EL AVATAR RAMA – Bhagavatha Vahini – por Sri Sathya Sai Baba

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EL AVATAR RAMA
 
Bhagavatha Vahini
por Sri Sathya Sai Baba
 
El santo Sukha continuó su narración así: «Primero te describiré la cualidad de soumya de Sri Rama. Por soumya me refiero a Su gentil, suave y tierna naturaleza. Él usaba una túnica de color verde hoja y una tela amarilla alrededor de su cintura, además de una diadema de oro en la cabeza; sin embargo, cuando caminaba, sus ojos miraban hacia el suelo, como si tuviera vergüenza de mirar de frente. La escena derretía los corazones de todos los que lo veían. Nadie lo sorprendió en el acto de posar sus ojos sobre los demás. Él siempre tenía la visión interna y no la externa. Siempre que alguien le ofrecía algo, lo aceptaba pero no totalmente; acostumbraba a romperlo para tomar sólo un pedazo o una pequeña porción a fin de complacerlos o solamente tocaba la ofrenda con sus dedos y la devolvía a la persona que la había llevado».
 
«Se comportaba con su suegro y su suegra no como un yerno, sino como un hijo. Apenas abría la boca para hablarle a sus cuñadas y doncellas. Nunca levantaba la cara y posaba su mirada sobre ellas.
 
Reverenciaba a todas las mujeres mayores que Él como si honrara a su madre Kausalya. Consideraba a todas las más jóvenes como sus hermanas menores, a las de su edad como si fueran sus madres adoptivas.
 
Se apegaba a la verdad estrictamente. Pensaba que si su padre rompía su palabra la dinastía caería en una gran deshonra. Debido a esto y con el fin de sostener la palabra comprometida por su padre y mantener su reputación, Él mismo se exilió catorce años en la selva. Su padre no le dijo que lo hiciera, pero Él lo supo de su madrastra Kaikeyi. Nunca discutió o replicó, renunció al reino y se dirigió a la selva. Actuó correctamente, de acuerdo con sus palabras».
 
«Rama tenía un corazón lleno de compasión, daba refugio a cualquiera que le pidiera su protección y se rindiera a Él. Cuando las hordas de Vanaras (monos) y Rakshasas (ogros), se enfrascaron en un mortal combate durante la batalla en Lanka contra el malvado Ravana, algunos ogros se disfrazaron de monos y penetraron detrás de las líneas, pero fueron rápidamente atrapados por los guardias monos y fueron traídos ante Él para un drástico castigo. Sin embargo, Rama detuvo a los monos que los torturaban y les dijo que ellos habían venido a pedirle refugio, y declaró que era su promesa perdonar a todos aquellos que se le rindieran, sin importar sus faltas o errores. De esta forma le dio asilo al hermano de Ravana y lo trató como a su propio hermano Lakshmana. Rama declaró: ‘Si él dice solamente una sola vez: Yo soy tuyo, él será Mío para siempre’. Rama vivió el Dharma a través de todos sus actos, estableció el Dharma a través de la práctica y los preceptos. Protegía y alentaba a los hombres buenos, libraba de los sufrimientos a los bondadosos, y los ponía muy cerca de Él; sus vidas se realizaron a través de Su gracia. El era el maestro de todos los Shastras, sabía el significado de todos los Vedas».
 
«Rama transformó el mundo en un reino de rectitud, a través de sus múltiples actividades y ejemplos. Durante la gran ceremonia sagrada del caballo que Él celebró, todos los eruditos y sabios del ritual que se reunieron lo honraron como un gran benefactor de la tradición y la cultura. Su compasión y ternura de corazón están más allá de toda descripción, ninguna palabra puede llegar a su profundidad y extensión. Él colocó en su regazo a la moribunda águila, un ave que ninguna persona honraría normalmente, limpió con su propio pelo suelto el polvo que se le había adherido, y cuando exhalaba su último aliento ¡él efectuó los funerales al igual que un hijo lo hace cuando su padre muere!
 
Su sola apariencia encantaba a todos los que lo veían. Amor, belleza y virtud emanaban de Él y se esparcían alrededor Suyo. Trataba a los Vanaras (monos) con tanto afecto como el que tenía hacia sus hermanos, Bharata, Lakshmana y Satrugna.
 
Rama era la manifestación plena de la rectitud o Dharma, ¡los ascetas lo ensalzaban diciendo que el Dharma mismo había tomado esa forma humana! No hay necesidad de extenderse y hablar de un millar de detalles. Para el jefe de familia, Rama es el ideal; Su descenso fue para restaurar los valores espirituales y salvar al mundo del desastre moral. ¡Cuán afectuosamente se movía entre sus hermanos! Todo estaba listo para su coronación, pero en el último minuto fue exiliado y tuvo que irse a la selva; los habitantes de Ayodhya se lamentaban con angustia incontrolable, pero Rama salió de la ciudad y del reino ¡con toda la alegría y ecuanimidad que tenía, como cuando se dirigía hacia el trono para la coronación! ¿Se requería mayor ejemplo para personificar el Stitaprajna (la persona cuya conciencia está en calma y más allá de las agitaciones)?»
 
«El sentía que la palabra dada era más digna de sacrificio aun que la propia vida. Sufrió terribles dificultades con perfecta ecuanimidad, con el fin de preservar la promesa dada por su padre. Su sincera perseverancia en cumplir la promesa hecha por su padre es una inspiración y un ejemplo para cada hijo de hombre».
 
«Sita también insistió en acompañar a su esposo al bosque, pues la verdadera esposa sólo puede vivir en compañía de su esposo. Ella nunca antes se había expuesto al sol y la lluvia; no obstante, pasó sus días en una aterradora jungla, como un deber irrenunciable y con una alegría inmaculada».
 
«Aquel que nació contigo es más digno de afecto que aquella que se te unió más tarde». Este fue el punto de vista de Lakshmana cuando se unió a su hermano Rama, dejando en Ayodhya a su propia esposa Urmila.
 
Bharata no pudo sino obedecer el deseo de Rama y regresó hacia la capital con un gran pesar en su corazón, pues Rama se negó a retornar y tomar posesión del trono. Bharata creó una selva artificial para él, es decir, llevaba una vida de asceta debido a que sintió un intenso deseo por vivir como su hermano exiliado.
 
Considera la diferencia entre Dasaratha, el padre, y Rama, el hijo: ¡eran tan diferentes como la tierra y el cielo! Para complacer a su esposa, para hacerla feliz y tenerla contenta, el padre estaba dispuesto a soportar la más terrible pena. Finalmente, él envió a su querido hijo a la jungla como exiliado. ¡El hijo llevó a su esposa a la selva con Él a fin de respetar las opiniones del hombre común de su imperio! Piensa en las diferentes formas en las cuales los dos cumplieron sus deberes hacia la gente sobre la cual gobernaban. Dasaratha estaba abrumado por la ilusión de que él era el cuerpo físico; Rama estaba movido por la conciencia de que Él era el Atma.
 
¡Oh, rey! Es imposible para mí describirte las virtudes y excelencias de Rama. ¿Qué tarea y misión más grande puede tener un hombre en su vida que la de contemplar al Ser Supremo? Para salvarse de la decadencia, el único ejercicio que se requiere es escuchar el glorioso relato de la vida de los Avatares; cuando ustedes lo hacen así, eliminan todos sus pecados», dijo Suka.
 
Bhagavatha Vahini
Sri Sathya Sai Baba