VISIÓN INTERIOR por Madhusudan Naidu
El costo de la compasión
Durante los primeros tiempos, cuando los Satsanghs se efectuaban en Anandam, la morada de Swami en la cima de la colina, una dama que sollozaba amargamente suplicó Su gracia para su hijo enfermo, quien estaba en la flor de la juventud.
Ella rogó: “¡Swami, a mi hijo le han diagnosticado cáncer, por favor sálvalo!”
Swami se detuvo por un momento, la miró con compasión, pero no dijo nada y volvió a avanzar.
“Swami … Swami … Swami”, la madre, con el corazón destrozado, seguía solicitando Su atención, mientras Él se alejaba para bendecir a otros.
En el trayecto de regreso, la angustiada madre, derramando lágrimas de impotencia, rogó: “Swami, por favor, salva a mi hijo”.
Swami no dijo nada al principio, pero como ella seguía llorando, Swami dijo: “Él va a estar bien”.
En el momento siguiente, la madre, que estaba desconsolada, quedó completamente tranquila y callada, como bajo un hechizo mágico. Era toda sonrisas, y ahora repetía “Gracias, Swami”.
Swami siguió avanzando, y finalmente subió a la residencia de Anandam. En el piso superior, antes de entrar a Su dormitorio, Swami dijo: “¿Cómo puedo puedo decirle a una madre que llora, que su hijo no vivirá mucho? Aún a costa de ser malentendido y de que me llamen mentiroso, tengo que decir lo que ayude a esa madre ahora”.
Fue una faceta de Swami totalmente nueva, la que noté ese día. Pude sentir el dolor que brillaba en sus ojos compasivos, y la carga de pena que hacía latir pesadamente Su corazón. Vi Su impotencia frente a esa desdichada madre, que no iba a aceptar un “no” por respuesta. Y lo vi a Él arriesgar Su nombre mismo, “Sathya”, para aliviar un alma devastada.
Su compasión está más allá de lo binario, entre correcto e incorrecto, verdad y falsedad, nacimiento y muerte; ¡fluye a cualquier costo!
— Extraído de la revista semanal “Ananda Vahini”, edición Nº 96 – 5 de octubre de 2017