CHARLA INTRODUCTORIA DE SRI NARASIMHA MURTHY DURANTE LA PRIMERA ENTREVISTA DADA A UN GRUPO HISPANOPARLANTE EN LA FORMA SUTIL

Esta charla de Sri Narasimha Murthy a un grupo de devotos hispanoparlantes contiene importantes clarificaciones acerca de la manifestación de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba en la forma sutil, la continuación de su extraordinaria misión como Avatar, lo prodigioso de este fenómeno singular en la historia de la humanidad y el cumplimiento de las promesas divinas efectuadas en el pasado.

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Mis saludos a los divinos devotos de Bhagavan. Respetados hermanos y hermanas, Dios es eterno en sí mismo. Dios siempre ha existido, existe ahora y existirá en el futuro. Pero muy pocos vieron y experimentaron a Dios. Hubo millones de personas en el pasado, hay millones ahora y habrá millones en el futuro. En el pasado, sólo unos cuantos santos pudieron verle y hablarle, y además transmitir Su mensaje. Sólo sucede cuando un Avatar viene a la tierra, entonces muchas personas pueden verlo, hablar e interactuar con Él. Cuando Dios viene como un Avatar se convierte en algo público.

Cuando Rama vino, sólo unos cientos de personas reconocieron que era Dios y pudieron estar con Él así. Miles de personas vieron a Sri Rama pero no creyeron en Él como Dios. Había muchos que no lo querían. Muchos demonios lucharon contra Él. La esposa de Sri Rama, que era divina, fue raptada por Ravana. Pero Rama venció todos los obstáculos y completó Su misión en el mundo antes de irse.

Lo mismo sucedió cuando vino Krishna como Avatar. Tambien cuando vino el Señor en la forma de Buda. De igual manera cuando Dios descendió como el Señor Jesucristo. Miles de personas lo vieron, pero sólo unas cuantas lo siguieron. Muchos odiaron a Jesus, incluso lo crucificaron.

Esto sucede con cada Avatar. Por eso podemos llegar a la conclusión de que Dios existe siempre pero sólo algunos santos pueden acceder a Él, excepto cuando toma la forma de un Avatar. Avatar no es nada más que Dios tomando una forma, un cuerpo. Y cuando el Avatar deja el cuerpo, Su forma continúa existiendo, aunque la mayoría de la gente no pueda experimentarlo.

Sólo una vez en toda la historia un Avatar ha dejado el cuerpo y ha regresado para encontrarse con sus devotos. Nosotros lo conocemos por la Biblia y los cuatro Evangelistas, Mateo, Lucas, Juan y Marcos. Nos cuentan que Cristo fue crucificado y después de 3 días resucitó y, solamente unos pocos y su madre pudieron estar con Él. De los cuatro Evangelistas, sólo uno menciona que al salir de la tumba, lo vio María Magdalena y, al principio no lo reconoció, pensó que era el jardinero, pero Cristo le dijo: «Soy Jesús que he regresado», entonces ella avisó a Juan y a Pedro, y Pedro le preguntó en qué podían ayudar. A ellos dos también Jesús se les apareció. Y cuando los 11 discípulos se juntaron, Jesús volvió a aparecer, pero uno, Tomás, dudaba, y le pidió a Jesús que le diera una señal de que era realmente Él. Entonces Jesús tomó su mano e introdujo sus dedos en la herida de su costado causada por un centurión, y así fue que Tomás creyó. Según la Biblia, únicamente tres veces Cristo resucitado interactuó con sus discípulos.

Lo que Sathya Sai Baba está haciendo es diferente, después de dejar su cuerpo en el 2011, como todos nosotros sabemos, y por los medios de comunicación el mundo entero supo de ello. Esto no sucedió en los tiempos de Rama, ni de Krishna, ni de Buda, ni de Jesús. Cuando Jesús vivió, sólo una pequeña parte del mundo, en la zona de Galilea, pudo acceder a Él. Y cuando lo crucificaron tenía apenas 33 años. Sólo en un área muy limitada la gente supo de Él. Fue a través de sus discípulos, sobre todo Pedro y Pablo que llevaron el mensaje de Jesús a todas partes del mundo. Cuando Baba dejó el cuerpo, ya era conocido por millones de personas en el mundo. Todos los devotos estaban llorando, tristes porque Baba se había ido. Pero si nosotros creemos que Baba es Dios, ¿adónde puede ir? No fue a ningún lugar. Siendo Dios, Él siempre está con nosotros, delante, detrás, fuera, dentro, pero ¿por qué no lo vemos? Porque Baba está con nosotros, pero nosotros no estamos con Él. Aunque Él está en todos nosotros, tenemos muchos deseos, egoísmo y apegos. Entonces, aún cuando Baba esté conmigo yo no estoy con Él, porque mi mente está llena del mundo.

Swami habia declarado que continuaría Su misión hasta los 96 años, pero dejó el cuerpo cuando tenía 85 años y, ahora Él nos concede la Gracia de continuar estos 11 años compartiendo con miles de personas. Lo está haciendo y lo va a seguir haciendo; también está, y seguirá, levantando escuelas y hospitales. Durante estos 11 años va a continuar, esta vez desde Su cuerpo sutil, hablándonos, intercambiando con nosotros, dándonos Su guía. Asimismo va a seguir guiando a muchos niños, para convertirlos en buenas personas. Esto nunca antes había pasado a lo largo de la historia del mundo. Esto nunca ha pasado. Durante 11 años Swami va a trabajar desde su Cuerpo Sutil, va a moverse y hablar a miles de personas, guiándolas, y va a vivir principalmente en una morada, pero viajara por todo el mundo.

Me sentí muy mal cuando Baba dejó su cuerpo, porque había estado con Él desde que tenía 19 años. Estuve con Él en Whitefield y en Puttaparthi, en Prashanti, más de 40 años. Por eso me sentía triste. Pero después de 3 meses Él vino en Cuerpo Sutil, por

Su infinito amor y gracia, y me habló. “¿Por qué estas triste? Yo estoy contigo todo el tiempo. Tengo trabajo que hacer, ayúdame a hacer Mi trabajo. Tú también puedes hacer trabajo para Mi, quiero empezar un colegio en un lugar llamado Gulbarga, está a 700 kms de aquí».

Como cualquier ser humano, yo también tenía miedo, pensaba cómo voy a empezar algo así, no conozco gente, cómo voy a conseguir el dinero … Baba me dijo: “No te preocupes por la gente, no te preocupes por el dinero, Yo lo haré todo, tú sólo se mi instrumento, se mi flauta, Yo tocaré la canción, suelta tu ego, haz lo que te pido».

Por Su gracia, muchas nuevas escuelas han comenzado. Ademas llamó al devoto Sreenivas, a quien ya había utilizado para edificar el hospital en Whitefield. Sreenivas había pensado, después de que Baba dejara Su cuerpo físico, que quería edificar un pequeño hospital en Delhi. Pero Baba le dijo: “No, no, no. No empieces un hospital pequeño; será grande, de superespecialidades.Ve a Raipur y comienza el hospital, Yo te daré los fondos, te mandaré la gente, tu solo vé y hazlo». Si van allí, ustedes pueden ver el gran hospital de superespecialidades, levantado en tan solo 9 meses, igual de grande que el de Puttaparthi.

Swami sigue ahora en su cuerpo sutil, haciendo el mismo trabajo. No podemos verlo con nuestros ojos físicos, pero sus acciones sí pueden ser vistas. También lo podemos sentir en nuestro corazón. Baba es amor y compasión. Cuando estaba en Su cuerpo físico íbamos a Él no por la forma física, sino por el amor y la compasión. Ahora miles de personas de todo el mundo vienen, no para verlo, sino para experimentar Su amor y compasión. Lo sentimos en nuestro corazón.

Si lo sentimos en nuestro corazón ¿para qué viene la gente aquí? Imagínense que hay azúcar en un recipiente. Las hormigas llegarán a él, no necesitan que nadie les anuncie que hay azúcar; llegarán por sí mismas. Aunque el pote de azúcar tenga una etiqueta que diga sal, las hormigas igualmente vendrán. Algunas personas podrían advertir a las hormigas que no es azúcar sino sal, pero de todas maneras van a llegar. Por eso los devotos que aman a Baba van a llegar adonde Él esté. Esto es lo que está sucediendo hoy. Él está dando el mismo mensaje, Yo soy Dios, tu eres Dios, vuélvete Dios. El camino es el servicio y el amor desinteresado. Si quieren conocer a Baba, a Swami, hagan lo que Él les dice.

Somos muy afortunados de estar aquí sentados con Él, hay millones de personas, y nosotros estamos aquí, con Él. Las cosas más bellas del mundo no pueden ser vistas ni tocadas, solamente pueden ser sentidas en el corazón. Para esto se necesita pureza de corazón, calma en la mente, y devoción. Y, como tenemos amor en nuestros corazones, estamos aquí reunidos, esperando a que Swami nos hable …

Fuente: Testimonio de los devotos presentes

en la entrevista.