¡Sai Ma, Ma y yo! – Mi segunda entrevista con Swami (En Forma Sutil)
Sai Keshav – Viernes 14 de agosto de 2015
Después de mi primera entrevista con el Señor junto con mi banda en Muddenahalli, ÉL me inspiró para que comenzara a mirar hacia adentro y no lo buscara externamente.
Dicen que el milagro más grande de Bhagawan es SU poder de transformar los corazones humanos.
Sentí que una profunda introspección era necesaria antes de encontrarme nuevamente con mi Señor.
Debo confesar que hubo un esfuerzo consciente para cambiar mi conducta con la gente en general. Siendo una persona irascible, me di cuenta de que estaba teniendo lugar una metamorfosis espiritual dentro de mí, sin que lo supiera. Supongo que eso es lo que ocurre cuando nos entregamos a ÉL completamente. Traté de ver las cosas desde una perspectiva diferente, solo positiva. Comencé a ver belleza en todo lo que me rodeaba, lo cual me ayudó a sentir a Swami más intensamente a mi alrededor, protegiéndome a cada paso.
Pude visualizarlo sentado en un sillón vacío y, con más práctica, pude sentir SU presencia cada vez que veía un sillón vacío.
Con cada día que pasaba, mi anhelo por SU amor crecía más y más.
Era el mes de febrero. Yo estaba listo para viajar al extranjero para hacer SU trabajo, dirigiendo un campamento de bhajans.
Mientras tanto, le había orado a Swami pidiéndole que bendijera a mi madre con una entrevista personal, pues ella aún sentía confusión con respecto a lo que estaba sucediendo.
Después de compartir mi experiencia, mi madre se sintió muy feliz y su fe creció mucho. Sin embargo, ella quería que ÉL la llamara. Ya casi había llegado el momento de mi partida hacia el extranjero y le oré a Swami pidiéndole SUS bendiciones antes de mi viaje. Cuando le informé a Swami acerca de esto, ÉL me preguntó cuánto tiempo planeaba estar en el extranjero. Le dije que estaría fuera casi un mes, a lo cual ÉL respondió: «Muy feliz… sirve desinteresadamente», y continuó diciendo: «No te enamores allí de una muchacha. Haz servicio y regresa». ¡No perdió la oportunidad de tomarme el pelo! ¡Soltamos una carcajada!
Probablemente, éste es uno de los aspectos más adorables de Swami. Él puede ser una Madre Amorosa, al instante siguiente un padre estricto, o un hermano fuerte y luego ser tu mejor amigo; o a veces ¡todo eso junto! Mi alegría no tuvo límites cuando ÉL dijo luego: «¡Veré a tu madre en cuanto regreses!». ¡Qué más podía yo pedir! El Señor parecía estar en la modalidad de dar y perdonar. ¡Tuve la certeza de que ÉL estaba respondiendo a las plegarias de mi madre! Recordé SUS palabras: «Tú da un paso hacia Mí y Yo daré 100 pasos hacia ti».
Ahora que tenía la palabra de mi Señor, decidí iniciar mi visita al extranjero para dirigir el campamento de bhajans. Como de costumbre, Swami dirigió el espectáculo de principio a fin. Probablemente hasta ese momento había sido mera palabrería decir que ÉL se haría cargo de todo, pero fue en esa visita al extranjero que me di cuenta de que, si nos entregamos completamente a ÉL y tenemos fe total en que ÉL se hará cargo, ÉL sin duda lo hará. Hubo algunos inconvenientes cuando algunas personas trataron de detener esta tarea, haciendo todo lo posible por intervenir, pero nuestro amado Señor tenía otros planes en mente. Él se ocupó de cada aspecto de este campamento de bhajans.
Llegó el momento de regresar. Me sentía muy emocionado, sabiendo que a mi madre y a mí nos esperaba una Audiencia Divina.
¡¡Traté de ‘recordárselo” a ÉL en cuanto aterricé en Bangalore!!
Swami tuvo la bondad de llamarnos el jueves siguiente. Para entonces yo estaba aún más emocionado. Me encantan los jueves ¡pues la mayoría de mis interacciones con Bhagawan en forma física y también en forma sutil tuvieron lugar los días jueves! ¡Lo mismo ocurrió con mi primera entrevista con ÉL! ¡¡Pura Sai-incidencia!!
Mi madre se sintió encantada cuando supo que sus plegarias finalmente habían sido respondidas. Llegamos a Muddenahalli a las 2 de la tarde. Mi tío también se nos unió, con una sincera plegaria para ser llamado también por Bhagawan. Recibimos la confirmación de que debíamos esperar el Llamado Divino. A las 4 de la tarde estábamos en Sathya Sai Anandam, la residencia de Swami en la cima de la colina, Tuve un dejavu: recordé haber estado en una situación similar pocas semanas antes, cuando ÉL bendijo a nuestra banda con una entrevista. Supe que era una prueba para nuestra paciencia y nuestras plegarias. Finalmente, media hora después llegó el Llamado Divino. Era el momento que estaba esperando.
Nos dirigimos al primer piso, y tuvimos que pasar a través de SU dormitorio para entrar al cuarto de entrevistas. Le indiqué a mi madre que entrara primero cuando el hermano Madhu nos abrió la puerta. Él nos pidió que tomáramos asiento justo frente al sillón de Swami. Incluso antes de yo pudiera cerrar la puerta desde dentro, Bhagavan empezó a tomarme el pelo diciendo: «Tu madre ha venido. ¿Ha venido tu esposa?». No pude contener la risa. Verán, esa es una de las mejores cosas acerca de Bhagavan: ¡ÉL hace una broma, le toma el pelo a uno en el instante que uno menos espera que lo haga!
El omnisciente Bhagawan le preguntó a mi madre, como si no lo supiera: «¿Entiendes telugu?», a lo cual mi madre respondió negativamente. Entonces Swami comentó: «Ah, kannada». Luego vino la orden divina: «Tradúcele a tu madre». Me hizo gracia mi propia situación: ¡¡Tener que escuchar el perfecto telugu de Swami y traducirlo al kannada para mi madre!! ¡Como si Swami no hablara kannada! De todos modos, yo estaba seguro de que lo estropearía todo. Como dicen, ‘¡Perdido en la traducción!’.
El hermano Madhu describió a Bhagawan sentado frente a nosotros con una túnica naranja brillante. Cerré mis ojos y traté de visualizar al hermoso Señor sentado frente a nosotros. Madhu dijo que repetiría a medida que Bhagawan hablara.
SUS primeras palabras tomaron por sorpresa a mi madre. Swami dijo: «Addanga puttay pillavad manaskuda addangane untundi».
¡¡Yo estaba perdido!! ¿¿Cómo podía traducir eso?? ¡¡Qué significaba!! En ese momento tomé conciencia del valor que tiene aprender telugu. Cuando miré al hermano Madhu fijamente, indicándole mi incapacidad de comprender, él tradujo las palabras de Swami en perfecto kannada. Explicó en kannada lo que eso significaba (Los niños que nacen atravesados también tienen una mente atravesada).
Luego Swami le dijo a mi madre que yo sólo le había dado problemas desde el momento que nací. Agaché la cabeza, avergonzado. Era un momento vergonzoso y no tenía idea de qué decirle a Swami. Mientras trataba de articular alguna palabra, el siempre compasivo Señor decidió rescatarme observando: «Kaani….Manchi Hridayamu» (Pero tiene un buen corazón).
¿Qué más puedo pedirle al Señor, que siempre hace hincapié en que se debe tener un buen corazón antes que una gran mente? Me sentí recargado y emocionado cuando levanté nuevamente la cabeza con una sonrisa de 100 Watts. Swami continuó diciendo: «Él no quiere lastimar ni odiar a nadie; pero su mente es muy obstinada. No escucha a nadie. Hace lo que siente que está bien, cosa que naturalmente viene de su padre. La mente fuerte viene de su padre». Entonces comprendí lo que Swami quería decir cada vez que declaraba en SUS discursos que «El placer es sólo un intervalo entre dos dolores». Aquí estaba yo disfrutando de SU elogio, pero me daba cuenta de que sólo era un placer momentáneo pues Bhagavan trataba de enseñarme otra lección de humildad.
Después de la ‘dosis’ usual, Swami le preguntó amorosamente a mi madre: «¿Cuánto te ha pedido prestado?», lo cual fue otro shock para mi madre. Ella aclaró su garganta y respondió: «Alrededor de 600-700 mil para el estudio». Swami exclamó: «¿¿600-700 mil??? ¿El trabajo del estudio está andando bien?».
Como el ‘blanco’ aquí era yo, sentí que era mi deber intervenir y le dije con confianza: «Tu trabajo está andando bien, Swami». Su pronta respuesta fue: «Estás trabajando duro. No te preocupes. Con el tiempo, todo estará bien, ¡entonces deberás devolverle el dinero a tu madre con intereses!». SUS amorosas palabras me conmovieron profundamente. ¡Me refiero a ese sentimiento que surge cuando Dios elogia algo o a alguien! Sin embargo, más me sorprendió el modo en que ÉL planea hasta las cosas pequeñas e insignificantes de nuestras vidas. Después de todo, qué soy yo, sino una mera mota de polvo en medio de la multitud de devotos que lo han sacrificado todo por ÉL. No obstante, ÉL trata de hacer que cada uno de nosotros se sienta muy especial y querido por ÉL. Eso es algo que siempre me conmueve, algo digno de emular en nuestras vidas cotidianas.
Swami continuó preguntando acerca de muchas cosas que estaban sucediendo en nuestras vidas.
Swami: «¿Cómo fue tu gira?».
Yo: «Fue muy fructífera, Swami. También disfruté de Tu presencia allí».
Swami: «¡Chaala Manchidi (Muy bien)! ¿Nadie preguntó por Mí?».
¿Cómo podía responder a una pregunta tan encantadora, pero obvia? Una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando Él preguntó eso.
Yo: «Swami, todos allí preguntaban sólo por TI. (Reuní algo de valor y continué…) ¡Pero enfrenté algunos problemas allí pues algunas personas trataron de evitar que el campamento de bhajans tuviera lugar debido a mi asociación con Muddenahalli!».
Swami: «¿Puede alguien evitar Mi sankalpa jamás? Si tú cierras los ojos y dices que el sol no salió, eso es sólo ignorancia. El sol saldrá y se pondrá según Mi deseo y no según el deseo de la gente. Por lo tanto, no necesitas preocuparte por todas esas cosas. Deja que las personas que quieren cerrar sus ojos decidiendo que no hay luz vivan en la oscuridad. Tú puedes despertar a alguien que está dormido, pero no puedes despertar a alguien que simula estar dormido».
Swami (después de discutir algunos asuntos personales continuó diciendo): «Ahora que estás entrenando a tantas personas musicalmente, entrena también a los niños de aquí. Pronto habrá un nuevo Mandir ¡y habrá bhajans diariamente en ese Mandir! Muchos devotos van a venir en el futuro».
Swami (a mi madre): «¿Has terminado de construir tu casa? (Imagino que fue el turno de mi madre de sorprenderse cuando Swami continuó diciendo) ¿Has pedido un préstamo para eso?».
Mi madre se asombró mucho cuando Swami comenzó a preguntarle acerca de la casa, el préstamo y ese tipo de cosas. Nos habíamos preparado para una interacción espiritualmente elevadora, y repentinamente nos encontramos con que ÉL preguntaba acerca de nuestras vidas cotidianas y los asuntos que las acompañan. Pero lo mejor era que con cada pregunta y respuesta venía una perla de sabiduría con tanta facilidad que nadie salvo Bhagawan habría podido utilizar asuntos mundanos de nuestras vidas cotidianas para sacar a relucir profundas lecciones para la vida con tal facilidad.
Mamá se abrió, expresándole a Bhagawan su preocupación por su incapacidad para dirigir el negocio del gas durante los últimos treinta años. ¡Y esto, a pesar de tener más de 30.000 clientes! Solamente por SU gracia, ella fue capaz de dirigir este negocio con éxito, siendo la única mujer en hacerlo. No obstante, ella ahora ha llegado a una etapa en la que se siente incapaz de continuar dirigiéndolo, debido al deterioro de su salud.
En ese momento Swami pronunció el mandato divino, indicándole: «¿Entonces por qué sufres de este modo? Vende tu empresa a la persona correcta ¡y Yo te diré qué hacer luego! Ahora que él (refiriéndose a mí) ha crecido, cuidará de ti. Todo mejorará».
Mi madre se sintió tan conmovida por SU amor -como recordaría más tarde- que durante toda la sesión con Swami ella sintió que estaba conversando con su propia madre. Recuerdo que cada vez que ella le respondía a Swami lo hacía sin vacilación ni temor. ¡Fue una conversación sumamente amorosa y amigable! Cuando Sai Ma decide ganarse el corazón de nuestra propia Ma, es un sentimiento especial que no puede describirse con palabras.
Regresando a la historia, cuando Swami le dijo a mi madre que yo la cuidaría, ella expresó su angustia diciendo: «Sólo me preocupa él, Swami». Nuestro amado Señor le aseguró: «¡Yo cuidaré de él!». Pues bien, yo estaba en el séptimo cielo. ¿Qué más podía pedir? Ninguna promesa de Bhagawan queda incumplida JAMÁS. Entonces Swami dirigió SU atención hacia mí y comentó: «Sabes… tu madre estaba muy preocupada por la construcción de la casa. Sentía que no podría hacerlo sin ningún apoyo. En aquellos días, tú aún eras un estudiante. Sin embargo, cada vez que hubo necesidad de dinero, en ESE instante llegaba el dinero. Su préstamo no había sido aprobado, lo que se sumaba a su preocupación. Sin embargo, Yo hice que fuera aprobado a último momento. Organicé todo eso. ¡También organizaré tu vida!».
¡A estas alturas se me caían las lágrimas! Simplemente no sabía cómo darle las gracias por todo lo que ÉL había estado haciendo por nosotros. Quizás nosotros olvidemos llamarlo, pero ÉL nunca olvida extender SU mano para rescatarnos. Luego Swami le dijo a mi madre que no se preocupara por mí y que, cuando llegara el momento correcto, ¡ÉL incluso me encontraría una esposa adecuada! ¡¡Hasta el día de hoy no sé si bromeaba o hablaba en serio!! Luego Swami dijo: «Él tiene que comer algo. De otro modo nadie se casará con él. ¡Parece un espécimen de un laboratorio de biología! No come nada, sólo canta. Tú no comes ni duermes adecuadamente, y de ese modo tu cuerpo sólo tendrá sangre mala». Sentí que debía decirle cuál era la razón. Le dije que estaba evitando deliberadamente la mayoría de los alimentos para cuidar mi voz. Inmediatamente, mi madre aprovechó la oportunidad para quejarse de mí. Le dijo a Bhagawan: «Swami, ¡él bebe té todo el tiempo!».
Fue como si Swami dirigiera deliberadamente el tema de esa manera para enseñarme también una lección en entrega. ÉL dijo: «Deham Devalayam (El cuerpo es el templo de Dios). También debes cuidar bien de tu cuerpo. Sólo entonces Dios residirá en ti. Tienes que cuidar este cuerpo, no porque tú estés viviendo para ti mismo, sino que tienes que cuidarlo porque tú estás viviendo para Dios. ¿Crees que eres tú quien ha desarrollado esta voz y otras cosas? Te ha sido dada por Dios. Si te ha sido dada por Dios, ¿crees que ÉL no la cuidará? Tú cuida el templo de Dios ¡y Dios cuidará de tu voz!».
Como si una vez no hubiera sido suficiente, mi madre le volvió a recordar: «Swami, ¡él siempre está bebiendo té!». Fue entonces cuando Swami comentó: «¡Es una clase de locura de los músicos de hoy! Tyagaraja era un gran artista. ¿Qué té bebía él? Él siempre estaba pensando en Dios y cantando la gloria de Dios. Nadie le enseñó música. Todas esas personas aprendieron por su cuenta a través de su intensa devoción por Dios. Pero los muchachos modernos piensan que la música es algo que se aprende de afuera. La música no viene de afuera. Viene de adentro. No pienses que tú puedes mejorar las cosas. Tienen que mejorar por su propia cuenta. Si la madre Sharada te otorga su gracia, tú mejorarás; de otro modo, eso no ocurrirá sin importar lo mucho que te esfuerces».
Debo confesar que en ese momento aprendí la lección más importante sobre la música del Mismo Naada Brahma. Ese día decidí que, pasara lo que pasara, cada canción que yo cantara, la cantaría para ÉL. ¿Qué importa si hay miles en el público ante el que tocamos como banda? Cada canción y cada línea deben ser cantadas para ÉL, que nos ha dado este precioso don de la vida.
Swami continuó diciendo: «Gánense la gracia de Dios. Todo sucederá. ¿Qué sabía tu madre sobre negocios? Sólo porque había una necesidad, ella trabajó duro y progresó en la vida. En este mundo en el que los negocios están dominados por los hombres, una mujer haciendo negocios es algo muy difícil de encontrar. No muchas personas pueden hacer esto. Pero no se preocupen. La lucha ha terminado. Los buenos tiempos han llegado. Debes cuidar de tu salud adecuadamente. De otro modo, nadie te respetará. También debes verte bien y cantar bien. Sin embargo, lo más importante es que tengas un buen carácter.
La siguiente pregunta de Bhagawan me trajo otro sentimiento de dejavu. ÉL le preguntó a mi madre: «¿Tienes Mi foto en tu hogar?». (Fue la misma pregunta que Él hizo cuando le concedió una entrevista a nuestra banda.) Mi madre respondió con una inocencia de niña: «Sí, Swami! ¡Una grande!». Inmediatamente, Swami observó: «Sí. Está justo en la entrada ¡y también puede verse desde la calle! Muy feliz. No te preocupes. Él está en Mis manos. Cuidaré de él. Casi se me había escapado de las manos, pero lo he atrapado y lo he hecho regresar. Él quería convertirse en un director de música cinematográfica». En ese momento, Swami decidió hacerme una advertencia: «Todos esos son pensamientos locos. No tienes idea de lo malo que es todo allí». No lo pensé dos veces antes de decirle: «Swami, no iré a ninguna parte. ¡Quiero estar contigo siempre!». Cuando mis ojos se estaban por llenar de lágrimas, Swami me aseguró: «No necesitas irte. Enseña música. Es una profesión importante y respetable».
Me sentí muy contento y ahora sé claramente cómo servir en SU misión. Swami le preguntó a mi madre con compasión: «¿El dolor de tu pierna se ha ido ahora?». Mi madre quedó estupefacta ante SU amor, pues ella ha estado teniendo dolor en las piernas durante bastante tiempo. Incluso antes de que mi madre pudiera responder, Swami dijo: «También te duele la espalda, porque tu cuerpo no hace suficiente ejercicio debido a la pesada carga de trabajo. No debes permanecer sentada ni de pie por largo tiempo. Tiene que ser en igual medida. El cuerpo es como una máquina… (después de una pausa) Si te doy un sari, ¿lo usarás?». Cuando mi madre respondió afirmativamente, Swami pidió que trajeran un sari para mi madre. Me di cuenta de hasta qué punto ÉL había conmovido su corazón cuando la miré a los ojos en el momento en que ÉL le regalaba el sari.
Luego Swami me preguntó: «Tú cantarás bhajans hoy, ¿verdad? Canta uno o dos bhajans». Me sentí más que feliz al oír esas palabras. ÉL le preguntó a mi madre: «¿Qué más, amma?». Ella le dijo suplicante: «Swami, mi hermano también ha venido». La respuesta de Swami fue: «¡Yo no lo llamé! Que permanezcan ahí. Él te ayudó mucho. ¿Has recuperado tu oro?». A esa altura, yo estaba totalmente sorprendido. ¡Ni siquiera yo sabía acerca de la mayoría de las cosas que Swami estaba discutiendo con ella! Entendí que era sólo entre Swami y mi madre. Después de discutir algunos asuntos personales, Bhagawan dijo: «Solamente la fe en Dios puede darte la fuerza para enfrentar la vida. La vida está llena de problemas. La gente piensa lo contrario. Si llega el placer, en lugar de dejarse llevar por él, deben comprender que el dolor viene en camino. Cuando llega el dolor, deben sentirse felices de que el placer pronto le seguirá. Así es como encontrarán un equilibrio en la vida. Yo no he cometido ninguna injusticia con nadie. ¡Cada uno cosecha lo que siembra! Cuando llegan las dificultades, ustedes deben comprender que Dios las ha reducido a un nivel que podrán soportar. Es como cuando una madre alimenta a su hijo: si hace calor, ella sopla la comida para enfriarla y luego se la ofrece al niño. Del mismo modo, Yo también reduzco el problema en la medida en que pueden soportarlo. Ahora él (refiriéndose a mí) está aquí para ti. Él es Bangaram (Oro). Tú cuídalo. Él cuidará de ti. ¡¡Y Yo cuidaré de ambos!! Hagan un buen trabajo y Yo siempre los apoyaré».
Luego Swami me indicó: «Para el Curso de Verano, todos los antiguos estudiantes de Parthi, Brindavanam y otros campus van a reunirse para organizar un buen programa musical. ¡No un programa de cine! Sólo un programa devocional. Muchas personas vendrán desde todo el país, así que asegúrate de que todo sea bueno. ¿Ha venido tu banda?». Cuando respondí negativamente, Swami comentó: «¡Ah! Sólo tú entonces. De acuerdo. Ve y canta bhajans. Yo iré».
Esa tarde, durante SU discurso divino después de los bhajans, Swami dijo categóricamente: «Nadie puede detener Mi Sankalpa!». Habló acerca de SUS primeros tiempos en Parthi y agregó: «¡Sathya Sai Baba no pertenece a Puttaparthi! ¡Puttaparthi le pertenece a Sathya Sai Baba!». Dijo que incluso mientras hacía planes para Parthi muchas personas habían criticado SU tarea, y que durante SU niñez había habido gente ¡¡que hasta había intentado quemar SU casa!! Al ver todo esto, Seshamaraju Garu reprendió a Swami diciéndole: «¿Por qué quieres sufrir de este modo? ¿Por qué no puedes simplemente vivir como un ser humano normal?». Entonces Swami hizo una declaración que jamás olvidaré. ÉL dijo: «¿Qué habría pasado con todos ustedes si Yo hubiera vivido como un ser humano normal?».
Uau… Esa es la pregunta del billón de dólares que Bhagawan nos hizo a todos los que estábamos sentados en el hall de Darshan. ¡Me pegunté qué habría pasado realmente si Él hubiera elegido no hacer lo que quiso hacer!
Luego Swami reveló que la Verdad siempre atraviesa etapas en las que es criticada y ridiculizada. Sin embargo, al final, cuando estas cosas no dan resultado, ¡ellos se entregan!
Finalmente, ¡sólo puedo decir que SU Amor no tiene FIN! Sólo se expande segundo a segundo.
Con mucho Amor,
Sai Keshav