«Ser nada es muy difícil. Ser algo es fácil » – por Sri Madhusudan Naidu
Inicialmente cuando comencé este camino, durante los primeros meses Swami fue muy estricto conmigo. Él me despertaba a las 4:30 o 4:45 a.m., independientemente de si dormía a las 2 o 3 a.m., sin importar lo que había hecho el día previo, tenía que despertar tan temprano. Entonces Él me hacía ir a través de ciertas prácticas. Me lavaba la cara, me sentaba en la misma esterilla todos los días, encendía la lámpara, y luego me pedía que cerrara los ojos y meditara mientras Él estuviera hablando. Mi meditación era sólo escuchar todo lo que Él decía. Era como una meditación guiada todos los días durante unos 45 minutos por la mañana. Luego me pedía que fuera a tomar el té y diera una caminata, así que salía a tomar el aire fresco de la mañana, volvía y me bañaba.
Después de un buen baño, regresaba nuevamente a la habitación de Swami y luego discutíamos algunas escrituras como el Vivekachudamani (texto de Advaita Vedanta de Adi Shankara). Debatimos bastantes capítulos juntos, verso por verso (sloka por sloka). El Bhagavad Gita también, varios capítulos, lo que sea que Él escogiera y y discutiera. O a veces era un discurso espiritual general de Swami. Esto continuaba durante una hora más o menos. Luego desayunaba y después me enviaba a hacer algún trabajo, lo que fuera que Él quisiera que hiciera, así todo el día era para Él. Volvía para almorzar. Servir el almuerzo a Swami, y entonces yo también tenía el mismo almuerzo como Prasadam. A partir de entonces, me pedía que durmiera una siesta durante media hora en la tarde, ya que habíamos empezado temprano. Después de la siesta y el té de la tarde, me entregaba nuevamente al servicio de Swami para hacer lo que Él pidiera.
Por la noche, me encontraba con Él nuevamente para mantener una conversación personal por aproximadamente una hora, durante la cual Él daba mensajes y guía. Esto fue durante los primeros días, cuando había menos trabajo. La mayor parte del tiempo simplemente lo pasábamos juntos.
Él era muy estricto con lo que comía. De hecho, una vez me dijo que no comiera ni siquiera de la mano de mi madre, porque algún apego podría entrar en mí a través de la comida. Me pedía que no comiera fuera de la casa y que no aceptara nada de nadie. Tenía que tener mi propia botella de agua, no beber de ninguna otra botella. Nadie podía sentarse en mi cama, nadie podía entrar en mi habitación así como así. Puso muchas restricciones en aquellos días, que seguí meticulosamente entonces.
Pero ahora, con todo el trabajo expandiéndose y creciendo, diría que Él es menos exigente conmigo. Pienso que tuve que aprender eso en los primeros meses que me enseñó y ahora estamos libres. Muy raramente discutimos temas espirituales en la actualidad. Entonces, esos días maravillosos, que llamo el ‘período de luna de miel’ con Swami, ya terminaron para mí. Ahora, casi todo el tiempo, ¡es trabajo, trabajo y trabajo! El trabajo es emocionante, pero lo que realmente me entusiasma mucho es cuando Swami habla de la más alta espiritualidad de una manera simple. Él es Él mismo y esa es la parte increíble de estar con Swami. Si me preguntas sobre alguna Sadhana (práctica espiritual) en particular, realmente no hay mucho que decir. Sólo estar disponible para Él. Pero estar disponible para Él, requirió algo de Sadhana. Dejar ir todo lo que tenía en mi mente, eso tomó algún tiempo. Esa fue la preparación que me impuso. Ser nada es muy difícil. Ser algo es fácil. Eso es lo que Swami me enseñó a ser.
— Sri Madhusudan Naidu en ‘Tattva Sameeksha’ (4 de diciembre de 2017), Sathya Sai Grama, Muddenahalli
(‘Tattva Sameeksha’ es una sesión de la tarde de lunes por la noche por eminentes oradores a los residentes del Ashram de Sathya Sai Grama en Muddenahalli)
Fuente: Sai Vrinda
Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. Las traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.