DIVINIDAD – EL PLAN PERFECTO
por Vikas Varma
24/10/2017
El plan es perfecto pero nuestra comprensión es imperfecta. La ejecución del plan también es perfecta, pero nuestro conocimiento del planificador y ejecutor es imperfecto.
Los llamados contratiempos, errores, retrasos, torpezas, decepciones, pérdidas, separaciones, etc., están tan perfectamente planeados y ejecutados como los golpes de suerte, los ascensos fuera de turno, las apreciaciones inesperadas, las ganancias imprevistas, los brillos repentinos, los destellos de inspiración, los enamoramientos, las coincidencias placenteras, etc.
No nos gusta lo primero y nos complace lo segundo. Una es desagradable y la otra satisfactoria. Lo único común a ambos tipos de acontecimientos es que ocurren por sí mismos. Sin embargo, nos gusta creer que todas las cosas buenas suceden debido a nuestro esfuerzo y que todas las cosas malas son un caso de pura mala suerte. Pero, la verdad es que no tenemos el control.
Una forma superior de conciencia está planeando y ejecutando cada acción, reacción e interacción en este Universo. Cuanto antes entendamos y realicemos esta verdad, más fácil será experimentar la conciencia superior o divina que está siempre presente.
La ilusión o Maya es el producto de la mente y el ego que se identifican erróneamente como el cuerpo, dando lugar a la falsa sensación de ser un hacedor. La mente nos mantiene atrapados en el interminable juego de acciones y consecuencias hasta que comprendes que es sólo un juego, no es real. El trabajo de la mente es enredarte.
Cuando la mente se retira al silencio, la conciencia se profundiza, la futilidad de esta lucha amanece y gradualmente la verdad se revela. La verdad de nuestra propia identidad. Nuestra divinidad innata enmascarada y atascada por la ilusión de la mente. La divinidad es omnipresente – dentro, fuera, en todos, en todas partes.
No hay nada sin propósito. Cada situación y evento en la vida se organiza para eventualmente acercarnos a la comprensión de la verdad de la divinidad, dentro y fuera. Cada uno se dirige al mismo destino. El drama divino es interpretado a la perfección. El juego termina cuando la conciencia divina es reclamada como nuestra verdadera herencia.
La perfección es cuando te entregas enteramente a la voluntad divina y dependes completamente de ella. Goza de este juego o drama como el perfecto disfrutador del plan perfecto para perfeccionar la divinidad… ¡Tú, Dios!
Amor, Luz y Gratitud,
Vikas