco cercano. Al ver su propio reflejo en el agua, el cachorro se dio cuenta de que también él era un león, no una oveja. La constante compañía de las ovejas hizo que el cachorro pensara y se comportara como una oveja, hasta que llegó este león y le hizo saber la verdad, liberándolo de la falsa identificación y el falso comportamiento. La moraleja de la historia es que, como el pobre cachorro de león, los humanos se han mezclado con la multitud de los que están bajo la equivocada influencia de su mente, y en su ignorancia piensan que son cualquier otra cosa en lugar de Brahman. Sin embargo, un Maestro realizado, que conoce por experiencia la verdad de que él es Brahman, puede guiar a la perdida humanidad a su propia naturaleza, poniendo fin de este modo a la confusión y el caos causados por el ignorante comportamiento de los mortales humanos. En los textos védicos, esta errónea impresión de nuestra propia realidad debida a la ignorancia de la mente es llamada maya, que significa simplemente «aquello que no es». Terminar con esta ignorancia y darse cuenta de la verdad de nuestra naturaleza como Brahman se llama moksha (moha + kshaya), que significa destrucción de la ilusión, o también mukti, que significa ser libres del pensamiento erróneo.
¿Cómo hallar la compañía correcta y desprenderse de las falsas nociones preconcebidas de maya? ¿Cuándo nos sacamos de encima la ignorancia de la mente, que cubre la verdad de Brahman, logrando así moksha? ¿Tenemos suerte, como el cachorro, y encontramos al ser realizado, o se requiere un esfuerzo para hallar a ese Maestro? Lo vamos a deliberar en el próximo artículo.
(Versión en inglés del artículo publicado en idioma canarés en el diario Vijaya Vani, de India)
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