“Cuando te entregues a Dios, Él te hará infinito»
Pregunta planteada por alguien del staff trabajando en Sathya Sai Grama, Muddenahalli.
«Cuando trabajamos contigo como Madhu, te enviamos preguntas y sabemos que estás en sesión con Swami, sin embargo a veces recibimos respuestas de inmediato. ¿Siempre me pregunto si tú también tienes una forma sutil o qué está sucediendo?» (Risas)
Ojalá tuviera una forma sutil. ¡No tendría que viajar en estos vuelos! (Risas) El hecho es que por naturaleza soy adicto al trabajo. Amo el trabajo Y cuando tengo un trabajo tan significativo que hacer, tanto más me encanta. También trabajé bastante duro en mi carrera porque generalmente amo el trabajo. Y cuando estoy trabajando para Swami, por pequeño o insignificante que parezca la tarea; podría ser un pequeño problema con el mantenimiento de alguna transacción financiera o la consulta de algún devoto, me encanta mi trabajo porque eso es lo que me mantiene activo cuando lo hago por Swami. Mi teléfono está encendido las 24 horas del día, los 7 días de la semana, excepto en la noche en que uso el modo avión, porque no quiero que continúe sonando y despertándome sobresaltado. Duermo bien y me despierto fresco. Incluso en la sala de entrevistas, mi teléfono está encendido. Porque hay tantos mensajes que llegan y siguen acumulándose, y puedo olvidar responder a algunos. Entonces Swami y yo hicimos un pacto. ‘¡Swami! Discúlpame, este teléfono suena por ti. Entonces si llega algo, responde en ese mismo momento para que pueda borrarlo instantáneamente y no dejarlo para después y olvidarlo más tarde’. Sé lo importante que es responder a un mensaje porque para alguien el esfuerzo de todo el día depende de eso. La decisión de una vida depende de eso. Para alguien, es una cuestión de vida o muerte. Entonces un mensaje de Swami significa mucho para ese devoto. Para mí es solo escribir algunas palabras, pero para ese devoto, es una situación de vida o muerte. Y lo entiendo completamente. Es una responsabilidad.
Y cuando la hermana Krishna (la persona del staff quien hizo la pregunta) me envía un mensaje, soy mucho más cuidadoso en responderlo rápidamente porque tiene tanto trabajo todo el tiempo que le resulta difícil esperar. Si recibo respuesta de Swami, estoy seguro de que el trabajo se hace muy rápido. Ella tiene mucho trabajo por hacer. ¡Gente asombrosa! No sé cómo Swami encontró a estas personas y las puso en los lugares correctos para hacer las cosas correctas.
Incluso cuando no estoy en la habitación de Swami, Swami siempre está disponible y esa es la Verdad. Solo tengo que estar enfocado. Cuando estoy en el aeropuerto y hay algo importante que necesito responder. ¿Qué debo hacer? Ya que no hay más remedio que orarle a Swami, entonces rezo. La oración no significa cantar un mantra, sentarse con las piernas cruzadas con las manos juntas. ¡No! Simplemente caminando, hablando o haciendo cualquier cosa con la mente centrada en Swami, conectado a Swami. Y cuando le consulto a Swami qué es lo que se requiere, o bien se manifiesta allí o bien puedo escuchar su pensamiento, su voz sonando en mi cabeza. Entonces, claramente sé qué es lo que Él está diciendo. ¡Imagina! ¡Si no tuviéramos esta tecnología de comunicación y Dios en lo sutil, esta misión no habría sucedido! Obviamente, ya que Swami está disponible todo el tiempo, responde las cosas y hace que las cosas sucedan tan rápido, podemos comunicarnos a cualquier distancia, telepáticamente! Eso es lo que hace que esta misión suceda tan rápido, tantos hospitales, escuelas y otros proyectos, todo porque Swami nos está guiando claramente.
Si uno tiene que elegir un lugar para construir su propia casa, entre un esposo y su esposa, no podrán reconciliarse. El diseño, los muebles, el techo, todo puede ser un motivo de disputa y discusión entre dos personas que viven juntas. Y somos cientos de nosotros trabajando juntos aquí. Sin embargo, cuando Swami dice: «Haz esto», todos dejan de lado todo lo demás y lo hacen, ¡y las cosas suceden! Cuando la gente no hace lo que dice Swami, ¡las cosas no pasan! Esa también es la verdad.
Pregunta de un devoto: la gente tiene muchas expectativas de ti. ¿Te sientes agobiado a veces? A veces siento lástima por ti.
Utilizaste la palabra «lástima» y eso es lo que solía sentir por mí inicialmente. Me decía a mí mismo «¡Oh, Madhusudan! Cuán agobiado estás ¿Qué difícil es tu vida? Ya no puedes ir a comer hamburguesas a McDonald’s. Ni caminar sin preocupaciones en las calles. No puedes usar lo que te gusta usar ni puedes simplemente chatear con cualquier amigo, en cualquier lugar’. Solía sentir lástima de ese modo. Créanme, la autocompasión es muy peligrosa. Te arrastrará hacia abajo en una espiral descendente que termina en un abismo. Entonces Swami me enseñó la primera lección cuando comenzamos a trabajar. «Deja de compadecerte», dijo. «No te tengas lástima a ti mismo por no poder hacer las cosas que muchos otros hacen, sino que debes comprender el privilegio que estás teniendo. Comprende el valor de lo que estás haciendo”.
Antes solía compararme con cualquier otra persona y pensar así: no puedo ir allí, no puedo hacer esto. Esa era la forma negativa de pensar, diría yo. Él me enseñó, “deja de compadecerte, más bien sé sé feliz, mucho trabajo digno y honorable ha llegado a ti». Y luego aprendí a reconciliarme primero con esta idea y eventualmente ahora vivo esa idea. Yo soy feliz. A veces es abrumador cuando hay demasiadas cosas que hacer de repente. Hay limitaciones físicas, limitaciones mentales. A veces, es agotador físicamente. Pero realmente debo decirte que nunca ha sido una carga.
De hecho, si no me fuera dado hacerlo, probablemente me sentiría como un pez fuera del agua. Si me despiertara y no viera a Swami y si no tuviera instrucciones de Swami sobre cómo debería pasar el día, no sabría qué hacer. Esa es la situación en la que me encuentro ahora. Entonces, prefiero que Swami me hable 24 horas al día, 7 días a la semana, y me haga hacer muchas cosas en lugar de compadecerme. Si alguna vez Swami dijera: ‘Tienes tanto trabajo, de acuerdo, no te daré más trabajo que hacer’, creo que moriría. Solo vivo para trabajar para Él. Obviamente, eso es lo que me mantiene en pie. Si eso no sucede, no tengo existencia. No tengo una definición para mí mismo. No tengo ningún significado para mi vida. Todo proviene de Él porque yo no existo de otra manera. Entonces, obviamente es para mi propia existencia, para mi propia supervivencia que necesito trabajar para Él y seguir lo que Él quiere que yo siga, que acate su palabra, que lo obedezca. Es mi vida, mi existencia, más que eso, es mi supervivencia sin la cual no puedo respirar, no puedo comer, no puedo dormir o caminar. Por lo tanto, estoy muy agradecido a Swami porque todavía sigue pensando que probablemente estoy haciendo un trabajo decente de lo que sea que me esté dando y continúa diciéndome que haga cosas. Temo el día cuando diga: ‘Estás retirado. Ya no te necesito más. Espero tener el equilibrio mental requerido, la ecuanimidad y fortaleza para aceptar esa decisión de Swami también con gracia y dignidad. Y obedecer incluso ese comando si resulta ser así. Por lo tanto, realmente no es una carga y no me autocompadezco. Estoy muy feliz y entusiasmado.
Si solo le dejamos hacer, Él lo hace. Sin mucho sentido de la actividad, si solo le permitimos, Él hace que nuestras capacidades sean infinitas. Cuando te entregues a Dios, Él te hará infinito. Los monos pudieron construir el puente, porque sus capacidades se multiplicaron infinitamente cuando se rindieron a Dios. Lo divino comienza a funcionar. Ése es el secreto.
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Por Sri Madusudhan Naidu, Sathya Sai Grama, Muddenahalli
‘Tattva Sameeksha’: Serie de Charlas los días lunes por la tarde brindadas por eminentes oradores a los residentes del Ashram de Sathya Sai Grama en Muddenahalli
Fuente: Sai Vrinda
Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. As traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.
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