«Sai Ram hermanos hermanas. Cuando la hermana Kroopali y Mona me preguntaron, les conté un poco más acerca de la interacción que tuve con nuestro amado Señor. Mientras estaba parado gloriosamente frente a nosotros en el angosto sendero que los estudiantes intentaban mantener abierto para que Él pudiera caminar, nos dio la oportunidad de agradecerle por venir nuevamente como el Señor Krishna. Luego le pregunté: «¿Por qué viniste de nuevo después de tantos años al mismo lugar?» y Él respondió: «Para traer aquí a todos ustedes conmigo y darles alegría». «¿Cuántos años, Swami, viviste en este lugar?» «Krishna vivió aquí durante once años. Él estaba caminando en la misma tierra que tú ahora, las calles eran tan angostas como este estrecho sendero que estoy caminando ahora. Aquí había campos, jardines, ahora hay templos. Todos estos un día u otro desaparecerán. Lo mismo que existió aquellos días y estos días es la devoción. La misma devoción. Todo puede perecer, campos, jardines, templos, Grecia, pero la devoción permanece. Krishna fue a Vrindavan, a Mathura, a Dwarka. Dwarka apareció en un momento del agua por su fuerza de voluntad divina y en un momento también desapareció en el agua. Dwarka está en Gujarat. Los llevaré a todos allí en otro viaje. En Dwarka estableció Krishna el nuevo reino. Él no se hizo rey porque sólo quería proteger el Dharma, así que apuntó a otra persona para que se convirtiera en rey. ¡Ven aquí cómo celebran el cumpleaños de Krishna con globos y con tanta devoción! Radha no era la esposa sino la reina de Krishna. Krishna siempre estuvo en su corazón y ella siempre estuvo en el corazón de Krishna. En este lugar se fusionaron». Cuando Swami habló con el padre Charles acerca de Cristo, jugó con los nombres y dijo: Cristo, Krishna y Grecia tienen el mismo número de letras, 6 letras. «¡que todos tengan un lindo viaje a Rishikesh!»
Testimonio dado en Vrindavan por Ionna Mexi, devota griega a cargo de las traducciones del Sai Uvacha – 28/11/2017