ASÍ ES COMO CRECE LA MISIÓN DE SWAMI … por Sri Madhusudan Naidu

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ASÍ ES COMO CRECE LA MISIÓN DE SWAMI …
 
por Sri Madhusudan Naidu
Muddenahalli, 16/2/2019
 
«En todas partes, las excepciones son excepciones y lo normal es normal. En nuestra misión, lo normal se ha convertido en una excepción y las excepciones se han vuelto normales».
 
En el campus de Muddenahalli, tenemos cursos de Ciencia, Comercio y Artes (Preuniversitarios). En Gulbarga, tendremos Ciencia y Arte. En Jayapura, tendremos Ciencia este año. Ya tenemos Ciencia y Artes en Nallakadirenahalli. En el futuro, Swami tiene planes de comenzar más colegios preuniversitarios. Llegará un día en que cada campus se convertirá en un colegio preuniversitario también.
 
¿Creen que todo esto es fácil? Swami me hizo trabajar en el campus de Gulbarga y pensé que había reparado todos los pecados de todos mis nacimientos anteriores al bregar tan duro en el tórrido clima de la region. No podia asimilar la comida que era tan picante. No estaba acostumbrado a ello. ¡Todos los días era Anna-Rasam y Anna-Sambar! No había verdura, ni chapathi. Los cocineros se marchaban cada tanto. ¡Y luego tuvimos que pedir prestado un cocinero que en realidad era una persona que tenía un taller de reparación de bicicletas! Así que en nuestra hora crítica, si era necesario, se convertía en el cocinero al día siguiente y empezaba a cocinar lo que le viniera a la cabeza. Así es como comenzó el campus de Gulbarga. Vivíamos en el cobertizo. Y en el subsuelo del edificio y comiamos lo que estuviera disponible.
 
Swami me puso allí después de 6 años de vida confortable en Bangalore. Tenía una casa enorme para mí solo. Tenía dos autos para conducir gracias a la banca privada, que es un tipo de trabajo muy privilegiado. Es como un negocio de espectáculos. Siempre estábamos vestidos con el atuendo más caro, siempre manejando buenos autos, usábamos relojes costosos, y estábamos sentados en habitaciones con aire acondicionado y nos reuníamos sólo con los ricos y los más ricos.
 
De allí, Swami de repente me puso en Gulbarga; caluroso, húmedo, polvoriento y teniamos jabalíes salvajes visitándonos por la noche. Pero Él quería comenzar el campus urgentemente y lo hicimos. Y terminé el trabajo que tenía que hacer y regresé a Muddenahalli. Pensé que eso era todo y no me iba a pedir que hiciera nada más.
 
Pero pronto comenzó con Mandya, Jayapura. Ahora, si decimos que no estamos haciendo nada, la gente se sorprenderá. La «nueva normalidad» es abrir tres o cuatro establecimientos cada año. Si cuatro campuses no empiezan, ¡sentimos que algo anda mal con nosotros! De esta manera es como se ha vuelto. En todas partes, las excepciones son excepciones y lo normal es normal. En nuestra misión, lo normal se ha convertido en una excepción y las excepciones se han vuelto normales. Todo el tiempo, hay milagros o excepciones sucediendo. Así es como crece la misión de Swami. Y todos estamos adaptados a esto ahora.
 
Regresé de Gulbarga. Estaba devastado y pensaba que ya no podía hacer este tipo de trabajo. Siempre quise servir a Swami en tanto que fuera un trabajo agradable; sentarse en la oficina, firmar algunos papeles, dar algunas instrucciones y sentirse bien al respecto. Nunca quise pararme en el sol abrasador y hacer estas cosas y comer ese tipo de comida.
 
Estaba yendo a Anandam (la residencia de Bhagavan) un día. Fui a la estatua de Madiyala Narayana Bhat que está a la entrada e hice un Namaskar (saludo reverencial) como de costumbre. Inmediatamente, un pensamiento vino a mi mente. «¡Jefe! Todo esto es tu culpa. Tú eres quien le dio esta idea a Swami» (Risas). Si no lo hubieras pensado, todos habríamos estado muy cómodos. También podríamos haber hecho un buen Bhajan, haber tomado Prasadam al final y sentir que éramos grandes personas espirituales; no habríamos pasado un minuto en servicio. Nos hubiéramos sentido felices sólo por estar asociados a Swami. Eso es lo que hace la mayoría de la gente. «Vine aquí, me quedé atascado. ¿A dónde iré ahora?» Así es como me quejaba a la estatua de Madiyala Narayana Bhat. Para mi sorpresa, salió de la estatua y estaba de pie junto a mí. He tenido muchas de esas experiencias. A este punto, todos ustedes saben que estas cosas son ciertas. Hay muchas dimensiones. La gente realmente no muere. Entonces, él acababa de aparecer. Le pregunté: “¿Quién va a hacer todo este trabajo? Tu diste la idea y partiste”. Y él respondió: “¡Hazlo tu!”. Consideré, ¿por qué debería hacerlo? No es asunto mío. Todavía era muy ajeno a todo este sistema Alike-Muddenahalli; toda la idea de la educación. Pensé que seguiría viniendo desde Bangalore de vez en cuando, daría instrucciones a Sri Narasimha Murthy, me lavaría las manos y volvería a Bangalore y permitiría que Narasimha Murthy Sir se ocupara de lo que fuera que aconteciera.
 
Entonces Swami me pidió que viniera y me quedara en Muddenahalli y que Él me daria una habitación aquí. Así fue como me trajo a Muddenahalli y luego, todo lo que sucedió, todos ustedes lo saben.
 
Por eso estoy compartiendo esto porque incluso yo estaba tan desprevenido como ustedes. También quería servir a Swami pero dentro de mis zonas de confort. Quería ser médico, unirme a un gran hospital corporativo, obtener un salario de siete cifras y sí, de vez en cuando ir a un campamento médico, distribuir unas pocas medicinas y volver y sentirme bien por ser un estudiante de Swami. O me hubiera gustado asumir cualquier otra profesión y, cada tanto, hacer «cheque seva», escribir un cheque, ¡la cosa más fácil de hacer! La mayoría no quiere ser llamado para ningún servicio en las aldeas o cualquier otra actividad. Convenientemente, sólo dan un cheque, minúsculo comparado con lo que están ganando.
 
Pero Swami quería gente aquí, en el terreno, en el campo de batalla, no sentados y dando algunas instrucciones desde sus torres de marfil. No sabía dónde buscar. Buscó a tales personas en la multitud de devotos y se sintió decepcionado. No encontró demasiados devotos que estuvieran listos para hacer este tipo de trabajo duro. Luego miró hacia los ex-alumnos. Y nuevamente, Él no encontró a muchos de ellos que estuvieran listos para hacer un trabajo tan arduo. Eran apreciativos, bloggers de redes sociales, pero no estaban preparados para venir a trabajar bajo el sol ardiente. Entonces, ¿quién iba a construir estas instituciones, los establecimientos? Todos los devotos no estaban viniendo; los ex alumnos tampoco. Luego pensó que debía crear una nueva raza de estudiantes. «Debo iniciar un nuevo grupo de estudiantes y estos serán los estudiantes que trabajaran hombro con hombro Conmigo y los que renunciarán a todas las comodidades y conveniencias. Serán aquellos que dejarán de lado sus gustos y aversiones individuales y asumirán esta tarea más amplia de traer más luz y amor a las vidas de tantas personas privadas». ¡Esto es lo que Él decidió e inició el Centro Sri Sathya Sai para la Excelencia Humana, como todos ustedes saben, en 2014-15!
 
Sri Madhusudan Naidu, en el «Programa de gratitud – Una ofrenda de los estudiantes graduados de todos los establecimientos» (16 de febrero de 2019), Sri Sathya Sai Premamrutham, Muddenahalli
 
Fuente: Sri Sathya Sai Vrinda