Satsang en la Divina Presencia, México, 22 de junio de 2016
PREGUNTA: Gracias, querido Swami. Divino Padre, ¿cómo podemos, nosotros los mexicanos. y las personas que están aquí de diferentes países, ayudar en este hermoso trabajo que estás haciendo?
SWAMI: Yo sigo trabajando para el único propósito por el cual he encarnado, y así continuaré haciéndolo para siempre. No se trata de edificar instituciones educativas o instituciones de salud; se trata de la transformación humana. El propósito de Mis encarnaciones es ayudar a todos y cada uno a que tomen conciencia de su propia divinidad, y no detendré Mi trabajo hasta que absolutamente todas las personas sobre la Tierra sean transformadas en su divino Sí Mismo.
¿Cómo pueden ayudarme? ¡Háganse divinos! Entonces, tendré una persona menos sobre la cual trabajar. Si cada uno de ustedes tomara en serio Mis palabras, y decidiera
—no mañana, ni pasado mañana, sino hoy— «Ahora, y de ahora en adelante, viviré mi vida en completo acuerdo con el deseo de Swami, de una vida divina. Abandonaré todo lo que sea egoísta, todo lo que no sea divino en mí, y me esforzaré todo lo posible por vivir cada momento como vive Swami», entonces ya me habrán ayudado, al redimirse a sí mismos. Ese es mi propósito principal.
Ahora bien, si eso ocurriera por haber efectuado japa, que así sea. Si ocurriera por haber alimentado a los pobres, que así sea. Si ocurriera por haber educado a niños o personas carenciados, que así sea. Si ocurriera por haber brindado asistencia de salud, así sea. Cualquiera sea el camino, la meta es la propia transformación de ustedes.
Como dijera Tigrett, hay tantos caminos como personas; hay tantos viajes como personas. Por lo tanto, escojan su camino, y cerciórense de que el tiempo que pasen, lo pasen de manera divina. Pregúntense a cada momento: «Soy divino, soy Dios; así lo dice Swami. ¿Estoy viviendo de acuerdo con esto?». Si la respuesta es no, enmiéndense y comiencen nuevamente a vivir una vida de divinidad. Constantemente recuérdense a sí mismos su propia divinidad; cada pensamiento, cada palabra y cada acción deben ser divinos.
Si así lo hacen, y si cada uno de ustedes comienza a hacerse esto a sí mismo, Mi trabajo se cumplirá más rápido. Háganse como velas. Todos ustedes, enciéndanse primero, y luego propaguen la luz a quienes los rodean. Siendo divinos y ayudando a los demás a hacerse divinos, es como pueden realmente ayudarme.
Fuente: Sai Vrinda
Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. Las traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.
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