PREGUNTAS A SWAMI – Discriminando la voz interior de las voces que vienen de la mente condicionada

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PREGUNTAS A SWAMI – Discriminando la voz interior de las voces que vienen de la mente condicionada

Encuentro Mundial de la Juventud
Muddenahalli, 22/11/2019

Pregunta: Cuando voy al interior, siento que estoy Contigo y a veces es más que eso – yo
soy Tú. Te conviertes en el Uno que hace todo. Aquel que medita, canta bhajans o incluso trabaja en la oficina. Y aparte de estos momentos, estoy haciendo todo lo posible para preguntarte siempre desde el interior. A veces las respuestas llegan asombrosamente, como un sentimiento o como
un flash. Se materializan delante de mí, pero hay veces que sucede de otras maneras. Veo y
observo las cosas que ocurren de manera muy diferente a lo que siento y escucho en mi interior. Lo que me pregunto en esos momentos, es si es mi mente viniendo en el camino y bloqueando el flujo divino y siendo esta la razón para recibir las cosas de manera diferente. ¿O sigue siendo lo correcto y debo tener fe de que hay un motivo para esto y esperar tu orientación dentro?

Swami: La luz solar incolora adquiere diferentes colores cuando pasa a través de un vidrio. De la misma manera, la guía de Dios que viene del interior, cuando pasa a través del filtro
de la mente, que tiene sus propias ideas, apegos, sentimientos, pensamientos, nacidos de su propia
experiencia del mundo, también se colorea; también se mancha.

Mantener una mente muy pura y limpia, para permitir que la guía de Dios fluya a través de ella sin
colorearse, ese es el secreto. Entonces, ¿cuál es este color que la mente da al pensamiento de Dios?
Si estás apegado a algo, te confundirás. Una voz nos habla desde adentro todo el tiempo.
Esa es la voz de Dios, la voz interior. Pero cuando estamos apegados a una idea, cuando queremos el
resultado de una acción determinada para cumplir de una cierta manera con nuestras propias expectativas, entonces esa
expectativa, ese deseo, ese apego, distorsiona la voz de Dios y es ahí donde la confusión
comienza. Es una experiencia común. A menudo doy este ejemplo. Hay muchos médicos aquí. Si
estos doctores tuvieran que operar al hijo de otro, lo harían con gusto, sin ningún temor o ansiedad. Supongamos que el mismo médico debe operar a su propio nieto. Sus manos
temblarán. Prefiere que otro doctor opere al niño en vez de sí mismo debido al
apego, por el sentido de posesion, por la conexión individual que tiene.

Así que
cuando piensas desinteresadamente sin ningún apego, la voz de Dios fluirá directamente sin
que se distorsione o se manche o se coloree en el proceso.
Cuando tenemos aunque sea un poco de apego al resultado o a los efectos de lo que estamos pidiendo,
existe la posibilidad de que la mente distorsione la idea de Dios, y ahí es donde comienza la confusión.
Cuando escuchas la voz de Dios y la experimentas dentro de ti mismo, encontrarás paz inmediatamente.
Pero cuando escuchas a la mente, o cuando la mente ya se ha interpuesto en el camino, entonces tu mente
creará una perturbación dentro de ti; no estarás seguro. Así que, como se dice, cuando tienes dudas,
abstente. No sigas nada en ese momento cuando tu mente no está clara. Sólo sé. Permitete aquietarte. Una ondulación en el agua impide ver el fondo del lago. Permite entonces que la onda se asiente. Deja que el lago se vuelva tranquilo y claro de nuevo y entonces puedes ver el fondo. De la misma manera, cualquier expectativa, cualquier apego, algo relacionado con ese pensamiento particular del que tenemos una idea individual,
distorsionará la voz original de Dios.

Por lo tanto, mantener la mente absolutamente pura y clara es el camino.
Dos palabras. Una es ‘pura’, la otra es ‘quieta’. La mente debe ser pura y también debe estar tranquila.
En el agua que es pura pero que no está quieta, no puedes ver tu reflejo. De manera similar, en el agua
que está muy quieta, pero no es pura, es difícil ver nuestro reflejo. En consecuencia, la mente tiene que deshacerse de
ambas cosas. Una es «sin apegos», por lo que debería permanecer pura y quieta porque no tiene alguna expectativa sobre el resultado. Muchas veces sientes que Swami está diciendo, «Haz esto», pero
una parte de ti dice, «No quiero hacer esto, no me gusta hacerlo». Así que hay
algo dentro de ti que sigue obstruyendo este flujo de Dios, que sigue resistiendo.
Ahí es donde comienza la confusión, ahí es donde se forman las ondas y la claridad desaparece. En tal situación, lo mejor es distanciarse, permitir que tu mente se asiente, se vuelva pura y clara otra vez y luego hacer la pregunta de nuevo a Dios, es decir, a Dios en el interior. Cuando tengas la respuesta,
encontrarás una paz inmediata. Esa es la verdadera prueba de que Dios ha hablado. Tu mente se vuelve absolutamente pacífica y tranquila. Así es como en cada situación debes preguntar a la
voz interior, y si no obtienes la respuesta en ese momento, si hay confusión, no hagas nada.
No te preocupes, Dios está a cargo, y si estás entregado, nada pasará. Ninguna situación es
urgente, nada es una emergencia con Dios. Él sabe cómo manejarlo. Rinde tu mente
a Dios, quedate atrás, permitete estar calmo y las cosas sucederán. Pero cuando no es el caso, no sigas las instrucciones. Es muy posible que sea sólo un juego de tu mente,
sólo un reflejo de sus propias ideas e individualidad.

Fuente: Encuentro Mundial de la Juventud – 22/11/2019

Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. Las traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.