AMOR MATERNO Y AMOR DESINTERESADO
Satsang en la Divina Presencia – Estambul, Turquía, 3 de abril de 2017
Pregunta: (efectuada por un niño pequeño) El amor materno, como el que mi madre siente por mí, es el amor desinteresado?
Swami: De todo el amor que hay en el mundo, el amor maternal es el más desinteresado. Sin embargo, será completamente desinteresado sólo si tu madre no tiene expectativas acerca de ti, y quiere solamente la felicidad y el bien para ti. De todos los tipos de amor, el amor materno es realmente el más cercano al amor de Dios, porque es el menos egoísta de todos, ya que casi todo el tiempo la madre sólo desea la felicidad de su hijo y nada más. Aún así, no todas las madres están totalmente libres de expectativas. A veces piensan: «Mi niño crecerá, llegará a ser un hombre educado y conseguirá una buena esposa. Él y su esposa me cuidarán cuando yo sea anciana, de manera que voy a estar bien atendida». Puede que ellas tengan algunos deseos como este.
¿No está bien tener tales expectativas? La verdad es que, como madre, si has amado a tu hijo desinteresadamente, puedes estar segura de que tu hijo va a cuidarte en tu ancianidad. No tienes que esperarlo; esto vendrá a ti automáticamente. Si has amado a tu hijo desde el fondo de tu corazón, sin esperar eso, cuando él crezca te cuidará; tu amor será tan poderoso que él te cuidará por su propia iniciativa; no tendrás que pedirle que lo haga. Cumplir con el deber de madre es bueno, pero amar sin un sentido del deber lo hace completamente desinteresado.
Para todas las madres presentes, un consejo: críen a sus hijos como si fueran obsequios de Dios, como una propiedad de Dios que Él les haya confiado en custodia. Supongan que piden prestado un bolígrafo a un amigo. Sin importar cuán bueno sea el bolígrafo, tienen que devolverlo algún día. Si desarrollan apego al bolígrafo y quieren conservarlo, eso no sería correcto. Como madres, ustedes son instrumentos de Dios, trayendo otra alma a este mundo, para que pueda crecer y tomar conciencia de Dios. Idealmente, deberían hallar felicidad en que Dios les haya dado la oportunidad de traer otra alma a este mundo. Sean felices con eso, sin esperar nada más. Como un jardinero que cuida su jardín con gran amor, obtiene las flores, las toma y se las devuelve a Dios como ofrenda, así deben devolver a sus hijos a Dios como ofrenda.
Si cultivan esta actitud, Dios las cuidará de cien maneras distintas; no tendrán nada que temer. De la misma manera, un hijo también pensará que su madre es la encarnación misma de Dios, a quien Él ha elegido como el modo de darle nacimiento. De esa manera, el hijo se sentirá agradecido, pensando: «Si no fuera por los dolores y esfuerzos de mi madre, yo no hubiera visto este hermoso mundo de Dios, ni hubiera experimentado toda esta alegría y bienaventuranza». Por lo tanto, sean agradecidos con su madre. Después de todo lo que ella hace por ustedes durante su vida, lo menos que pueden hacer es expresar su gratitud cuidándola, y también a su padre, cuando ellos necesiten de su ayuda.
Fuente: Sai Vrinda
Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. Las traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.
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