¿CUÁL DEBERÍA SER NUESTRA RESOLUCIÓN PARA EL AÑO NUEVO?
Hagamos lo que hagamos, siempre deberiamos tener la aspiración de que debemos ser más cercanos y queridos a Dios. Tomar aquellas cosas que nos acercan al mundo y nos alejan de Dios, no es la verdadera meta de la vida. Ya sean niños o mayores, lo que piensen, lo que sientan, lo que digan, lo que hagan, sólo tiene esta meta: ¿Cómo puedo acercarme más a Dios? ¿Haciendo qué, me vuelvo más querido por Dios? Cuando elegimos nuestras acciones, pensamientos, sentimientos y palabras en base a esta discriminación, entonces nuestra vida se volverá sagrada y santa.
Hoy tenemos que resolver que a partir de ahora, utilizaré todo mi tiempo y energía para ayudar a los demás y servir a los demás. Cada día de Año Nuevo, el primero de enero, tomamos muchas resoluciones de este tipo. Pero la mayoría de nosotros no las seguimos. Lo que sea que tengan que pedir, una vez que lo hayan pedido nunca se rindan hasta alcanzarlo. Si han determinado hacer algo que necesita ser hecho, nunca se den por vencidos. Si han aspirado a algo por lo que es necesario aspirar, no renuncien a ello antes de obtenerlo. Si han pensado en algo que requiere ser pensado; a menos que se cumpla, se materialice, no se rindan. Abandonar en el medio y retroceder no es la característica de un verdadero devoto. Cualquier cosa que resolvamos, necesitamos trabajar con determinación para alcanzarla. Desarrollar esa clase de determinación para lograr lo que necesita ser logrado es el valor real. Si tenemos amor por Dios, devoción a Dios y aspiración de acercarnos a Dios, definitivamente podemos conseguir todo esto. Sólo entonces podrán alcanzar la verdadera felicidad y el gozo en su vida. Los placeres temporales y la felicidad del mundo vienen y van, es natural; son como nubes pasajeras. La verdadera y duradera bienaventuranza la obtendremos sólo cuando consigamos mayor cercanía con Dios, en Su Divina proximidad. Cuando hacemos cosas que Dios ama y que le son queridas, entonces nos acercaremos a Él. La cercanía a Dios es felicidad. Esa clase de felicidad no se obtiene en ningún otro lugar. Ustedes tienen que comenzar este nuevo año con este tipo de resolución de que vamos a lograr lo que Swami nos ha dicho. Sólo entonces estarán siguiendo al Maestro, podrán enfrentar al diablo, luchar hasta el final y terminar el juego. Así es como podemos alcanzar la meta suprema de la vida. Luchamos para ganarnos la vida de muchas maneras, pero también debemos tratar de lograr el objetivo final de la existencia. Y una vida humana tan preciosa es lo que todos nosotros tenemos. Si no lo logramos, todo eso será inútil. Nuestra meta de la vida es realizar la Divinidad eterna dentro de nosotros, disfrutar de esa dicha y compartirla con los demás. Cada momento están recibiendo una guía tan maravillosa. No mucha gente lo conseguirá. Pero utilizarla de la manera correcta está en sus manos. Tenemos que resolver ahora mismo entrar en este camino de bondad, nobleza y Divinidad. Antes de que este año termine, debemos obtener y experimentar un poco de nuestra Divinidad – esa debe ser nuestra resolución. Hoy tienen que decidirse a lograr la experiencia de la Divinidad de manera constante, momento a momento.
Fuente: Sri Sathya Sai Vrinda, 1/1/2020