El «YO» O AHAM ES BRAHMÁN – por Sri Sathya Sai Baba

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El «YO» O AHAM ES BRAHMÁN

por Sri Sathya Sai Baba

«Todas las personas aspiran a una vida agradable, a posiciones de autoridad y a la prosperidad, pero pocos aspiran a tener un buen intelecto, sabiduría y una buen carácter. ¿Qué más puede transmitirse a esta congregación de nobles almas?” (Poema en Telugú)

¡Encarnaciones del Amor!

En este mundo, todos, desde el más pobre hasta el millonario, desde el hombre sencillo (Pamara) hasta el alma realizada (Paramahamsa), usan la palabra ‘Yo’ para referirse a sí mismos. Si los pájaros y las bestias hubieran sido provistos del poder del habla, ellos también se habrían presentado diciendo ‘Yo’. El término ‘Yo’ (Aham) es de gran significación en la literatura espiritual y es explicado en los Upanishads en detalle. El aforismo ’Aham Brahmasmi’ o “Yo soy Brahmán”, es de los Upanishads. A la luz de esta afirmación, es evidente que el término ‘Yo’ vino antes del término Brahma. Los nombres de las encarnaciones divinas tales como Rama y Krishna corresponden sólo a sus formas físicas y no a su Divinidad. Aham (Yo) es su verdadero y eterno nombre. De hecho, ‘Yo’ es el primer nombre de Dios. La gente se dirige a Dios por varios nombres para su propia satisfacción y felicidad cuando, en realidad, ‘Aham’ es el verdadero nombre de Dios.

La mente es responsable por los engaños en que cae el hombre. Es posible hacer crecer un árbol sin torcedura. Una roca puede ser esculpida en una hermosa estatua. Pero es muy difícil enderezar y aquietar la mente. Todas nuestras prácticas espirituales son con el fin de dirigir la mente por el camino correcto. La gente emprende varios tipos de prácticas espirituales que les confieren sólo una satisfacción temporal. Sólo cuando se comprende el principio de Aham puede experimentarse felicidad duradera. La gente le atribuye a Dios varios nombres y formas porque es incapaz de comprender el principio de la Divinidad.

“¿Es posible construir un templo al Uno que es todo penetrante? ¿Cómo puede elevarse una lámpara al Uno que brilla con el resplandor de un billón de soles? ¿Cómo puede atribuirse una forma al Uno a quien ni siquiera Brahma, el Creador, puede comprender? ¿Cómo puede uno darle un nombre apropiado al Uno que está presente en todos los seres? ¿Cómo puede ofrecerse alimento al Uno que tiene al cosmos entero en Su estómago?” (Poema en telugú)

¡Encarnaciones del Amor!

En este mundo físico y efímero, la gente adora a Dios con varios nombres y formas, pero en realidad Aham es el único verdadero y eterno nombre de Dios. Los cuatro Vedas han declarado esta verdad en las cuatro grandes máximas (Mahavakyas) como: Prajñânam Brahma (Brahma es la Conciencia Suprema); Aham Brahmasmi (Yo soy Brahmán); Tat Tvam Asi (Tú Eres Aquello); y Ayam Âtma Brahma (Este Ser es Brahmán). Los Vedas también declararon: Ekoham Bahushyam (El Uno quiso ser los muchos); Ekam Sat Vipraha Bahudha Vadanti (El Absoluto es uno, pero los sabios lo llaman por diferentes nombres). La Divinidad es una sola y esa es Aham.

La mente le juega muchos trucos y le hace olvidar la realidad al hombre. Es casi imposible para nadie comprender la naturaleza de la mente. Las moscas y mosquitos se posan en cualquier objeto, pero nunca se acercan al fuego. De igual forma, la mente es atraída por los objetos materiales y va por todas partes evitando siempre a Dios. La mente debe ser purificada, hacer que sea desinteresada y que siempre esté enfocada en Dios. Esa es la verdadera práctica espiritual (sadhana). Todas estas prácticas espirituales son con el fin de controlar la mente.

El escuchar (shravanam), el cantar (kîrtanam), la contemplación de Vishnu (Vishnu smaranam), el servicio a Sus Pies de Loto (padasevanam), la salutación (vandanam), la adoración (archanam), el servicio (dasyam), la amistad (sneham), y la auto-rendición (Âtmanivedanam) son las nueve formas de devoción. En cada uno de estos nueve senderos de devoción lo importante es que la mente debe entregarse totalmente a Dios. Bhagavan, mostrando Su pañuelo, preguntó: “¿Qué es esto?” Ustedes dicen que es un trozo de tela. No es sólo eso. Es un atado de hilos. El algodón está hilado en forma de hilos y los hilos son entretejidos para hacer una tela. De igual forma, ustedes no son una persona sino tres: la que ustedes piensan que son (el cuerpo físico), la que otros piensan que son (la mente), y la que realmente son (el Âtma). Su verdadero Ser es el ‘Yo’. Eso es Brahmán, Dios. Él no tiene nombre ni forma específicos. Él es “sin atributos, puro, eterno, la morada final, inmaculado, iluminado, liberado y la personificación de lo sagrado” o sea Nirgunam, Niranjanam, Sanatanam, Niketanam, Nitya, Suddha, Buddha, Mukta, Nirmala Svarupinam. Sean cuales sean los nombres que el hombre atribuye a Dios son únicamente para su propia satisfacción. Por lo tanto, deben hacer esfuerzos por ver a Dios en todas las formas.

El principio de ‘Yo’ es no dual, eterno, pleno de refulgencia y de suprema bienaventuranza. Todo está contenido en éste. Cuando alguien les pregunta, ¿cuándo llegaste?, dicen “Yo llegué ayer”. ¿Se refiere este ‘Yo’ a ustedes o a su cuerpo? Es su cuerpo el que llegó ayer y no ustedes. Puesto que se identifican con el cuerpo, piensan que han llegado ayer. Supongan que están caminando por la carretera y que accidentalmente, resbalan y sufren una fractura. Entonces dicen, “Mi pierna se fracturó”. Reflexionen sobre esta afirmación. Cuando dicen “mi pierna”, esto implica que son diferentes de su pierna. Significa que ustedes no son el cuerpo. Dicen, es “mi cuerpo”, “mi mente”, mi intelecto”, “mi pierna”, etcétera, entonces, ¿quiénes son? Si se examina de esta manera, se darán cuenta de que ninguno de éstos es su verdadero ser. Su cuerpo corresponde a la forma (Akara), mientras que su verdadero Ser (Yo) esta asociado a la bienaventuranza o Ananda.

El principio del ‘Yo’ es diferente del cuerpo. Día tras día, la gente hace uso de este término ‘Yo’ sin realmente comprender su significado. Sea un pobre o un millonario, el principio del ‘Yo’ es común a todos. Ishavasyam idam Sarvam (El universo entero está permeado por Dios). Dios está presente en todo el mundo en la forma del ‘Yo’. Donde está ese ‘Yo’, está Dios. Tengan una fe firme en esta declaración. Cuando dicen Aham Brahmasmi (Yo soy Brahmán), ‘Yo’ precede a Brahma. Por ende, ‘Yo’ es el primer nombre de Dios … ¡Encarnaciones del Amor! ‘Yo’ y el amor son uno y el mismo. El hombre no puede existir sin amor. El amor brilla como el ‘Yo’ en cada uno. Sin la corriente eléctrica, los bombillos no pueden brillar. De igual forma, sin el ‘Yo’, el cuerpo no puede funcionar. Es debido al ‘Yo’ que los ojos ven, los oídos escuchan, la lengua habla, etcétera. No son los ojos los que ven, es el ‘Yo’ el que ve a través de los ojos. Si cierran sus ojos, no pueden ver nada. La luz presente en los ojos es la Divinidad. De hecho, no hay ningún lugar donde la Divinidad no exista. Todos los nombres y formas son manifestaciones de la Divinidad. Por esto se dice que “A quien sea que saluden, esto alcanza a Dios” (Sarva Jîva Namaskaraha Keshavam Pratigachchati) y “A quien sea que denigren, esto también llega a Dios” (Sarva jîva Tiraskaraha Keshavam Pratigachchati). ¡Encarnaciones del Amor! No se dejen engañar por los nombres y las formas. Conozcan la naturaleza del Ser y desarrollen amor por Él. Este Ser es conocido como el Aham o el Atma o el Yo. Los nombres y las formas son diferentes pero el principio fundamental es el mismo. El hombre será transformado en divino una vez que él comprenda esa verdad. El hombre es todopoderoso. De hecho, él es Dios. Por esto Dios está siempre representado en una forma humana. Cada hombre está provisto de un corazón (hridaya). Aquello que está lleno de compasión (dayâ o karunâ) es en verdad un corazón (hridaya). Cuando el hombre llene su corazón de compasión, la paz suprema reinará en el mundo. No habrá espacio para la envidia, el odio o la ira. El que llena su corazón de compasión estará siempre en paz. La gente confunde el hridaya con el corazón físico. Hridaya no es otra cosa que el todo penetrante principio átmico, es decir, el Aham …

Traducción: Arlette Meyer

Fuente: Extracto del discurso divino dado en Prashanti Nilayam, 21/8/2002