UNA ENTREVISTA CON AL DRUCKER – por David Jevons – Septiembre 1999

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UNA ENTREVISTA CON AL DRUCKER
 
por David Jevons
 
Septiembre 1999
 
David: Me gustaría empezar preguntándote sobre tu background espiritual. ¿Cuál era tu comprensión espiritual antes de entrar en contacto con Sai Baba?
 
Al: Me crié en un hogar judío en la Alemania de la preguerra. De niño era muy creyente aunque mi familia no era particularmente religiosa. Fue realmente una oportunidad para mí de alejarme de ellos. En ese momento me sentía dominado por las mujeres de mi familia.Todas me amaban y revoloteaban a mi alrededor tanto que cuando era niño no podía soportarlo. Así que la única manera de liberarme de todo eso fue inclinarme tan religiosamente de modo que sus necesidades no prevalecieran sobre las mías. Creo que empecé a estudiar la Torah cuando tenía sólo tres años.
 
P: Pero ¿hubo algún factor o incidente en esos primeros días que despertó tu conciencia espiritual, que te inició en tu búsqueda espiritual en esta vida?
 
Al: Bueno, me parece que mi interés en los asuntos espirituales siempre estuvo ahí. Tengo algunas insinuaciones de haber sido un sannyasin de Ramakrishna en mi última vida. Creo que pasé esa vida en Francia. Conservo algunos recuerdos de ella. También siento que he pasado muchas vidas en la India, viviendo en cuevas del Himalaya. En esta vida no seguí un camino espiritual hasta bien entrada la edad adulta. Después de ir a la universidad me perdí en el mundo por un tiempo. Me uní a un grupo selecto de ingenieros y físicos que eran responsables de la gestión técnica de los programas de misiles balísticos y armas nucleares de los Estados Unidos. Sin embargo, pronto recibí el mensaje interno de que trabajar en estas armas de destrucción masiva no era adecuado para mí y, por consiguiente, por impulso espiritual, abandoné el programa muy repentinamente a finales de los años 60 y me fui a vivir al Instituto Esalen, un centro de crecimiento y transformación en Big Sur, en la costa del Pacífico, al sur de San Francisco. El contraste con mi estilo de vida anterior no podría haber sido más dramático. Cambié radicalmente de profesión, para convertirme sucesivamente en un masajista, un Rolfer, un acupuntor, un homeópata, un terapeuta gestáltico y, finalmente, un profesor de medicina alternativa. Ahora Esalen está justo al otro lado de las montañas del Centro Zen de Tassajara, a unos quince kilómetros en línea recta, y yo solía caminar por las montañas para encontrar a un maravilloso maestro, Shunryu Suzuki-roshi. Era realmente un gran santo y fue a través de él que me interesé en el Zen. También he tenido un largo interés en las enseñanzas taoístas, habiendo pasado algún tiempo en China cuando era joven. Así que me parece que siempre he estado interesado en asuntos espirituales, pero el Espíritu no se convirtió realmente en el principal punto focal de mi vida hasta mi experiencia en el avión, en la que Swami me salvó la vida y después me llevó a Él en la India.
 
David: El mayor obstáculo que tuve que superar para establecer una relación con Sai Baba fue el concepto de Dios encarnado en la Tierra. Para mí, Dios siempre habia estado separado de Su creación y nunca encarnó en una forma en la Tierra.
¿Cuándo aceptaste esa realidad?
 
Al: Bueno, verás, incluso de niño cantábamos una canción en Yiddish sobre la época en que el Mesías vendría a la Tierra y todos seríamos felices. Siempre he creído que el Mesías estaba a la vuelta de la esquina y que era Dios en la Tierra. Lo he estado esperando y en lugar de sorprenderme de que tal cosa pudiera suceder realmente, me asombrab
a que aún no hubiera sucedido. Así que no tenía ese prejuicio contra el hecho de que Dios pudiera manifestarse en una forma.
 
David: En la charla que diste ayer, relataste la historia sobre el encuentro con el coronel de las SS en el vagón de tren, mientras intentabas escapar de la persecución en la Alemania nazi. Esta impresionante figura, vestida con el uniforme negro, debe haberte dejado absolutamente sin aliento, y sin embargo te habló de la Biblia e hizo esa asombrosa declaración, «No hay ningún Moisés que te salve esta vez».
 
Al: Yo era sólo un niño de nueve años y, por supuesto, estaba aterrorizado. Me asusté muchísimo cuando entró en el compartimento del tren. Entonces vivía en Colonia y estaba viajando a través de Alemania a Polonia y había parado en Berlín. En Berlín tenía algunos parientes acomodados que decidieron ponerme en este compartimento de primera clase, pero desconocido para mí, no se permitía a los judíos estar allí. Tenía el compartimento para mí solo hasta que el tren se detuvo a unas veinticinco millas de Berlín, y fue entonces cuando apareció este coronel de las SS. Así que me senté allí, petrificado, esperando ser arrestado, pero él era encantador. Se aflojó la chaqueta y se quitó toda su imponente parafernalia – la gorra con el emblema de la calavera, el cinturón de cuero negro, la pistola, la daga, los guantes de cuero, el monóculo y las grandes botas de cuero negro. Se puso cómodo y me dijo que me sentara tranquilo y que no le tuviera miedo. Así que, en cierto sentido, se convirtió en un tipo normal para mí. Me habló de Dios y de los judíos, citando extensamente el Antiguo Testamento. Me advirtió que el Holocausto se acercaba y me aconsejó que escapara hacia el oeste y no hacia el este, lo cual, por supuesto, es lo que hice finalmente.
 
P: Dijiste que sentías que el coronel de las SS era Sai Baba, que se manifestó como ese coronel para advertirte, de hecho, para salvarte la vida. ¿Estás realmente seguro de eso?
 
Al: Ahora tengo muy claro que el coronel era Swami. Simplemente no encajaba con el carácter de las SS en absoluto. No había manera de que ese hombre se arriesgara en la Alemania nazi en ese momento a decir las cosas que me dijo, incluso si lo sentía así.
 
El coronel de las SS salió con esta sorprendente declaración: «No hay ningún Moisés que te salve esta vez. Tendrás que ser tu propio Mesías».
 
P: ¿Qué crees que Swami quiso decir cuando dijo eso? ¿Cómo ves ese mensaje a la luz de lo que eventualmente le sucedió a los judíos? ¿Cuál sería el propósito de que los judíos fueran sometidos al Holocausto? ¿Fue para probarles que no hay un Mesías?
 
Al: Desearía tener el principio de algunas respuestas para eso. No tengo ni idea, David. Pero dos guerras mundiales en dos generaciones sucesivas, que destruyeron o desarraigaron a cientos de millones de personas, y luego el desarrollo de armas atómicas y de hidrógeno que prometian extinguir toda la civilización, y sólo Dios sabe qué otras demenciales armas de muerte están a punto de destruir a la Humanidad, todo esto prueba qué locura nos ha sobrevenido en este Kali Yuga, y cuán absolutamente vital era en esta época de oscuridad para el Avatar venir y rescatar a la Humanidad de sí misma. El genocidio de los judíos es sólo un síntoma externo de los sentimientos genocidas de odio y caos dentro de todos nosotros. Swami ha venido a corregir eso. En cuanto al Mesías, una vez tuve la oportunidad de preguntarle a Swami si era el Mesías que habíamos estado esperando. Él respondió: «Ni un solo Mesías. Todos ustedes son Mesías. Tienen el poder de salvarse a si mismos y de salvar a los demás también». En otras palabras, Él conducirá el carro, nos dirigirá desde el interior, pero es nuestro trabajo salvarnos a nosotros mismos y se nos ha dado todo el poder de Dios para transformar los enemigos internos de la codicia, el odio y los celos, etc. que están contaminando nuestros corazones en el amor divino que es Swami. Para mí, personalmente, Swami me dio la oportunidad de limpiar la mayoría de mis recuerdos de la Alemania nazi. Se relaciona con la primera vez que tuve que dejar la India inesperadamente. Déjame contarte la historia …
 
En 1981, después de haber hecho unos quince viajes a Sai Baba, me indicó que viniera a vivir a Prashanti Nilayam. Así que volví a América y lo dejé todo. Vendí o regalé todas mis posesiones y volví al ashram en un par de meses. Según Sus instrucciones, debía renunciar a mi ciudadanía estadounidense y convertirme en ciudadano indio. ¡Mi vida en América estaba por terminar! Empecé entonces el proceso de naturalización india y arreglé que me convertiría en ciudadano indio en mi 60 cumpleaños, porque ese es un día particularmente auspicioso. Planeé ir a Bangalore ese día para prestar juramento y también, unos días más tarde, para presentar una ponencia en una conferencia de los directores de todas las universidades indias sobre el Programa de Concienciación, seis cursos exclusivos de la Universidad de Swami, que abarcaban toda la gama de conocimientos humanos – las humanidades, las ciencias, las artes y la historia espiritual y religiosa del mundo – que todos los estudiantes universitarios debían tomar.Yo había participado en la formulación del programa. En ese momento Swami estaba en Whitefield.
 
Así que esa mañana estaba sentado en mi habitación, trabajando en mi presentación, cuando un policía llamó a la puerta y me informó que estaba bajo arresto. Bueno, imagina la conmoción y la incredulidad que sentí. Parece que habían decidido que yo era un agente de la CIA y que sería una amenaza para el país si me convertía en ciudadano. El policía tenía órdenes de llevarme a Anantapur. Insistí en que tenía que ir a ver a Swami primero. Sorprendentemente, llegué a verlo. Es una historia maravillosa y no puedo contarla ahora, pero pude ver a Swami y me dijo, a pesar de mis fervientes objeciones, que sí, que yo era de la CIA, ¡y sería mejor si dejara el país! Luego me explicó que CIA realmente significaba Conciencia Integrada Constante, y que debía llamar al jefe de policia en Anantapur. Llamé a este oficial y para mi asombro él respondió directamente el teléfono, lo que es más notable en la India. Cuando le dije que Bhagavân me había aconsejado que me fuera de la India, me dio ocho horas para salir del país. Era el día en que cumplia 60 años y se suponia que debia convertirme en ciudadano indio y renunciar a mi ciudadanía estadounidense. No tenía dinero, no tenía un boleto, no tenía una visa de salida todavía, de alguna manera Swami milagrosamente arregló todo eso y terminé volando a Alemania, de todos los lugares. Eso era lo más lejos que podía llegar en ese momento con los fondos que tenía disponibles. Me quedé con algunos amigos Sai alemanes que había conocido en el ashram. Ahora, el marido estuvo en la Wehrmacht, el ejército alemán durante la guerra, y su esposa era una líder del lado de las chicas del movimiento de Juventudes Hitlerianas. Pasamos un mes intenso juntos discutiendo la guerra y limpiando todo nuestro viejo karma. Estaba totalmente terminado para nosotros y nos convertimos en amigos muy cercanos. Pusimos toda la experiencia de la guerra a descansar. En mi charla de ayer me referí a la luz pura que brilla en los ojos de los niños de las escuelas de Swami y tengo la clara sensación de que muchos de estos niños son las almas reencarnadas de los seres que murieron en los hornos de gas de Auchwitz, y que ahora están con Baba y así han perdonado todo lo que se les hizo en el pasado! Tengo muy claro en mi mente que aunque Adolf Hitler estuviera sentado aquí delante de mí ahora, lo perdonaría y vería sólo la totalidad y la perfección de su ser, y no me detendría en el horror de lo que él, en su locura, perpetró en el mundo.
 
D: ¿Cuánto tiempo te tomó reconocer la divinidad de Sai Baba. Mi camino fue muy lento, requiriendo muchas visitas, con muchas dudas y pruebas. ¿Cómo fue para ti?
 
Al: Amé a Swami la primera vez que lo vi. Simplemente lo amé. Como dije ayer, la primera vez que vi a Swami fue en el Auditorio Poornachandra el día de Mahashivaratri. Justo antes de que saliera, tuve esta poderosa experiencia de deja-vu de estar de vuelta en la Alemania nazi. Había banderas masivamente y los símbolos de la esvástica, que por supuesto era el símbolo de la Alemania nazi, los eslóganes y banderas en las paredes, similares a lo que los nazis solían tener, y cuando Swami comenzó a hablar estaba diciendo las mismas cosas que decia Hitler. Entonces me desperté y me di cuenta de que aquí estaba lo último en bondad que había llegado a la conciencia, lo mas alto en la totalidad de la historia del mundo tal como se conoce en Occidente. No había habido un Avatar completo en la Tierra desde el Señor Krishna, hace más de cinco mil años. Reconocí que había experimentado tanto lo último de la bondad divina como también del mal en mi vida. Ambos usaban algunas de las mismas formas externas, algunas expresiones parecidas, algunos de los mismos símbolos y eslóganes, y manierismos similares. En la charla que Swami dio ese día dijo que no nos sirve de nada ir por ahí cavando agujeros de diez metros en un campo en busca de agua. Podemos cavar por todo el campo y aún así no encontrar nada. Dijo que debemos cavar un hoyo, pero profundamente, para encontrar agua pura y clara. Si queremos conocer la realidad de este Avatar Sai, debemos acercarnos a Él e indagar profundamente. La intensidad de esa experiencia fue tan poderosa que ha permanecido conmigo desde entonces.
 
D: Has estado tan cerca de Swami, ¿crees que es por tus acciones en vidas pasadas o en esta vida?
 
Al: Realmente no lo sé.Todo lo que puedo decir es que no hay nada que yo sepa en esta vida que se relacione con ese extraordinario privilegio.
 
David: Ambos sabemos de personas, como tú, que fueron muy cercanas a Swami y luego de repente han caído en desgracia y han sido desterradas del ashram.Tengo la sensación de que es más seguro no acercarse demasiado a Swami. Es casi como acercarse demasiado al fuego y quemarse. ¿Cuáles son tus sentimientos sobre esto?
 
Al: Cuando llega el momento devastador de la incineración, casi siempre es totalmente inesperado, como el incidente en mi 60 cumpleaños del que acabo de hablar. En cierto modo, se parece mucho a la muerte. ¡Pensamos que la muerte es algo que le pasa a todo el mundo, menos a nosotros!
Aquí hay otra historia con un resultado inesperado. Una mañana recibí un mensaje para informar a la oficina central del ashram. Recuerdo que en ese momento yo era un conferencista en el Instituto Sathya Sai y, de hecho era el único occidental allí. Swami también me había dicho que hiciera círculos de estudio para los residentes del ashram y para el personal y los estudiantes de la Universidad. También di charlas a los occidentales que visitaron el ashram. Así que hubo muchas oportunidades para que yo cometiera un error, pero en este incidente en particular incluso el ‘error’ no existió. No había hecho nada malo. De todos modos, bajé a la oficina, era justo antes del darshan de la mañana, y esperé a que llegara el encargado de la oficina. Él venía directamente de ver a Swami, ya que desayunaban juntos. Se acercó a mí y dijo, «recoge tus cosas y vete. ¡Tienes que estar fuera de aquí al mediodía!» Le dije, «Fuera de aquí, ¿qué quieres decir?» Me respondió: «Están diciendo que te vayas.Tienes que irte». Ahora esto es después de haber estado allí tres años. Le pregunté, «¿De qué se trata todo esto?», pero él respondió: «Me han ordenado que no te lo diga». Así que volví a mi piso y dije interiormente, «Swami, ¿qué he hecho? No lo entiendo. Tengo que irme y toda mi vida está aquí. Aquí es donde están todas mis cosas». En ese momento tenía una extensa biblioteca de más de quinientos libros. Empecé a empacar y a elegir algunos libros favoritos para llevar conmigo.Tomé un libro de poemas de Shankara, lo abrí y leí: «Madre, ¿cómo pudiste ser tan cruel con tu único hijo, eres mi madre y cómo puedes no amar a tu hijo?». De alguna manera supe que no era un accidente que estuviera mirando este poema. Justo entonces llegó un mensaje para que fuera a ver al Dr. Gokak, que en ese momento era el vicerrector de la Universidad, y que también era mi jefe. Me dijo que Swami estaba muy descontento conmigo y que tenía que irme. Le dije, «¿De qué se trata todo esto, Dr. Gokak?» Me respondió que le habían dicho que no me lo dijera, pero que Swami estaba disgustado con algo que yo había dicho en una reunión pública. Regresé a mi departamento y continué empacando cuando el profesor Kasturi me llamó. Entonces Kasturi y yo éramos como padre e hijo. Pasé mucho tiempo con él. Me dijo: «Drucker, lo has hecho». Yo dije, «¿Qué es lo que se supone que he hecho?» Él respondió, «Swami dice que estabas haciendo chistes verdes en tu charla con los extranjeros». Yo dije, «Eso no es posible, Kasturiji, es totalmente incorrecto». Kasturi dijo que Swami había recibido una carta de una dama alemana que le había informado de este hecho. También dijo que él (Kasturi) había recibido otra carta de la misma dama pidiendo una presentación para mí. No tengo idea de quién es esta dama. Así que me fui para mi último darshan y como estaba sentado allí en darshan Swami se me acerco y dijo, «Eres un Surpanakha». Ahora Surpanakha es el nombre de un demonio en el Ramayana. Es la hermana de Ravana y cuando descubre a Rama y a Lakshmana los desea tanto que, en un ataque de celos, intenta matar a Sita. Lakshmana interviene y con su espada la desfigura, primero cortándole la nariz y luego la oreja. Ella corre de regreso a su hermano Ravana para reunir un ejército de demonios y así vengarse. Ravana se sorprende de que se quedara tanto tiempo como para que le cortaran la nariz y la oreja, y le pregunta por qué no huyó. Ella le responde que ambos eran tan hermosos que no podía quitarles los ojos de encima. Así que cuando Swami me llamó «Surpanakha» y dijo en broma que me iba a cortar la nariz, le respondí diciendo, «0h Swami, eres tan hermoso, ¡tendré que quedarme hasta que me cortes la oreja también!» Aparentemente, esa era la respuesta correcta. Swami me dijo que tomara padnamaskar. Le besé los pies y ese fue el final del incidente. Se había acabado, y me quedé en el ashram. Pero fue una advertencia para mí de que en cualquier momento podría ser expulsado, con o sin una buena razón y, como sabes, más tarde me pasó a mí. Siempre he reconocido que Dios puede quitar todo lo que nos gusta. He oído a Swami hablar de los tres ceros, de reducir a la nada a un verdadero devoto, de quitarle su riqueza, su salud y su nombre para prepararlo para la liberación. Estoy listo para eso.
 
P: Obviamente el hecho de que Swami te haya echado del ashram debe ser por tu mayor bien, pero ¿cuál crees que fue su razón para hacer eso? ¿Crees que te estaba preparando para la liberación?
 
Al: Siempre he creído que el significado de los tres ceros era que Dios puede quitarme cualquier cosa material, pero que no podía quitarme a Dios. Adoraba a Swami como Dios y aquí me estaban echando del ashram. Así que sentí que incluso Dios me había sido arrebatado. Me sentí totalmente devastado, sin raíces de ningún tipo. Creí que no quedaba nada de mi existencia, pero entonces descubrí algo. No hay manera de que Dios pueda ser alejado de mí. La forma de Dios ya no estaba en mis ojos, eso era todo. Ahora ese descubrimiento no fue inmediato. Me llevó un año superar la sensación de que algo horrible me había sucedido. Sin embargo, durante este período de tiempo, experimenté muchos actos de gracia notables, incluyendo estar en la sala de entrevistas con Swami todos los días durante algunas semanas. Fue una experiencia directa. No fue un sueño. Era un estado de conciencia despierta. Yo estaba sentado allí y Swami estaba sentado aquí y estábamos hablando. No era menos real que el intercambio que estamos teniendo ahora. Ahora me doy cuenta de que Swami nunca se alejará de mí.
 
David: Ann y yo siempre hemos creado una separación entre las formas que llamamos Sai y Súper Sai. Nos encanta ir a visitar a Sai, es decir, la forma física de Sai Baba, pero también reconocemos que Súper Sai, o sea, la forma omnipresente de Dios, está con nosotros en cada momento de nuestras vidas y, de hecho, está aquí ahora mismo. Es Super Sai que es para nosotros el Dios en el que confiamos y en el que creemos y con el que no tenemos ningún conflicto. Me parece que los conflictos como los que has experimentado sólo surgen cuando te acercas a la forma y tienes que relacionarte con la forma!
 
Al: Bueno, David, tenemos que estar dispuestos a acercarnos a Swami e incluso arriesgarnos a que nos echen, pero aún si eso ocurre descubriremos que en realidad no ha pasado nada. ¿Cómo puede algo interponerse entre Swami y Sus devotos? Él es puro amor y anhela que todos nosotros nos acerquemos a Él. Una de las razones por las que Swami nos da vibhuti es para recordarnos que la ceniza es lo único que sobrevive en un incendio.Tenemos que estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para consumirnos en Su fuego y realizar la verdad de quiénes somos realmente, que no puede ser afectado por nada.
 
David: ¿Cuál ha sido tu experiencia de estar nueve años en el desierto, de ser alejado de Sai Baba durante tanto tiempo, después de estar tan cerca de Él?
 
Al: Durante los ocho años que estuve en el Ashram me sentí muy cerca de Swami. En los primeros años Swami me hablaba todos los días. Así que me trataban como si fuera una persona muy especial. Pero lo que me ha llegado en estos años de estar en el desierto es la cordura. Pensé que yo era especial, pero ahora es muy claro para mí que no soy especial, ninguno de nosotros es especial, y no quiero escandalizar a tus lectores cuando digo esto, pero ni siquiera Swami es especial. No hay nada especial en este mundo. En el fondo todos somos exactamente iguales, una esencia divina inalterable; en la superficie sólo están los nombres y formas cambiantes de maya, el velo de la ilusión.
 
P: Cuando dices Swami, ¿te refieres a la forma de Swami?
 
Al: Sí, la verdad absoluta no tiene forma. No puede ser vista con los ojos, sin embargo, algunas formas pueden ser utilizadas para señalar el camino a la realización de nuestra verdadera realidad.Tal es la forma de Swami, pero debemos ir más allá de esa etapa a la experiencia directa de la divinidad sin forma como la verdad de nuestro ser.
 
David: El profesor Kasturi siempre tuvo dificultades con Swami, a pesar de que estaba muy cerca de Él. Swami a veces le hacía algunas cosas duras, ¿no es así?, para aplastar su ego. ¿Es este el precio que se paga por estar tan cerca de Él?
 
Al: No, no creo que sea así; no creo que sea un precio que tengas que pagar por estar tan cerca de Él. Creo que es el precio que tienes que pagar por haber elegido la vía rápida de la liberación.Tienes que pagar ese precio asi tu ego se va. El sentido de la individualidad tiene que desaparecer y todo lo que Swami está haciendo es ayudarte a darte cuenta de que todas las formas de individualidad son un error. Creo que este tipo de cosas le suceden a todas las personas que se han comprometido con la liberación, sin importar lo que pase. Sólo hay un interés en mi vida y ese es el camino a la liberación, así que cualquier cosa que bloquee ese camino tiene que ser removido, y rápidamente, porque no estoy preparado para esperar otras cinco vidas.
David: ¿Puedo hacerte una pregunta personal ahora? ¿Fue tu decisión de casarte con Yaani, la decisión que te llevó directamente a ser expulsado del ashram, tomada desde el corazón o desde Swami?
 
Al: No fue desde el corazón, fue claramente desde Swami, aunque ahora se ha convertido en una cosa del corazón. Sabes, es un hecho interesante de que esa era la forma de la mayoría de los matrimonios hasta este siglo. Los padres o preceptores generalmente arreglaban los matrimonios, porque era en el mejor interés de la personas involucradas en su jornada a Dios. El amor, que a menudo era muy profundo, normalmente venía después. Yo diría que soy un marido muy reacio. Pasé sesenta años de vida sin haber contemplado nunca el matrimonio y justo en el momento en que se supone que debo renunciar a todo me casé.
 
David: ¿Qué juego crees que Swami está jugando contigo con respecto a tu matrimonio?
 
Al: Bueno, este matrimonio ha sido mi sadhana principal durante los últimos diez años y en retrospectiva debo decir que nada más que pueda pensar ha sido tan valioso como este matrimonio en términos de crecimiento y desarrollo personal. Desde un sentido mundano y cultural somos totalmente opuestos! Hay una constante oportunidad de fricción entre nosotros.Tenemos a Swami en común, como nuestro amor común. Aparte de eso, tenemos pocos intereses comunes. ¡Qué gran oportunidad se presenta para el interés propio, para el ego, para exponerse y ser visto y dejado de lado! Es algo así como un desafío. Swami nos ha presentado un desafío final para permitirnos terminar este tonto juego.
 
David: La vida es un juego, como dice Swami, y debemos jugarlo, pero ahora que se te permite volver a Prashanti Nilayam ¿puedes contarnos tus experiencias más recientes?
 
Al: Bueno, mi primera impresión después de nueve años de ausencia es que nada ha cambiado realmente. Todo el mundo dice que el ashram ha cambiado totalmente y, por supuesto, desde el punto de vista físico eso es cierto, pero no le presté demasiada atención a eso. Sólo estaba consciente de que Swami no había cambiado ni un ápice en unos veinticinco años. Es el mismo ser hermoso, expresa la misma bondad y preocupación inconmensurables; irradia ese mismo amor insondable e ilimitado. Es la misma maravilla y magia cuando sale a dar darshan. Él nos inspira con el mismo mensaje esperanzador de redención. Nos induce de la misma manera, a elevarnos por encima del deseo y la tentación, para realizar nuestra increíble herencia divina. Swami es totalmente inalterable. Todavía dice lo que dijo cuando dio su primer discurso, a saber, ‘Mi vida es mi mensaje’. Nos enseña a seguir Su ejemplo de elevar nuestros pensamientos al cielo y de usar nuestros cuerpos para servir a la humanidad. También se debe reconocer que nosotros tampoco hemos cambiado realmente. Pasamos por estas experiencias, estas historias de vida, y pensamos que han pasado muchas cosas pero, de hecho, seguimos siendo como siempre hemos sido, incluso antes de llegar a este nacimiento y aún después de la muerte de estos cuerpos. Siempre somos completos y perfectos, y uno con Sai Baba. Somos el amor mismo, y es por eso que Swami siempre se ha dirigido a nosotros como Premaswarupa, como encarnaciones del puro amor divino. Esto se está convirtiendo ahora en mi experiencia directa. Puedo relatar una experiencia que me surgió durante el festival de las Padukas el año pasado en el ashram. Sacaron esta carroza dorada para que Swami entrara y de la nada todo este juicio vino a mi mente. Santo cielo, pensé, Swami, ¿qué estás haciendo? ¿Qué tienes que hacer con esta cosa obscena y chillona, esta enorme carroza dorada? ¿Jesús o San Francisco
montarían en algo así? Estaba muy preocupado por eso, pero al mismo tiempo, también era testigo de mi problema. ¿De dónde vinieron todos estos sentimientos? ¿Por qué debería importarme el aspecto de esta carroza? Pero aún así me importaba. Así que tuve que calmarme. Sólo tenía que cerrar los ojos, volverme muy silencioso y callado y, entonces, cuando abrí los ojos, Swami estaba sentado en la carroza y este increíble sentimiento de amor brotó de mí. Empecé a llorar. Me sentí abrumado. Fue como si me hubiera puesto estas gafas de amor y todo fuera puro amor.
 
Dondequiera que mirara, a la gente, al carro, todo lo que veía era puro amor. Fue una experiencia maravillosa.
 
D: La carroza fue una donación de amor, ¿no es así?, pero Swami señaló que no la necesitaba y la regaló, ¿verdad?
 
Al: No lo sé y para ser franco, no estoy particularmente interesado en la carroza. Mencioné este incidente para mostrar cómo Swami toma algo sobre lo que hemos hecho algún juicio negativo y lo convierte en una experiencia de amor. Swami cuenta la historia de Jesús caminando con sus discípulos por un sendero, cuando se encuentran con el cadáver descompuesto de un perro muerto. Los discípulos intentan alejar a Jesús de la horrenda vista, pero Jesús se inclina muy cerca de los restos y dice, «Miren los hermosos dientes de este perro. Cuánto debe haber sido amado por su amo». Así que Jesús vio la única cosa hermosa en esa desagradable visión. Ese es el mensaje de Swami para nosotros. Renuncien a sus juicios. Pónganse sus gafas de amor y vean el rostro de la divinidad, en otras palabras, vean el amor ilimitado de Swami en cualquier cosa que contemplen.
 
David: Mi última pregunta, en realidad, es a la luz de toda tu experiencia con Swami y el sufrimiento que tuviste que soportar, ¿cuál crees que es el propósito de la vida?
 
Al: Bueno, depende de lo que entiendas por vida. Verás, creo que la vida es eterna. La vida no tiene sentido fuera de la verdad, fuera de la unidad, y por lo tanto el propósito de estas vidas terrenales es despertar y realizar la verdadera vida. La vida en esta Tierra no es vida. Es muerte. Vivir en estos cuerpos y envejecer y enfermar y sufrir y morir, es una inversión en la muerte, que no tiene nada que ver con la vida. La vida es cuando eres libre, cuando eres la luz y das esa luz a todos. La vida es cuando te conviertes en una copa desbordante de amor puro, una copa que tiene que ser compartida constantemente. Eso es la vida. Si alguna vez hubo un propósito para esta vida humana, es dejar todas estas ideas locas sobre la vida en la Tierra y volver a la verdadera vida. Esa es la misión de Swami, tal como yo la veo.
 
Fuente: Ramala Centre Newsletter, Septiembre 1999