Indulal Shah y su esposa Sarla Shah fueron un ejemplo de entrega a la voluntad de Dios y de esfuerzo espiritual realizado mediante el servicio al prójimo. Indulal tuvo la rara oportunidad de cumplir sus cien años de edad acatando una última orden de Sai Baba: abrir los quirófanos de un nuevo hospital gratuito de Swami, en Mumbai, su propia ciudad. En este discurso, Sathya Sai Baba en su forma sutil, a través de su comunicador Sri Madhusudan, hace referencia a los planos sobrenaturales de la realidad, en relación a la partida física de Indulal Shah.